Sunday, March 26, 2017

El Conde de Rebolledo

Simplemente un superhombre

Don Bernardino de Rebolledo y Villamizar, Conde de Rebolledo y señor de Irián, murió en Madrid el 27 de marzo de 1676. Había nacido en León en el mes de mayo de 1597. A los catorce años de su edad comenzó a guerrear por tierra y por mar, en Italia y en el Mediterráneo, en Flandes y en Alemania; y siempre lo hizo con valentía, constancia y sagacidad. Como diplomático participó en los Congresos de Passau y Westfalia y en 1649 se hizo cargo de la Embajada de España ante el Rey de Dinamarca; también representó al Papa y al Rey ante las Cortes de Suecia y Polonia; influyó en la conversión de la reina Cristina de Suecia y la ayudó en su huida; y en 1662, cargado de riquezas y de honores, volvió a España. Acabó sus días retirado en un monasterio de Madrid.

Tradujo en verso castellano los Salmos, el Libro de Job y las Lamentaciones de Jeremías; escribió también en verso una historia de Dinamarca (las Selvas Dánicas); compuso un poema didáctico (la Selva Militar y Política) y aún muchas otras poesías de tema religioso, satírico, amoroso, o meramente de circunstancias. Sus obras fueron publicadas primeramente en 1650. La edición de 1660 puede encontrarse aquí: Ocios del Conde De Rebolledo. Rafael González Cañal publicó en 1997 una edición crítica, hoy agotada.



Epigramas

Don Bernardino fue brillante epigramista y como tal hubo de burlarse de médicos, escritores y demás gentes de mal vivir.

Señor doctor, aunque es cierto,

nadie creer ha podido

que hayáis de pocos huido

vos que tantos habéis muerto.

———



Viendo el duro ejecutor

de todo mortal suplicio

introducido en su oficio

sin cimitarra un doctor,

dijo: "No me ha de quedar

aforismo por saber;

a curar he de aprender

pues él se arroja a matar."

———



No de severo me arguyas

por no haberte referido

mis obras, que solo ha sido

por no escucharte las tuyas.

———



Deste poema, señor,

es la más cierta censura

que fue escribirle locura

y comentarle mayor.

———



Negro guante en blanca mano,

y guarnecida la frente

de una toca transparente

que cubre el cabello en vano;

con ademán soberano

rostro y talle descubiertos,

y con agrados inciertos

alegres ojos y esquivos,

son para matar los vivos,

no para llorar los muertos.

———



Eres cuidado después

que te cela tu marido

de cuantos desprecio has sido:

amante ingenioso es.

———



De adulador nos da indicio

quien vicioso te llamó,

que siempre te tuve yo,

Zoilo, por el mismo vicio.

———



Más sorprendentes son sus epigramas anticlericales:

En escrupulosa da

Clice, con extremo tal,

que en pecado venïal

un breve instante no está.

Infúndele tanto horror

la muerte síempre temida

que por dormir prevenida

duerme con su confesor.

———



Tus ruegos se lograrán,

Clori, sin cuidado tanto

si lo que pides al santo

pidieres al sacristán.

———



Clice, como acompañada

solo de padres te vi

inadvertido creí

que estabas deshaüciada.

Desmienten tus ojos bellos

este temor,y aun entiendo

que siempre te estás muriendo

y es que te mueres por ellos.

———



Clice, con tanto fervor

a la devoción te aplicas

que solo te comunicas

a tu padre confesor.

Suyos son tus regocijos,

y suyos son tus pesares;

temiendo estoy que si pares

han de ser suyos tus hijos.

———



Los predicantes (así eran llamados los pastores protestantes, aunque el DRAE lo olvide), no se libran de sus burlas:

De cierto mahometano

que en su protección tenía

un predicante decía:

"Este moro es buen cristiano."

———



Católica süedesa

favorece santa Elena

patria de la suya ajena

que otra religión profesa.

Y cuantas quimeras fragua

la incredulidad, desmiente

con milagro tan patente

como hacerles beber agua.

———

Encabezamiento: Hay en Dinamarca unas fuentes que llaman de Sta. Elena de Suedia, y concurre algunos días de fiestas señaladas gran multitud de gente a beber y bañarse en aquella agua, que hace admirables efectos. Los predicantes, que no los niegan, quieren poner en duda las virtudes de la santa.



Un predicante culpado

con rigurosa porfía

porque en su parroquia había

un jesuita enterrado,

a solicitud del precio

que no poco disputó,

indignado respondió

con desabrido desprecio:

"Son pesados vuestros modos,

y el proceder importuno,

no solo enterrar a uno

quisiera yo, sino a todos."

———

Encabezamiento: A una diferencia que hubo en Copenhague sobre el entierro del padre Enrique Vanderlinden, su confesor.



Las anécdotas de su vida también le inspiran:

Estimación singular

este retrato merece

y en lo que más se parece

es en no poder andar.

———

Encabezamiento: A un retrato que mandó hacer del autor el rey de Dinamarca, estando muy maltratado de gota.



Esa discreción ganada

por vuestra hermosa Lucrecia,

bien puede ser que sea necia

pero no será pesada.

Al tiempo la culpa echad,

que es tal la desatención

que pasa por discreción

toda leve necedad.

———

Encabezamiento: Enviando a un caballero una discreción que su mujer le había ganado.

"Jugar discreciones": Jugar por diversión o entretenimiento, sin que se atraviese interés alguno.



Vuelva mi selva real,

señor, aunque sin respuesta,

que es premisa manifiesta

de haber parecido mal.

Culpa mía original

ha sido siempre el errar

lo que más quiero acertar;

y de los reyes decir

puedo que los sé servir

mucho mejor que obligar.

———

Encabezamiento: Habiendo enviado la primera Selva Dánica a un amigo que no acababa de volverla.



Son muy curiosos los epigramas sobre asuntos "de actualidad":

Mal el de Guisa guisó

su tan cantada bravata:

fue gallo y capón volvió,

su cresta mordió la Gata,

y Castrillo le castró.

———

Encabezamiento: A la rota del duque de Guisa en el Reino de Nápoles, siendo virrey el conde de Castrillo y maestre de campo general Carlos de la Gata.



Si hay fecundos Serafines

digo que es un Serafín

la Reina, y el Camarín

el Rey de los Camarines.

———

Encabezamiento: A quien le preguntó qué le había parecido de la serenísima reina de Dinamarca y de la curiosidad de su camarín.

Don Bernardino admiraba grandemente a Sofía, la esposa del rey Federico de Dinamarca.



Esta de quien abomina

tanto el uno y otro gremio

si dice verdad de premio,

si miente de muerte es dina.

———

Encabezamiento: A la deposición que hizo en Copenhague Dina.

Dina Vinhofvers denunció en 1650 un supuesto plan del poderoso conde Ulfeldt para asesinar al rey de Dinamarca. Posteriormente se retractó. Fue decapitada por su falsa acusación.



De la ciudad de Siquén

fue Dina sangrienta parca,

y Dina de Dinamarca

lo procuró ser también.

Igual liviandad se arguya

mas con desiguales suertes:

causó aquella muchas muertes,

estotra solo la suya.

———

Encabezamiento: A la justicia que se hizo de Dina en Copenhage.

Se contraponen aquí las historias de Dina Vinhofvers, de una parte, y de Dina, hija de Jacob, de la otra, que fue violada por el príncipe de Siquén. y vengada por sus hermanos Simeón y Leví con la muerte a traición de todos los varones de la ciudad.



Lo que se puede juzgar

de Salmacio y de Miltón

es que hacen suposición

lo que debieran probar.

Y apuran sus locuciones

con desesperadas furias,

tan fértil este de injurias,

como aquel de exclamaciones.

Su verdad me persuadió

aunque su impiedad temí,

pues dicen ellos de sí

lo mismo que digo yo.

———

Encabezamiento: A los libros de Salmacio y Milton sobre las cosas de Inglaterra.

Aclara González Cañal que se alude a Claude de Saumaise, que escribió una apología del infortunado rey Carlos I de Inglaterra, y a John Milton —el autor del Paraíso Perdido—, que polemizó con él.



Lo que siempre han profesado

los holandeses han sido,

pues el mas justo tratado

han por el trato rompido

en que la paz han comprado

y a Dinamarca vendido.

———

Encabezamiento: A las paces que hicieron los holandeses con los suecos el año de 1660, sin atender a la confederación que tenían con Dinamarca.



Sunday, March 19, 2017

José Bernat y Baldoví

El padre de Vicenteta

José Bernat Baldoví, por mal nombre El sordo de Sueca, nació en esta localidad valenciana el 19 de marzo de 1809. Estudió leyes en la Universidad de Valencia. Ejerció como abogado y algún tiempo como juez. Casó con la hija del más rico de Sueca y llegó a ser diputado a Cortes y alcalde. Murió en Valencia el 31 de diciembre de 1864.

Es célebre por sus obras satíricas escritas en valenciano, como el sainete erótico El virgo de Visanteta i l'alcalde de Favara, o El parlar bé no costa un pacho. Está considerado el inventor de los Llibrets de falles. También en valenciano fundó los semanarios humorísticos La Donsaina, El Tabalet y El Sueco. Siendo diputado en Madrid se consagró más a la poesía humorística que a la oratoria parlamentaria (digamos en su disculpa que su sordera le impedía seguir los debates). Publicó poemas jocosos en castellano en revistas y almanaques, algunos recogidos en un libro también llamado El Sueco (aquí). Pero dice una "Nota del Editor" de este libro:

Sentimos no poder dar cabida en esta colección a la parte epigramática, que es precisamente donde el Sueco luce mas su ingenio; pero... en atención a que la obra va ya de remate, lo dejaremos para otro rato.

Así que el mayor número de los epigramas de Bernat permanecen dispersos por periódicos y almanaques.



De El Sueco

Los que buscais verdades

de cola larga,

venid trás de este Sueco

para encontrarlas.

Pues de otro modo

no es fácil, ni aun probable,

verle a una el rostro.

———



Epigramas de aquí y de allá

A encerrar un gato pardo

que mayaba en el desván,

subieron con grato afán

Concha y su primo Bernardo.

Sin duda al primer encuentro

la niña cogió al tal gato,

porque exclamó de allí a un rato:

—¡Madre ... ya lo tengo dentro!

———

Don José (o Chusep o Josep) fue devoto católico y un pilar de la comunidad. Pero ¡cómo le gustaban los equívocos picantes!



—Un doctor ronda tu puerta,

y un escribano te adora.—

le dijo a una labradora

otro también de la huerta.

—No es extraño, majadero

—contestó con gracia suma—

que toda gente de pluma

vaya en busca de tintero.

———



Rita, por cierta pendencia,

fue citada ante el alcalde

y este la sirvió de balde,

dando en su pro la sentencia.

Con refinada malicia

dijo entonces la alcaldesa:

"Nunca he visto, Antón, tan tiesa

la vara de la justicia".

———



La vieja doña Dolores

en sus discursos prolijos

cuenta que tiene tres hijos

y los tres a cual mejores.

Uno despunta en belleza;

otro, en valor extremado;

y el otro, que ya es casado,

despunta por la cabeza.

———



De El Sueco

Noticias extranjeras (1854, Guerra de Crimea)

Turquía

Aunque esto a nadie le importe,

dicen de Constantinopla

por muy seguro resorte

que hace dias que alli sopla

un viento fresco del Norte.

Y aun añaden que se sabe,

sin duda de contrabando,

que, si sigue así soplando,

durará hasta... que se acabe.

———


Londres

La cámara de los Lores

trató en el pasado lunes

de infinitos pormenores....

que hoy pasan a los Comunes.

———

Común: retrete.



Epigramas

Con dulce y tierno susurro

y acento el más amoroso,

diole una dama a su esposo

el epíteto de burro.

Y este vate, que se alarga,

oyolo, y dijo al momento:

—Él podrá ser el jumento,

pero tú.... llevas la carga.

———



Preguntole a un sordo Aurora

con cierto interés y ahinco:

—¿Está buena tu señora?

Y él, no oyendo mas que el... ora,

dijo muy serio: —Las cinco.

———



Epitafios

Aquí un letrado reposa.

Murió abrumado de pleitos...

Con su suegra y con su esposa.


Ved aquí a un médico a palos

que a los enfermos mataba

y a los buenos puso malos.


Aquí juntas enterraron

tres celibatas hermanas,

¡que tenian unas ganas!...

Mas con ellas se quedaron.


Llamábase este hombrecillo,

que cinco palmos no tira,

Don Cristóbal del Castillo

Torres-Torres y Altamira.


Tras de esta chapa de cobre

yace un tal don José Rico,

que murió de puro pobre.


En esta lóbrega estancia

duerme un sastre de París...

Que en su vida estuvo en Francia.


Al pie yace de aquel banco

un mezquino y ruin avaro,

que con el mayor descaro

se llamaba... Antonio Franco.


Murió esta rosa de angustia

así que se volvió mustia.


De lo que diga la gente

no te fies nunca, hermano,

que aquí yace un cirujano

a quien llamaban Clemente.


Sombrerero era este tal,

y aunque todo el mundo corras,

no hallarás otro mortal

más amante de las gorras.


De carácter algo insulso

fue el módico don Crispín.

Pero solo mató, en fin...

A cuantos tomaba el pulso.


Otro médico aquí yace,

de ciencia dudosa y varia,

cuya receta ordinaria

era el... requiescat in pace.


Aquí, cruzados los brazos,

yace una capacidad

que hizo... muy buenos capazos.


Aquí yace un buen casado,

que llegó a ser coronel

sin haber sido soldado:

Rogad al Señor por él.


Al pie de este crucifijo

yace una honesta doncella,

que no tuvo más que un hijo:

Rogad al Señor por ella.


Dos valientes andaluces

aquí puso un desafío:

Ambos murieron.... de frío.


Un ilustre mayorazgo

aquí duerme panza arriba:

No hizo otra cosa en su vida.


Un soldado aquí reposa:

dejó los campos de Marte

por las casas de otra diosa.


Fue este miserable viejo

de condicion tan avara,

que por no ver cosa cara,

nunca se miró al espejo.


Yace aquí un tonto que fue

muy querido de las damas...

Ellas sabrían por qué.


Y aquí el filosofo Niso,

a quien ninguna lo quiso,

porque dicen que tenia

muy poca filosofía.


El túmulo que reparas

es del pintor don Bartolo:

para pintar cosas raras

dicen que se pintó solo.


Yace aquí una tal Victoria,

de tan adversa fortuna,

que jamás ganó ninguna.


Este padre recoleto

fué un excelente sujeto;

no tuvo mas que tres tachas,

el vino, el juego y muchachas.


Mientras que este fue intendente

nadie entendió lo que hacia;

Mas él si que lo entendía.


En olor de santidad

dicen murió sor Beatriz,

mas tápate la nariz.


Aquí yace un pobre ciego

que se llamaba Miranda...

Séale la tierra blanda.


El goloso Pelegrín

en un principio halló el fin.


Oculta este pedestal

a una mujer singular

aficionada al plural.


Aqui reposa un sereno

de costumbres tan soeces,

que lo estaba pocas veces.


Ved aqui una tal Guillerma.

Dicen que era cortesana.

y en menos de una semana

puso media Corte enferma.


En aquesta sepultura

juntos yacen dos hermanos

que, aunque cortos de estatura,

fueron muy largos de manos.


Mirad aquí un capuchino,

tan austero y penitente

que en su vida probó el vino:

no bebió mas que aguardiente.


El pueblo á este tabernero

le apellidaba el vicario.

Murió entrando el sol en piscis,

la luna estaba en acuario.


Murió esperando una toga,

Este famoso a-bo-ga-do,

Y aunque estuvo un tiempo en bo-ga,

No le fue propicio el... a-do.


Diz que tuvo muchas letras

el sábio que yace aquí.

Y se llamaba Gil Pi.


Yo no sé si este usurero

se llamaba Juan ó Antonio;

mas tened por verdadero

que se lo llevó el demonio.


El que está en este retiro

era tan corto de vista,

que se llamó Casi-miro.


Si a la música se inclina

tu gusto, mujer, sé cauta;

mira que murió Agustina

de tanto tocar la flauta.


Yace aquí una solterona

con su palma y su corona;

como prueba y en señal

de que.... murió en Carnaval.


Enciérrase en esta huesa

una Clara muy espesa.


Esta era coja y beata:

mas nos dejó en la memoria

el que con solo una pata

no es fácil irse a la gloria.


He aquí los restos mortales

de una mujer de talento

en cosas municipales,

Es decir.... de ayuntamiento.


Este tuerto, ¡cosa rara!

no tenia más que un ojo.

A lo menos... en la cara.


De La Risa

No sé por qué a punto fijo

una pendencia ruidosa

tuvo Ambrosio con su esposa,

y el juez los llamó, y les dijo:

—Entre esposos esto es mengua,

córtese al punto el negocio.

—¡Eso no! —replicó Ambrosio—

Antes me corten la lengua.

———



Pájaros de mil colores

en una jaula cerrada

presenté y dije a mi amada:

—¿Cuál te gusta más, Dolores?

—¿Quieres que mi gusto indique?

Pues mira, —dijo— Gonzalo,

dame para mi regalo

un pájaro que no pique.

———



De sesenta un solterón

a una joven vivaracha

preguntó en cierta ocasión:

—¿Cómo te llamas, muchacha?

Y ella dijo: —Encarnación.

—Tal misterio te explicara,

—repuso el sexagenario—

y ella: —Mucho lo apreciara:

pero ya lo hace el vicario

que tiene la voz mas clara.

———



Por ciertas cosas del día

tocaban a generala,

y a un miliciano Pascuala

—Ármate pronto —decia.

—Mi calma no te dé asombro

—dijo el nacional taimado—

pues al verme yo a tu lado

siempre estoy... armas al hombro.

———



Haciéndose la ignorante

preguntó Doña Merced

de su casa a un tertuliante:

—¿De qué partido es usted?

Y el bueno de don Pascual

le respondió sin demora:

—¿No lo sabe usted, señora?

yo siempre... del actual.

———



De El Fandango

Vio embarazada a Teodora

y díjole un estudiante:

—Algo corto es por delante

ese vestido, señora.

Y ella, vuelta la cabeza,

contestó con mucha sal:

—No es por falta de percal,

porque entró toda una pieza.

———



A solas en su aposento

Gregoria me suplicaba

que la refiriese un cuento

del que yo no me acordaba.

—Piénsalo bien— me decia—

que él te vendrá a la memoria.

Y al tiempo que me venia...

tambien le vino á Gregoria.

———



Braulio y una prostituta

disputaban cierto dia,

y ella le dijo á su tía:

—Parta usted esta disputa.

—Ya que así me lo previenes,

partiré lo que decís;

Braulio, pues, que tome el dis;

lo demas tú... ya lo tienes.

———



Thursday, March 9, 2017

Francisco Martínez de la Rosa

Los epitafios de un prócer

Don Francisco Martínez de la Rosa nació en Granada el 10 de marzo de 1787. Estudió Leyes y a los veinte años de su edad obtuvo la cátedra de Filosofía Moral en su ciudad natal. Durante la Guerra de la Independencia destacó en Cádiz y sus Cortes como uno de los más ilustres oradores liberales. Tras conocer cárcel y exilio, y ya muy moderado en sus ideas (era denominado Rosita la Pastelera por los liberales exaltados), en 1834 presidió el Consejo de Ministros. Año y medio duró su gobierno, durante el cual se promulgó una de nuestras constituciones decimonónicas, el llamado Estatuto Real. Fue también embajador y presidente del Congreso. Respetado y apreciado por escritores y estudiosos, presidió el Ateneo de Madrid y la Real Academia. Murió en Madrid el 7 de febrero de 1862.

Como literato es sobre todo conocido por su drama La Conjuración de Venecia (1834), uno de los hitos que marcan el comienzo del Romanticismo en España. Escribió una Poética en la que, hablando del tema que nos interesa, dice:

Mas al festivo ingenio deba solo

el sutil epigrama su agudeza;

un leve pensamiento,

una voz, un equívoco le bastan

para lucir su gracia y su viveza,

y cual rápida abeja, vuela, hiere,

clava el fino aguijón, y al punto muere.

No se prodigó en el género jocoso; pero su El cementerio de Momo figura merecidamente en todas las antologías. Aquí lo reproducimos tal como aparece en la edición de sus Poesías y dos comedias, París 1836 (aquí).



El cementerio de Momo. Epitafios

Yace aquí un mal matrimonio,

dos cuñadas, suegra y yerno...

No falta sino el demonio

para estar junto el infierno.


¡En sepulcro de escribano

una estatua de la Fe!...

No la pusieron en vano,

que afirma lo que no ve.


¿Ya hay pleito sobre el sepulcro,

y aún no está el hombre enterrado?

¡Este sí que era letrado!


Yace aquí Blas... Y se alegra

por no vivir con su suegra.


Agua destila la piedra,

agua está brotando el suelo...

¿Yace aquí algún aguador?

No señor: un tabernero.


Un delator aquí yace...

¡Chito! Que el muerto se hace.


Aquí yace una doncella...

y han borrado de labor...

Siempre es bueno hacer favor.


Yace en esta estrecha caja

el sastre mas afamado;

y dicen que no ha robado...

Al menos en su mortaja.


¡Cuñados en paz y juntos!...

No hay duda que están difuntos.


Aquí yace una beata

que no habló mal de ninguna...

Perdió la lengua en la cuna.


Aquí un médico reposa,

y al lado han puesto a la Muerte...

Iban siempre de esta suerte.


¡Al pie del sepulcro un cuerno!...

¿No admite dos el infierno?


Aquí un hablador se halla...

Y por vez primera calla.


Aquí yace una viüda

que murió de pena aguda...

Apenas hubo perdido

a su séptimo marido.


Aquí se enterró un suizo...

Por el dinero lo hizo.


Aquí yace una soltera,

rica, hermosa, forastera,

que sordomuda nació...

¡Si la hubiera hallado yo!


Sub hoc tumulo... Adelante,

que este será algún pedante.


Aquí yace un andaluz...

Por eso han puesto esta cruz.


Don Juan de Az...pei...ti...gu...rrea...

Para el diablo que te lea.


Ya que no pide doblones,

pide esta vieja oraciones.


¡Canónigo... de repente...

y morir en Noche Buena!...

Se le indigestó la cena.


Eche una limosna, hermano;

y que no suene el dinero,

no reviva este usurero.


Aquí enterraron de balde,

por no hallarle una peseta...

No sigas: era poeta.


Una palma han colocado

en la tumba de Lucía...

Es que dátiles vendía.


Aquí yace un cortesano,

que se quebró la cintura

un dia de besamano.


Aquí jaz o mui Ilustre

Senhor João Mozinnho Souza

Carvalho Silva da Andrada...

Sobra nombre o falta losa.


Aquí yace un juez de vagos,

que en Madrid ocioso anduvo...

¿Y en qué diablos se entretuvo?


Aquí reposa un francés...

Al fin parado le ves.


Aquí yace entre laureles

un gran autor de comedias,

que murió helado en el patio

sin que un cristiano lo viera.


Aquí yace sor Belén,

que hizo almíbares muy bien

y pasó la vida entera

vistiendo niños de cera.


Aquí yacen cuatro socios

que juntaron gran caudal:

un médico, un boticario,

un cura y un sacristán.


Aquí yace el Rey Ramiro,

que libró á España del feudo...

Al moro que hoy lo cobrare,

la ganancia no le arriendo.


Aquí yace un oidor sordo...

un relator tartamudo...

un vista con cataratas...

¡Pues anda bonito el mundo!


Aquí yace un contador

que jamas erró una cuenta...

A no ser a su favor.


Un borrego han esculpido

en esta tumba modesta...

¿Tuvo el difunto el toisón?...

Fue escribano de la Mesta.


Aquí a una bruja enterraron,

chamuscada a fuego lento...

Nunca es malo un escarmiento.


Aquí yace un cobrador

del voto del Rey Ramiro...

¿No era mejor dar mujeres

y quedarnos con el trigo?


Aquí yace un mayorazgo

junto á su hermano mellizo:

este se murió de hambre;

y aquel se murió de ahito.


Aquí Susana reposa...

por supuesto no la casta...

Con que usted lo diga, basta.


Aquí yace un proyectista,

que quiso dar por asiento

agua, tierra, fuego y viento.


Aquí yace un egoísta

que no hizo mal ni hizo bien...

Requiescat in pace, Amen.


Aquí yace Don Matías,

acusado de tacaño:

y daba gratis al año...

Pésames, pascuas y dias.


El general que aquí yace,

hizo lo mismo que el Cid...

Entraba muerto en la lid.


Aquí yace un alquimista,

que en oro trocaba el cobre...

Y murió de puro pobre.


Aquí yacen dos maestrantes...

Ocupados como antes.

———



Tuesday, March 7, 2017

Juan Martínez Villergas

Un satírico errante

Juan Martínez Villergas nació el 8 de marzo de 1817 en Gomeznarro (Valladolid), de padres liberales y no muy acomodados. Siendo muchacho marchó a Madrid, donde pronto tomó parte en la vida política militando en la extrema izquierda del momento: el republicanismo. En verso y en prosa combatió el poder establecido y satirizó cruelmente a otros literatos. Imposible resumir su agitada vida: escribió como un poseso y polemizó con propios y extraños; a veces como cónsul de España, a veces como fugitivo, a veces en busca de fortuna, conoció Europa y toda la América; fue diputado a Cortes; instalado en Cuba, luchó con su palabra contra los partidarios de la autonomía; y, finalmente, volvió a la Península en 1889. Murió en Zamora el 8 de mayo de 1894.

Falto de cultura y sosiego, y sobrado de ingenio y descaro, Martínez Villergas escribió muchos epigramas y letrillas memorables, algunos recogidos en sus Poesías jocosas y satíricas (aquí, la primera edición) y en Los siete mil pecados capitales (aquí.) En 1997 Asunción García Tarancón defendió una tesis doctoral consagrada a su obra (aquí.)

Dicen que algunos necios

de mi se quejan,

y mis verdades tienen

por desvergüenzas.

Cerrar el pico

prometo si se acaban

tontos y pillos.

———



Epigramas políticos


Tanto quisieron tirar

del coche del rey Fernando

los realistas de un lugar,

que segura de volcar

iba la reina temblando.

"¡Alto!", Fernando exclamó;

mas como iban desbocados

y nadie le obedeció

gritoles con rabia "¡SOOO!!!!!"

y se quedaron clavados.

———

Como muestra de devoción al rey, los absolutistas solían desenganchar los caballos del coche real y ocupar ellos mismos su lugar.



Trifón supo, a toda luz,

robando, juntar buen pico;

sus méritos de hombre rico

valiéronle una gran cruz.

Y así la maledicencia

sostiene que fué Trifón

Excelencia por ladrón

tras ladrón por excelencia.

———



—Allá camina don Juan,

en rebañar hombre ducho.

—¿Por qué no le colgarán?

—Porque ha rebañado mucho.

———



Al dar un ministro audiencia,

dice á todo pretendiente:

"Ya le tengo á usted presente."

Y no miente su excelencia.

———



Juega a las damas constante

mi vecino don José.

Ayer le dije —¡Ah, tunante!

Con qué ganas come usté.

Y él respondió —Soy cesante.

———



—¡La cosa estalla!— clamó

un ministro sin conciencia.

Y un cesante que le oyó,

—¡Qué bueno fuera — añadió—

que estallara su excelencia!

———



Epigramas literarios


Contra Bretón de los Herreros

A Manuel Bretón, el tuerto,

una víbora picó.

¿Murió Bretón? No, por cierto;

la víbora revento

———

Viejo tema que Villergas aprovecha para cargar contra Bretón de los Herreros, tuerto y uno de sus mayores enemigos literarios.



Una comedia empecé

que se acabó en el fogón

cuando supe que el Brutón

mandaba en el comité.

Porque tiene —esto es un hecho—

la órbita izquierda cerrada,

y por el ojo derecho

creo que no le entra nada.

———

Este parece ser el origen del odio por Bretón: el comité del teatro del Príncipe, dirigido por él, rechazó una comedia del dicaz Villergas.



—¡Mozo, medio de cebada!—

clamó Brutón cierto día

entrando en la horchatería.

—¿Qué espera usted, camarada...?—

Y el mozo como suspenso,

—Señor, —contestó— discurro

que es usted muy grande burro

para estar a medio pienso.

———

"Medio de cebada" es "medio cuartillo de agua de cebada", tradicional bebida refrescante. Y, por otra parte, la cebada es alimento de caballerías.

Contra Ventura de la Vega

Vega académico es.

Si tales servicios premia,

pronto dará la Academia

el diccionario en francés.

———

"A un sujeto a quien hicieron socio de la Academia de la lengua castellana, sin mas méritos que el haber dado a luz algunas traducciones", dice el encabezamiento.

Distínguense los autores

por su ingenio esclarecido

o por ser de los peores.

Vega no es de los mejores:

¿por qué será distinguido?

———

El chiste está en que —según cuenta Gª Tarancón— era común el uso del cliché "distinguido literato" para referirse a Ventura de la Vega.



Al traductor mentecato,

al incansable, al travieso

distinguido literato

juzgan escritor de peso.

Y yo llego a presumir

que su peso es colosal,

pues él basta para hundir

el teatro nacional.

———



Contra Antonio Gil y Zárate

Gruña cualquier monigote;

yo siempre me he figurado

que no hay autor tan tronado

como el señor de Gilote.

Por eso a nadie le igualo,

que solo un autor de trueno

pudo de un Guzmán el Bueno

hacer un Guzmán el Malo.

———

Se refiere Villergas a Guzmán el Bueno, drama de Gil y Zárate estrenado en 1828.

Gilote me causa horror,

Brutón tampoco me peta.

¿Quién es poeta mejor?

Nadie es mejor ni peor,

porque ninguno es poeta.

———



Un calvo que llaman Gil

tiene en sus dramas (soy franco)

en cada página mil

salidas de pie de banco;

y en él no están permitidas

pues son cosas encontradas,

el tener malas salidas

quien tiene buenas entradas.

———



Contra Tomás Rodríguez Rubí

Donde Tomás brilla más

es el los versos, Calisto;

y lo peor que yo he visto

son los versos de Tomás.

———

Este brillante epigrama está dedicado, según Gª Tarancón, a Rodríguez Rubí.



Contra Clemente Miró

Cuando Polonia del ruso

fue presa bárbaramente,

el buen Miró (don Clemente)

un poema le compuso.

Mas quedo tan mal parada,

que el mismo autor anunció:

"Polonia sacrificada

por don Clemente Miró".

———

El desconocido Miró quedó inmortalizado por este epigrama, que no suele faltar en las antologías.



Contra Julián Romea

Siempre levita ha gastado

con solapas don Julián;

y hoy con solapa ha estrenado

un chaleco y un gabán.

¡Oh, qué hombre tan solapado!

———



Contra uno

Un escritor de esta edad,

que es un pedazo de atún,

decía con gravedad:

"Yo escribo para el común."

Y era la pura verdad.

———

"El común" es "la mayor parte de las gentes" pero también "el retrete".

Contra Quirós

Los diez tomos, vive Dios,

que ha publicado Quirós

con notas y suplementos,

como los diez mandamientos

pueden reducirse a dos.

———



Contra Domingo Faustino Sarmiento

Este escritor de pega y de barullo,

que delira, traduce, o no hace nada,

subir quiere del genio a la morada,

de sus propias lisonjas al arrullo.

Fáltale ciencia, pero tiene orgullo;;

la paz le ofende y la virtud le enfada,

es ciego admirador de Torquemada

y enemigo mortal de Perogrullo.

Tal en resumen es mi pensamiento

acerca de este autor que lleva el nombre

o apellido o apodo de Sarmiento.

Nada hay en él que agrade o que asombre;

carece de instrucción y de talento;

en todo lo demás es un gran hombre.

———

Así responde Villergas a la crítica que Sarmiento hace de España en sus Viajes.



Contra Leandro Fernández de Moratín

Que de pedantes tu atención se ocupe,

oye, escucha de ti lo que se infiere:

(diga el mundo después lo que dijere

de si supe juzgarte o si no supe.)

No me parece bien que el hueso chupe

quien malezas del tuétano refiere;

quien mal quiere a au imagen, mal se quiere;

su rostro moja quien al cielo escupe.

Mostraste conocer a los pedantes;

bien puedes, veterano en el servicio.

Pero ¿a qué tus clamores incesantes?

Mas ya a Pedancio sé por qué impropicio

versos en prosa enristras fulminantes,

pues ¿quién es tu enemigo? El de tu oficio.

———

"A don Leadro Fdez. de Moratín, autor de innumerables sátiras contra Pedancio", es el encabezamiento de este soneto. Don Leandro murió en el exilio cuando el inflamable Villergas tenía once añitos; a saber por qué le espetó este soneto.

Epigramas picantes


¿Qué debo pensar, carísimos,

de esas muchachuelas cócoras,

que por respeto a la crítica,

de esta sociedad sardónica,

de toda picante sátira

fingen asustarse hipócritas,

y no dudan ser heréticas

con el que las haga eróticas?

———



—¿Conque la mocita Paca

está enferma? ¡Cristo Padre!

¿Pues qué extraño mal la ataca?

—A mal de madre lo achaca,

y en efecto es mal... de madre.

———

"Mal de madre" era llamada la histeria.



Se acabó de confesar

la sobrina del vicario

y empezó contrita a orar

al pie del confesonario.

Y aún el padre repetía:

"La castidad te interesa",

al tiempo que ella decía:

"Me pesa, Señor, me pesa."

———



Viendo un niño, pregunté:

"¿Es de usted, señora Luisa?"

Y ella respondió con prisa,

muy política: "Y de usté."

———



La beata santurrona

que en el entresuelo habita,

tiene, según malas lenguas,

el amante en la buhardilla.

Y dice: —Tanto me encantan

las oraciones divinas,

que paso días y noches

entregada al que está arriba.

———



Bramó el gato de una viuda

en enero, y el por qué

preguntó su niña aguda.

La madre dijo: —No sé,

dolor de muelas sin duda.

Quejose ella cierto día

de la viudez, sin cautela,

y su niña, que la oía,

dijo triste: —Madre mía,

¿le duele á usté alguna muela?

———



—Mi marido, doña Inés,

es gran hombre y guapo chico.

—¿Es marqués, barón, o qué es?

—Aún ignoro si es marqués;

pero varón, certifico.

———



"Aqui los restos están

de la casta Doña Bruna"

decía cierto letrero

a la puerta de la inclusa.

Y oyendo yo un batallón,

de chicos metiendo bulla,

dije: —Si estos son los restos,

¿cuál será toda la suma?

———



Aunque tengan más faltas

que una pelota,

las rubias y morenas

flacas o gordas,

yo diera el alma

por morenas y rubias

gordas y flacas.

———



Epigramas blancos


Un confesor que Pilar

llena de entusiasmo ensalza,

a la virgen del Henar

mandó que fuera descalza.

Y en efecto allá se fué

por cumplir su penitencia

descalza de pierna y pié;

pero fué en la diligencia.

———



Juan se retiró á las diez

y el padre, que no es cobarde,

dijo: —¡Infeliz si otra vez

vienes a casa tan tarde!

Oyó otra noche el villano

las doce, ¡negra fortuna!,

y dijo: —Aún puedo ir temprano—

y se esperó hasta la una.

———



Sin cuidar cierto gorrero

de gramáticos aliños,

plantó el siguiente letrero:

"Aquí hay gorros para niños

hechos con gusto y esmero".

———



Jura Blas por San Miguel

no llevar coche jamás,

pero es porque quiere Blas

que el coche le lleve á él.

———



Mostrando un duro un impío

avaro, que Dios confunda,

dije —¿Es de Isabel segunda?—

y respondió —No, que es mío.

———



Pepa, luz del cielo,

de Avapiés aborto,

de refajo corto

y ancho terciopelo,

persuadirme anhela

con demente chola

de que no es manola

porque no es Manuela.

———

"Chola": cabeza, entendimiento.



Con un trago que bebió

un hombre se emborrachó;

mas ya la causa adivino,

y es que del trago apuró

media cántara de vino.

———



La lengua inglesa intentó

aprender don Juan de Lara,

y al que antes se la enseñara,

dos mil duros le ofreció.

Agarró un inglés la presa

y dijo a Lara el muy soca:

—Ahí tenéis— Abrió la boca,

y enseñó la lengua inglesa.

———

"Hacerse el soca" era "hacerse el tonto".



Guillén cenó con Pascual;

una ensaladita escasa

fue el comienzo, y —¡Voto á tal!

—exclamó aquél— en mi casa

ese es el plato final.

Pero más la admiración

creció del pobre Guillén,

al ver el aire simplón

con que su buen anfitrión

contestó: —Y aquí también.

———



Varias personas cenaban

con afan desordenado,

y a una tajada miraban

que habiendo sola quedado

por cortedad respetaban.

Uno la luz apagó

para atraparla con modos;

su mano al plato llevó,

y halló las manos de todos,

pero la tajada no.

———



Matrimonios y cuernos


Chica, dijo a Pepa

su marido Pepe,

creo que te apuntan

cuernos en la frente.

Y ella, cariñosa

contestóle: puede...

dime con quien andas,

te diré quien eres.

———

"Cuernos" eran bucles o tirabuzones, parece que usados en la moda peluquera allá por 1840.



Peineros he conocido

de tan raro proceder,

que venden a una mujer

lo que han comprado al marido.

———



Ardiendo un marido en celos

de coraje se arrancó

un gran puñado de pelos

y en el brasero lo echó.

La mujer lo vio encendido

y hurgó con sumo cuidado

diciendo: "¿Que habrá caído,

que huele a cuerno quemado?"

———



—Si a los mansos— dijo Rosa—

Dios da en el Cielo reposo,

¡Ay qué gloria tan hermosa

tendrá mi difunto esposo!

———



De su marido cruel

quejábase doña Eustaquia

y dijo una amiga fiel:

—¿Quieres defenderte de él?

Estudia la tauromaquia.

———



—Ya en Méjico han proclamado

el matrimonio civil.

¡Mirad si hemos progresado!—

gritaba el soltero Gil.

Pero el casado Pascual

se lamentaba y decia,

que más progreso sería

declararlo criminal.

———



Cogí de un brazo con arte

a Pascual que iba hecho un loco

y dije —Espérate un poco,

¡qué diablo! ¿Vas a casarte?

—¡Hombre!— respondió Pascual—

no estoy tan desesperado.—

Y luego añadió el malvado

que iba a tirarse al canal.

———



Murió Luisa y celebrábalo

su marido el mostagán

tragando y tragando pan

lo mismo que un Heliogábalo.

Algunos amigos buenos

llamáronle basilisco;

y él dijo dando un mordisco:

—Los duelos con pan son menos.

———



Baldado estaba Narciso

sufriendo la pena negra,

cuando le llegó un aviso

del funeral de su suegra.

—Siento andar en pies de palo

—contestó con ceño adusto.—

Si no estuviera tan malo

iria con mucho gusto.

———



Médicos y demás


Un doctor homeopático

a Orozco le dijo un dia,

siempre en su afán sistemático:

—¿Conocéis la homeopatía?

—Sí señor— contestó Orozco—

por ella desde febrero

llevo gasa en el sombrero;

ya ve usted si la conozco.

———

Como señal de luto, se rodeaba el sombrero con una gasa negra.



De hacer cien visitas harto

un médico se acostó,

y no bien se desnudó

le llamaron para un parto.

Abrió el hombre la ventana

y dijo con mucho empeño:

—Diga usted que tengo sueño,

que lo deje hasta mañana.

———



Un abogado de aquellos

que ni aun de sí fían ellos,

dijo a su cliente: "O te salvo

o arráncame los cabellos";

y el abogado era calvo.

———



Pidiendo á Juan un cuartillo

de vino tinto Julián,

—¿No sabes tú —dijo Juan—

de dónde es este chiquillo?

Bebió aquél, y con ardid

contestó —Según las señas,

fué nacido en Valdepeñas,

y bautizado en Madrid.

———



Cierto escultor no afamado,

pero de genio travieso,

hizo un San Antón de yeso

poniendo su cerdo al lado.

Y entrambos en un renglón

explicó, prudente y cuerdo,

cuál de los dos era el cerdo,

y cuál de ellos San Antón.

———



Profesando una monja

contra su gusto

dijo al atar el lazo

del infortunio:

—Sí, yo profeso...

¡rencor a la abadesa

y odio al convento!

———