Sunday, June 4, 2017

Manuel del Palacio

Un liberal pasado por agua

Manuel del Palacio y Simó murió en Madrid el 5 de junio de 1906. Había nacido el día de Nochebuena de 1831 en Lérida, donde se encontraba su padre, militar. Como él mismo dice en su Autobiografía,

De la guerra por azar
y de mi estirpe el segundo,
en Lérida vine al mundo
sin poderlo remediar.
[...]
En Nochebuena nací,
y entre placeres y penas
sesenta y dos Nochebuenas
han corrido para mí.

Y nos sigue contando

Latín en Soria cursé,
Letras en Valladolid,
y en La Coruña y Madrid
algo que luego olvidé.

Fue empleado público, poeta y también periodista político; con afilada y democrática pluma desde las páginas del Gil Blas hostigó a gentes poco amigas de bromas, por lo que fue desterrado a Puerto Rico en 1867:

Por sobra de candidez
o falta de picardía,
tras de mí la policía
anduvo más de una vez

Tras la Gloriosa y la Restauración vivió con más tranquilidad como escritor y diplomático. Cesado en 1898, dijo chistosamente del ministro correspondiente:

Parece grande y es chico;
fué ministro porque sí,
y en cuatro meses y pico
perdió a Cuba, a Puerto Rico,
a Filipinas y a mí.

Ingresó en la Academia Española en 1890.

Su lengua es correcta sin afectación, su estilo fácil y su versificación impecable. Críticos exigentes como don Marcelino o don Juan Valera alabaron sus poesías serias. Clarín llegó a decir que en España solo había dos poetas: Campoamor y Núñez de Arce; y 0,50 de poeta, nuestro Palacio; quien molesto por esta apreciación —en el fondo elogiosa— se enzarzó con el crítico en una desagradable polémica.

Pero si hoy lo recordamos aquí es por las carretadas de ingenio y humor que derramó en sonetos, coplas y epigramas. El lector curioso puede comprobarlo hojeando alguno de sus libros digitalizados aquí, aquí, aquí o aquí, de los cuales ofrecemos una pequeña muestra.



Comenzamos con un puñado de cantares y filosofías al estilo campoamórico:

Estrenó dentadura Irene Pazos:

¿a qué amiga del alma hará pedazos?

———



Entre todas las faltas, considero

que es la mayor la falta de dinero.

———



Sin ciencia y sin conciencia

tiene grandes encantos la existencia.

———



Los sentimientos del hombre

y el cuerpo de la mujer

lucen vestidos: ¡qué pocos

resisten la desnudez!

———



No hay un tonto, entre los muchos

que de serlo dan indicios,

del que, con poco trabajo,

no pueda sacarse un pillo.

———



Ayer le tocó en mi calle

el premio grande a don Gil:

si el premio fuera una teja

me hubiera tocado a mí.

———



No he comprendido jamás

que haya escritores, quizás

de los de mayor aliento,

que malgasten su talento

negando el de los demás.

———



Presta a los infelices y a los pobres

atención y consuelo;

Pero si has menester que lo vuelvan,

no les prestes dinero.

———



Era la noche oscura,

desierto el sitio.

Nos hallábamos solos...

¡Qué tontos fuimos!

———



Continuamos con alguno de sus Sonetos filosóficos (Palacio fue gran sonetista).

Al despertar

—¿Quién eres, ángel, que ante mí apareces,

como en nublado cielo blanca aurora.

y al corazón, que desengaños llora,

paz y consuelo y esperanza ofreces?

Yo te he visto en mis sueños muchas veces

juguete de ilusión fascinadora,

y vive en mí tu imagen seductora,

y con tu puro aliento me estremeces.

¿Eres quizá la sífide hechicera

que amada de las nubes y las brisas

llevarme quieres a su azul esfera?

Flores hollando vas por donde pisas...

—¿Quién eres? —Soy, señor, la lavandera,

y vengo a que me pague las camisas.

———



El néctar de los dioses

Mezcla en un vaso de cristal de roca

y a ser posible, de oro y pedrería,

tres dracmas de placer, dos de poesía,

y cuatro o cinco de soberbia loca.

Del horno del amor ponle a la boca,

y cuando no haya hervido todavía

añádele onza y media de alegría

y seis gotitas de café de Moka.

Si advirtieras que forma mucha espuma,

en un trozo de blonda catalana

colarlo debes con presteza suma.

Déjalo reposar por la mañana,

y removido bien con una pluma

ya lo puedes tirar por la ventana.

———



La erupción

Hierve la sangre en las hinchadas venas,

fuego brotar parecen las mejillas,

se doblan hacia el suelo las rodillas

y el hombre más audaz respira apenas.

Rompiera, á hallarse preso, sus cadenas

y de valor hiciera maravillas;

pero siente en el cuerpo unas cosquillas

que vértigo le dan y angustia y penas.

Arroja espuma su entreabierta boca,

retuércese en las sienes el cabello,

todo le hiela y todo le sofoca;

Su bronco respirar es ya resuello...

Rompe al fin la erupción, y sólo toca

un grano en la nariz y otro en el cuello.

———



Morir habemus

Ese pollo que ves en la cocina

colgado de las patas y sin pluma,

ese vaso de vino con espuma

que te hace andar á ratos de bolina:

esa apretada y roja tagarnina

que menos arde cuanto más se fuma,

ese dolor de muelas que te abruma

y esa baja de fondos que te arruina;

no son, como tú piensas, nimiedades,

ni caprichos tampoco de la suerte

que otros suelen llamar casualidades.

Ejemplos son con que el Señor te advierte

en la forma que cumple á sus bondades,

que todo es ilusión, menos la muerte.

———



Unas cuantas caídas análogas, en metros más populares:

Arroyuelo que riegas

la hermosa quinta

donde soñando amores

vive Dorila...

Si los pies le lavaras

¡qué bien harías!

———



Ya derretida baja la nieve

del alto monte;

ya las ventiscas y los nublados

huyen veloces,

Todo revive, todo florece,

llanura y bosque;

mas ¡ay! ¡qué poco duran las lilas!

¡Y cuánto, en cambio, los alcornoques!

———



Yo tuve días muy grandes...

en que madrugaba mucho

y me acostaba muy tarde.

———



Arturito Rosal, guapo muchacho,

y muy pundonoroso, aunque borracho,

viéndose despedido por la novia,

de la cual aspiraba al usufructo,

montóse en el Viaducto

y se apeó en la calle de Segovia.

Harás muy mal ¡oh, joven inocente!

olvidando la máxima siguiente:

no sirvas a dos amos en tu vida;

entrégate al amor o a la bebida.

———



Maresita mía,
no sé lo que tengo,

que salgo de casa con dos o tres duros

y vuelvo sin ellos.

———



Ahora unos inocentes (o no tanto) juegos de palabras:

Hablábamos de Pascual

y me preguntó Jeromo:

—¿Lo tratas? —Sí. —Pero,... ¡cómo!

—Como se merece: mal.

———



"¡Igualdad!", oigo gritar

al jorobado Torroba.

Y se me ocurre pensar:

¿Quiere verse sin joroba,

o nos quiere jorobar?

———



Limpio de polvo y de paja

jura el sargento Lirón

salir de la prevención

donde le dieron de baja.

Pero el jefe, que es agudo,

dice al ver su candidez:

—Limpio de polvo, tal vez,

pero de paja, lo dudo.

———

Prevención: Puesto de policía o vigilancia de un distrito, donde se lleva preventivamente a las personas que han cometido algún delito o falta.



Enfermo está el avaro don Vicente,

y morir no le aflige ni intimida:

el dar el alma a Dios es lo que siente.

Es lo primero que dará en su vida.

———



No tiene un maravedí,

¿y a baños se marcha Tello?

Si está con el agua al cuello,

¿qué más baño que el de aquí?

———



Todas las órdenes lleva

en su pecho don Zenón,

y ayer recibió una nueva...

pero ha sido de prisión.

———

v. 1: orden es aquí "condecoración".



Ayer se casó Teresa

con el gordinflón Perico,

y ya dice que le pesa:

¡me lo explico!

———



¿Nuestro enemigo común

llamas a Juan? No te digo

mi opinión sobre ese atún:

suprimo lo de enemigo

y le hago favor aún.

———

común: retrete



Casó Milagro en Teruel

con un capitán de Almagro;

vino a la Corte con él,

y al año fué coronel...

—Pero ¿cómo? —Por milagro.

———



Doctor en Lovaina Olave

se titula en la ciudad;

lo de doctor no se sabe,

lo de Lo vaina es verdad.

———



—Con nadie cambia ya Holgado

ni saludo ni palabra.

—Pues ¡qué! ¿salió diputado?

—No; pero lo han declarado

hijo adoptivo de Cabra.

———



De tu casa, bella Clara,

te ve la gente salir,

y bien hace, en mi sentir,

si con el sol te compara:

pues, aunque de varios modos

encanta vuestro arrebol,

os parecéis tú y el sol

en que salís para todos.

———



Algo de misoginia, no sé si San Google me cerrará el blog:

Entre una mujer y un perro

Juan sus quehaceres reparte:

a ella la mima, y le gruñe;

a él lo castiga, y le lame.

———



Una mujer y una gata

domestico yo a la vez;

los arañazos que tengo

todos son de mi mujer.

———



—¿Por qué has elegido, Peña,

una mujer tan pequeña?

—Porque estudio en libros buenos,

y la lógica me enseña

a tomar del mal el menos.

———



Y otros varios rasgos de ingenio:

Que son mis orejas grandes,

Fabio amigo, me motejas;

tienes razón, y en las tuyas

advierto la diferencia.

Para ser de hombre, las mías

son colosales de veras;

mas las tuyas, para un burro

como tú, son muy pequeñas.

———



—Sólo dependo de mí—

decir a un pedante oí;

y yo, que sé su valor:

—No pudo usted —añadí—

tener un amo peor.

———



Política: arte ramplón

que se aprende mal y pronto,

y en la española nación

es constante ocupación

de algún sabio y mucho tonto.

Tuvo por madre la intriga;

llamóla el favor amiga;

hiere una vez y otra halaga;

y, según desune o liga,

lo mismo pega que paga.

———



¿Un bofetón a Ginés,

que halló tus versos medianos,

le atizaste? Razón es;

bien puede hablar con las manos

quien escribe con los pies.

———



En 1864, con la colaboración de Luis Rivera, publicó Palacio el libro Cabezas y Calabazas o Retratos al vuelo de las notabilidades en política, en armas, en literatura, en artes, en toreo y en los demás ramos del saber y de la brutalidad humana. Acabamos ofreciendo al lector alguno de ellos.

Alba (Duque de)

Dos siglos ha ganó un Alba

por conquista a Portugal;

tus conquistas valen menos

y te cuestan mucho mas.

———



Bahamonde (Florencio R.)

¡No le tratéis con desdén!

Es un político tierno;

si a la patria no hizo bien

supo hacérselo a su yerno.

———



Catalina (Severo)

Moraliza a la mujer

en un libro, y hace mal;

si le enseñara su cara

tal vez consiguiera mas.

———



Hurtado (Antonio)

¡Cosas del mundo! escribió,

y aunque de ingenio profundo

grandes pruebas nunca dio,

nombre y gobierno alcanzó;

ya se ve: ¡Cosas del mundo!

———



López de Ayala (Adelardo)

El tanto por ciento Ayala

como literato ha hecho,

pero como hombre político

siempre hará el tonto por ciento.

———



Madoz (Pascual)

—¿Progresista? —Lo fué siempre.

—¿Libre cambista? —¡Jamás!

—Pues entonces ¿qué es Madoz?

—¿Qué ha de ser? ¡Un catalán!

———



Osuna (Duque de)

Debe a Dios el nacimiento,

debe a sus padres los bienes;

de modo que es este duque

notable por lo que debe.

———



Ros de Olano (Antonio)

Hizo unos versos a Dios

por dar gusto á su ayudante,

le faltaba un consonante

y entonces inventó el ros.

———



Rute (José Antonio)

Hace tiempo que al país

viene prestando servicios,

pero le presta catorce

y le cobra veinticinco.

———



Arce (Gaspar Núñez)

Hace en artículos bellos

la guerra á los liberales,

mas no cuenta entre sus males

haber él salido de ellos.

———



Escrich (Enrique Pérez)

Es un modesto escritor

que pasa días felices

persiguiendo con ardor

en el monte, a las perdices,

en Madrid, al editor.

———



López García (Bernardo)

Vino á la Corte demócrata,

de versos hizo un sin fin,

ha dejado sus ideas

por una cruz, y es feliz.

———



Ochoa (Eugenio de)

En París donde reside,

se ocupan muy poco de él,

y en España se le elogia

porque habla bien el francés.

———



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