Tuesday, September 18, 2018

Fernando Soteras Mefisto

No hay bromas con el ferrocarril

Fernando Soteras Gimeno, alias Mefisto, nació en Zaragoza en 1886 y murió, arrollado su automóvil por el tren, en San Lorenzo de El Escorial el 18 de septiembre de 1934. Estudió la carrera de Veterinaria, pero nunca la ejerció; en lugar de eso, escribió en periódicos y revistas crónicas taurinas y poemillas humorísticos. Fue conocido principalmente por la sección Coplas del día que durante muchos años escribió en el Heraldo de Aragón, en la que glosaba la actualidad zaragozana. Su trágica muerte causó gran impresión en la ciudad, que en su honor costeó la erección de un busto con su imagen en la Plaza de Aragón.

Tras su muerte se publicó una selección de sus poesías con el título Coplas de Mefisto. Aquí reproducimos algunas.



A Purita, mi vecina,

un perro le han regalado

porque la pobre se asusta

si oye algún ruido en su cuarto.

Hoy, cuando alguien le pregunta

si el miedo se le ha pasado,

dice que está más tranquila

por dormir con un can-dado

———



Lleva Luz en su sombrero

una preciosa oropéndola,

dos colibrís, tres canarios

y un ruiseñor de la selva;

no extraño que a todas horas

diga la mamá con pena

que su hija Luz tiene muchos

pájaros en la cabeza.

———



La mujer es como el duro

—dice el cantar andaluz—

vista por un lado es cara;

vista por el otro, cruz.

———



Si en el baile te sientes muy rumboso

y a champán espumoso

convidas a muchachas adorables,

procura que contigo estén amables.

Si te han de dar las gracias solamente,

págales un vermouth y es suficiente.

———



—¡Qué escándalo tan grande

está haciendo esta moto!

¿Tan retumbante escape

no te hace estremecer?

—Yo francamente, amigo,

apenas si lo noto.

Estoy acostumbrado

a oír a mi mujer.

———



¡Cuántas gambas se consumen

en los bares los domingos

desde que se ha despertado

la afición a los mariscos!

Gambas pide el comerciante;

gambas pide el campesino;

gambas pide el jornalero;

gambas pide el señorito.

Hay de gambas un consumo

lo que se dice grandísimo.

¿Será el comer tantas gambas

la causa del gamberrismo?

———



Aquel que tiene un vecino

que abusa de la gramola

a veces siente deseos

de coger una pistola.

———



—Cuidado, chica, no cojas

tantas setas sin mirar;

las hay que son venenosas,

que pueden envenenar.

—No, señor, no haya cuidado;

no me las voy a comer...

Estas setas que yo cojo

las cojo para vender.

———