Saturday, December 26, 2020

El feliz año 20

EL FELIZ AÑO 20

UN PUÑADO DE VERSILLOS
por el
DOCTOR PÉREZ

I. 6 de enero, en la víspera de la investidura de Sánchez

Con retraso Baltasar
un pedazo de carbón
[suplid la transposición]
mañana nos va a dejar.

II. Safo Fr.16 P

Hay quien afirma (equivocadamente)
que es lo más bello una legión en marcha;
otros, caballos o veloces naves;
¡Necios! Es Sánchez.

III

—Mamá, quiero ser artista.
—Es muy difícil, mi amor.
Hazte ministra, mejor:
no hace falta ser muy lista.

IV

«Doña Irene en Igualdad
lucha con mucha otra gente.»
Por un lado, es evidente;
y por otro... no es verdad.

V Adivinanza acróstica

Zonzo y zote a tutiplén,
Patentemente un zoquete,
Zascandil que se entremete...
Pero ¿corrupto también?

VI

Fabula embustes; acábalos
con pormenores ridículos
y cuéntalos en fascículos,
que así nos diviertes, Ábalos.

VII. Memoria histórica acróstica

¡Viva Pedro! La verdad
Ínsita en su boca mora;
¡Vivan Pablo y su señora,
Ambos seres de bondad!
Francamente, en puridad,
Reniego yo del franquismo
Anteponiendole al mismo,
Naturalmente, el presente,
Como resulta evidente;
O incluso un buen comunismo.

VIII

Asesorando al pillín
yerno del dueño de Adán,
buen dinero gano Iván;
y se compró un peluquín.

IX

Doña Delcy les trajo
muchos baúles;
lo que en ellos había
no les preguntes.

Pero calculo
que era la "Obra Selecta"
de N. Maduro.

X. A Cayetana

La secta de la Sexta al de la seta
prefiere antes que a vos, que sos re cheta.

XI

Volverán los problemas inventados
de Gobiernos los días a llenar
y otra vez, con descaro y sin vergüenza,
mi pelo tomarán.

Pero aquellos que ahora nos preocupan,
problemas que tenemos en verdad,
aquellos que nos matan y empobrecen...
esos... ¡no abordarán!

XII

—Docto Simón, sagaz Illa,
¿usamos la mascarilla?
—Callad, chusma retrasada;
eso no sirve de nada.
—Docto Simón, sagaz Illa,
¿usamos la mascarilla?
—¿Y lo dudáis, chusma inculta?
¡Bajo amenaza de multa!

XIII

Quienes la cara de gneis
tenéis, y lo otro dispuesto,
conseguir cualquier buen puesto
al jefe Unidas Podéis

XIV

Sacó la-dina ventaja
de sus visitas a iglesias
—sin ser beata— y amnesias;
e hizo a la última hora caja.

XV

El fuego tapar con llama
y el estiércol con más mierda;
tensar y tensar la cuerda;
a esto gobernar lo llama.

XVI

Antes de que te levantes
ya te tienen ensayadas
diez o doce gañanadas
para hoy tus representantes

XVII

Quien va hasta arriba de grifa
y ginebra de garrafa,
y farolas rompe y chafa,
¿es el dechado de antifa?

XVIII

El capitalismo woke
inyectado en grandes dosis
causa prurito, pirosis,
y en casos graves amok

XIX

«¡Salimos todos más fuertes!»,
dice Iván y está en lo cierto;
...salvo quizás algún muerto
y los que están en los ERTEs.

XX

Ya pasó la primavera,
ya acabó el confinamiento
y tiemblo cuando presiento
la que ahora nos espera.

XXI

Vidas negras importaron
quienes su patria fundaron.
Y hoy los nietos nos exhortan:
«¡Las vidas negras importan!»

XXII

Es un poco sorosiano
y quizás masón un tanto;
pero más razón que un santo
tiene don Luis Garicano.

XXIII

Que hable de Dina y Corina
y ría el buen pueblo llano,
que a la vuelta del verano
le esperan rebrote y ruina.

XXIV

Europa ya se mató
y USA se está suicidando;
así pues, idlo aceptando:
el futuro es de 中国

XXV

Cuando cancela un país
a Flannery y a Colón
su futura condición
tira a negra más que a gris.

XXVI

Donald parece estar K.O.
y Báiden está gagá
y el mundo entero será
de los biznietos de Mao

XXVII

El exduque de Atenas y Neopatria
se dice, se comenta que se expatria.
Y aquí quedan Iván y Pedro y Pablo;
¡así se los llevara pronto el diablo!

XXVIII

Sea de carne o de cuero,
almacenar las monedas
para usarlas cuando puedas
es lo que hace un Monedero.

XXIX

¿Es buen ticket el que integra
a un católico abortista
(que ya está pidiendo pista)
y a una negra que no es negra?

XXX

Casado a su gente educa
y enseña a callar y a hablar,
y a Caye manda callar
y da su altavoz a Cuca.

XXXI

Salgo en el «Diez Minutos»
sin ser folclórica,
porque soy de don Pablo
primera chorba.

¡Qué buen negocio!
¡Ole y ole Podemos!
¡Viva mi novio!

XXXII. Deconstrucción viril

El varón buen ciudadano
debe dilatar el uno.
La tacha de machirulo
obviará poniendo el celo.
Y solo usará su pena
cuando el Gobierno lo ordene.

XXXIII

Iván hábilmente trenza
—y su poder así afianza—
de unos la sed de venganza
con de otros la desvergüenza.

XXXIV

¡Qué bello será este otoño,
en el que Sánchez con saña
hará la puñeta a España
junto con Pablo el del moño!

XXXV

Lo que me queda de vida
pasaré —¡vaya putada!—
en una patria arruinada,
rota, enferma y bien jodida.

XXXVI

Tesis Miguel Sebastián,
boda le regaló Adán.
Al no tener nada dentro,
parecía ser de centro.
A dos paquetes venció
y el liderazgo alcanzó.
Ahora su sociopatía
manifiesta cada día.

XXXVII

¡Fachita, vas y te jodes!
Es de Sánchez decisión:
el Nobel irá a Simón
y el Chopin ganará Rhodes.

XXXVIII. Soneto jubiloso y acróstico

Permitid que un soneto improvisado
Aporte alborozado en este día
Bendiciendo la estrella que surgía
Levantándose ayer sobre el estrado.
¡Oh elocuente y benéfico Casado!
Eres de España orgullo y alegría,
Solo hábil tú para esta patria mía
Gobernar en un mar atormentado.
Amansa al podemita y al sociata
La palabra que brota de tu boca,
Libre, justa, seráfica y sensata.
Y en la derecha tu oración provoca
Nunca antes visto júbilo, y desata
Amor pepero en cuanto oído toca.

XXXIX

Vinieron: un virus chino,
de África muchos migrantes,
de USA ideas delirantes...
pero ni un turista vino.

XL

Donald, el caso es sencillo:
O perdiste limpiamente,
o, timándote, esa gente
mostró que eres un pardillo.

Tu proceder fue sencillo:
consistió más en ladrar
que en morder o ejecutar:
quedaste como un pardillo.

Amenazar es sencillo,
pero nada hiciste tú
contra @jack o Jolibú
y te pudieron, pardillo.

Y quien, sutil o sencillo,
en tu carisma confió
su ingenuidad reveló
y quedó como un pardillo.

XLI

Contra la Constitución,
los ministros; contra España,
sus apoyos. ¿Y se extraña
alguien de mi depresión?

XLII. Aviso de la Agencia Tributaria

Otegi los Presupuestos
respalda: lo que le espera
puede suponer cualquiera
si no paga sus impuestos.

XLIII

La Ministra Cela—á
por conservar su bicoca
miente con toda la boca:
mira cuánto mentirá.

XLIV

—¡Escamots, en paz coged
todo el Este! ¡Toma, Arnaldo:
de Albacete a Baracaldo!
—¿Y mi pueblo...? —¡A Mohamed!

Saturday, December 19, 2020

Diario de la covid

MI LIBRO DE LA COVID
UN PUÑADO DE VERSILLOS
por el
DOCTOR PÉREZ

PRECONFINAMIENTO. ODA SÁFICA AL CORONAVIRUS

¡Bíblica plaga que de Oriente surges,
monstruo que ostentas orgulloso un nombre
de ecos reales e imperiales halos,
virus corona!

Tú das materia al tertuliano inane,
arden contigo las sociales redes
y hablan de ti con fascinado asombro
los noticiarios.

Débil el viejo en tu presencia tiembla
no reclamada, mas de nada sirve;
tú compareces, eficaz auxilio
de la eutanasia.

Cuando te toque visitar mi casa,
templo modesto donde al dios que lanza
flechas de plata se le rinde culto...
¡tómate el día!

DIARIO DEL CONFINAMIENTO

DÍA 1

Tengo a tope los depósitos
de celulosa, un magnífico
champagne en el frigorífico
e inmejorables propósitos.

DÍA 2

Bajo y la basura arrojo,
allá lejos un tipejo
vislumbro, la calle dejo
y en mi jaula me recojo.

DÍA 6

¿Me estoy volviendo tarumba?
Con ella me he tropezado
y cortés me he disculpado
con nuestra eficiente roomba.

DÍA 7

¡Bendito teletrabajo!
Si era tan solo una gripe
¿qué hago colgado de skype,
mandando emails a destajo?

DÍA 10

Me causa gran alipori
quien tras haberla cagado
me dice (¡y se cree salado!):
«¡Capitán a posteriori!»

DÍA 11

Andando por el pasillo
una y otra y otra vez,
a las baldosas, ¡rediez!
les estoy sacando brillo.

DÍA 14

Cuanto menos hago, tanto
menos se me antoja hacer;
hoy haré menos que ayer...
La plaga crece, entretanto.

DÍA 19

Así pasen meses mil
del derecho y del revés,
no he de vivir otro mes
tan raro como este abril.

DÍA 20

Los pantalones me abrocho,
y me ciño el cinturón,
y me voy para el balcón
que están dando ya las ocho.

DÍA 22

Pasé el Domingo de Ramos
sin ramos ni procesiones
y sin hacerme ilusiones:
derecho a la ruina vamos.

DÍA 25

¡Iba a hacer yo tantas cosas
en la obligada clausura!...
Pero alguna era muy dura
y todas, muy fatigosas.

DÍA 29

Voy de la cocina al baño
y del baño hasta el balcón
y otro día en reclusión
mal que bien me las apaño.

DÍA 32

—Nos esperan la pobreza,
el paro, el cierre y el erte
(si da licencia la muerte).
—Anda, saca otra cerveza.

DÍA 36

Añoranza parroquial:
domingos en los que oía
distraído la homilía
inacabable y sin sal...

DÍA 39

Cinco semanas y media;
alcanzaremos a aquel
filme de Rourke (Miguel),
si es que Dios no lo remedia.

DÍA 41

Abundante policía
en las calles; y en la red
mucho cuidado tened,
que el ministro nos espía.

DÍA 42

Hoy los niños de paseo
salen si les da la gana;
y dentro de una semana
incluso yo, según creo.

DÍA 45

Nos impone este mancebo
la Nueva Normalidad;
yo lo que quiero, en verdad,
es normalidad de nuevo.

DÍA 46

Pienso, declaro y confieso
que esta ristra confinada
—un tuit por cada jornada—
ya se dilata en exceso.

DÍA 48

La calor se ha presentado
en las calles de improviso
y la Autoridad permiso
para sudarlas ha dado.

DÍA 49

Cambiaron las condiciones
de estricto confinamiento;
llegado es pues el momento
de dejar estas razones.

Thursday, September 17, 2020

Tomás de Iriarte

El fabulista músico

Don Tomás de Iriarte nació en Puerto de la Cruz (Tenerife) el 18 de septiembre de 1750 y murió en Madrid el 17 de septiembre de 1791. A los catorce años de su edad se instaló en Madrid para estudiar bajo la dirección de su tío, el erudito don Juan de Iriarte. Hablaba latín y griego, inglés, francés e italiano; y, culto y protegido de los poderosos, llegó a ser traductor de la primera Secretaría de Estado y archivero del Consejo Supremo de Guerra. Como suelen los intelectuales (ilustrados, se decían en su tiempo) incansablemente intrigó, aduló y pontificó. Y, más que nada, polemizó; con Forner, con Sedano, con Samaniego... Este último le disparó un epigrama envenenado:

Tus obras, Tomás, no son
ni buscadas ni leídas
ni tendrán estimación
aunque nos sean prohibidas
por la Santa Inquisición.
———

La gota acabó con su vida antes de que cumpliera los 41 años. Según Cueto, pocos días antes de morir dictó este melancólico soneto en el que alude a sus disputas con Forner:

Lamiendo reconoce el beneficio
el can más fiero al hombre que le halaga;
yo, escritor, me desvelo por quien paga
o tarde o mal o nunca el buen servicio.

La envidia, la calumnia, el artificio
cuya influencia vil todo lo estraga
con más rabiosos dientes abren llaga
en quien abraza el literario oficio.

Así la fuerza corporal padece,
falta paciencia, el ánimo decae,
poca es la gloria, mucha la molestia.

¡El libro vive y el autor perece!
¿Y amar la Ciencia tal provecho trae?
Pues doy gusto a Forner y hágome bestia.
———

Iriarte escribió obras dramáticas, como la comedia Hacer que hacemos y el melólogo Guzmán el Bueno; poesía didáctica, como el insufrible poema La Música; y otras composiciones de varia índole que pueden encontrarse aquí.

Fama inmortal dieron a Iriarte sus Fábulas literarias, que en mi infancia todos aprendíamos y de las que han quedado en el habla común unas cuantas frases: galgos o podencos, sonó la flauta por casualidad. La verdad es que son poemas perfectos en su ligereza. He aquí, por ejemplo, la fábula El galán y la dama:

Cierto galán a quién París aclama,
petimetre del gusto más extraño,
que cuarenta vestidos muda al año
y el oro y plata sin temor derrama,

celebrando los días de su dama
unas hebillas estrenó de estaño,
solo para probar con este engaño
lo seguro que estaba de su fama.

«¡Bella plata! ¡Qué brillo tan hermoso!»,
dijo la dama. «¡Viva el gusto y numen
del petimetre, en todo primoroso.»

Y ahora digo yo: llene un volumen
de disparates un autor famoso
y si no le alabaren, que me emplumen.
———

De las poesías sueltas que Iriarte compuso traemos aquí las que consideramos más humorísticas. Diremos que la musa de Iriarte no es aguda en exceso y que nunca sobrepasa los límites de una prudente sátira.

He aquí un puñado de epigramas:

Escribano que inmediata
tienes tu casa a un platero,
pon en ella este letrero:
«Todos limpiamos la plata.»
———

Cierto escritor de sainetes
dice que hace lo que sabe,
y autores hay que aseguran
que no sabe lo que hace.
———

Casado con tres mozas en Granada
al mismo tiempo un picarón vivía;
la justicia mandó que castigada
fuese en un burro tal poligamía.
Por las calles la plebe lastimada
preguntaba el delito, y él decía:
—Señores, me han sacado a dar doscientos...
—¿Por qué? —Por frecuentar los sacramentos
———
Doscientos azotes, se entiende.
———

Este juego de palabras es muy conocido:

—He reñido a un hostelero.
—¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo?
—Porque donde, cuando como,
sirven mal, me desespero.
———

A una señora anciana que se pintaba mucho la cara

Los años de edad que cuenta
la dicha señora mía
veinte son al mediodía
y a media noche setenta.
Hará como unos cuarenta
que aborreció el agua clara;
y ayer con prisa tan rara
a recibirme salió,
que olvidada se dejó
en el tocador la cara.
———

El soneto Tres potencias bien empleadas en un caballerito de estos tiempos gozó de merecida fama:

—Levántome a las mil, como quien soy;
me lavo. Que me vengan a afeitar.
Traigan el chocolate, y a peinar.
Un libro... Ya leí; basta por hoy.

Si me buscan, que digan que no estoy.
Polvos... Venga el vestido verdemar...
¿Si estará ya la misa en el altar?
¿Han puesto la berlina? Pues me voy.

Hice ya tres visitas. A comer...
Traigan barajas. Ya jugué. Perdí...
Pongan el tiro; al campo, y a correr...

Ya doña Eulalia esperará por mí...
Dio la una. A cenar, y a recoger...
—¿Y es este un racional? —Dicen que sí.
———

Aunque quizás mi soneto favorito sea este acerca de los Trabajos en que se ve el poeta por causa de cierta Juana:

Pensando en Juana tomo siempre el sueño;
Juana mi reflexión de noche afana;
pienso en Juana también por la mañana
y Juana a todas horas es mi dueño.

Juana me desanima con su ceño;
Juana otras veces me parece humana;
severo estoy, según me mira Juana;
según me mira Juana, estoy risueño.

Sin Juana estoy y a Juana tengo al lado;
no es imperio el de Juana: ¡es despotismo!
Juana es en mí un espíritu arrimado

y para Juana no hallo un exorcismo...
¿Ves cómo este soneto está enjuanado?
Pues aún más enjuanado estoy yo mismo.
———

En la Biblioteca Nacional se conserva un manuscrito de Poesías lúbricas de D. Tomás de Iriarte inéditas que no pueden imprimirse. Pero no se ilusionen los lectores rijosos: son pocas, poco lúbricas y con poca gracia. He aquí una de ellas:

Preguntaba un carpintero
recién casado a su esposa:
«¿Hacemos aquella cosa,
o hemos de cenar primero?»
Y respondiole la tonta:
«Lo que tú quieras, pariente,
para mí es indiferente...
mas la cena no está pronta.»
———

Acabaremos con la transparente alegoría La barca de Simón, que le costó a Iriarte una reprimenda de la Santa Inquisición:

Tuvo Simón una barca
no más que de pescador,
y no más que como barca
a sus hijos la dejó.

Mas ellos tanto pescaron
e hicieron tanto doblón,
que ya tuvieron a menos
no mandar barco mayor.

La barca pasó a jabeque,
luego a fragata pasó;
de aquí a navío de guerra
y asustó con su cañón.

Mas ya roto y viejo el casco
de tormentas que sufrió,
se va pudriendo en el puerto:
¡lo que va de ayer a hoy!

Mil veces lo han carenado
y al cabo será mejor
desecharle y contentarnos
con la barca de Simón.
———

Thursday, August 20, 2020

El Conde de Villamediana

Un conde imp(r)udente

Don Juan de Tassis y Peralta, Conde de Villamediana y Correo Mayor del Reino, nació en Lisboa, donde fue bautizado el 26 de agosto de 1582, y murió en Madrid el 21 de agosto de 1622. Fue mujeriego y sodomita, pendenciero y jugador; gastó millones y acumuló deudas, pulió poemas cultos y los aguzó burlescos; fue desterrado tres veces de la corte y acabó muriendo apuñalado cuando paseaba en coche por la calle Mayor de Madrid. Nunca fue hallado el asesino.

Se dice que Villamediana galenteaba a la reina Isabel, esposa de Felipe IV, y que llegó a quemar el escenario donde ella y sus damas estaban representando La gloria de Niquea para así poderla sacar en brazos; pero esto más bien parece leyenda que realidad. Sin embargo, fuera por la causa que fuese, muchos creyeron que su muerte había sido ordenada por el rey:

Mentidero de Madrid,
decidnos quién mató al Conde.
—Ni se sabe ni se esconde:
sin discurso discurrid.
—Dicen que le mató el Cid,
por ser el Conde lozano.
—¡Disparate chabacano!
Lo cierto del caso ha sido
que el matador fué bellido,
y el impulso soberano.
———
(Por supuesto, los cultos lectores de esta bitácora habrán identificado las alusiones a la muerte del suegro del Cid y a la del rey Sancho.)
———

Escribió mucha poesía y muy buena: poemas mitológicas como Fábula de Faetón, Fábula de Apolo y Dafne, Fábula de Venus y Adonis; perfectos sonetos petrarquistas, gongorinos y morales; la comedia La gloria de Niquea (1622); y, lo que aquí nos interesa, epigramas burlescos en los que se chanceó cruelmente de los poderosos de aquel tiempo, de sus innumerables enemigos y de simples conocidos. La segunda edición de sus obras (1635) puede encontrarse aquí. Pero a nosotros más nos interesa, por ejemplo, esta colección de sus poemas extraoficiales. Aquí ofrecemos una pequeña muestra de su ingenio para la injuria, eligiendo de entre sus epigramas los que quizás nos resultan más fáciles de comprender.

Villamediana era capaz de escribir epigramas blancos y clásicos, como estos:

Jura don Juan por su vida,
que nunca cena en su casa;
y es que sin cenar se pasa,
cuando otro no le convida.
———

Don Juan, con las mismas mozas
nos puede amor contentar:
a mí dándome el gozar,
y a ti el decir que las gozas.
———

Pero no era este el camino por donde su musa le solía llevar, sino por el de la burla cruel de los defectos de personas identificadas:

Al conde de Salazar y su mujer, que eran muy feos
Al de Salazar ayer
mirar un espejo vi
perdiéndose el miedo así
para ver a su mujer.
———

Don Salazar de Legaña
dijo a doña Chirimía:
—Sed mora, señora mía,
para que os echen de España.
———
Chirimía: quizás la condesa era muy nariguda, o su voz muy desagradable.
El último verso es una alusión a la expulsión de los moriscos iniciada en 1609
———

A una dama
Niña del color quebrado,
la del clavel en el pico,
para venir en borrico,
vinieras en tu cuñado.
———

Las ciudades que visitó tampoco se vieron libres de sus dardos:

A Sigüenza y sus damas
Llegué, leguas caminadas,
por dar descanso a mis plantas,
al lugar de menos santas
y de más canonizadas.
———
Quiere decir que los canónigos de la catedral tenían una rica vida sexual, supongo.
———

A Córdoba
Gran plaza, angostas calles, muchos callos;
obispo rico, pobres mercaderes;
buenos caballos para ser mujeres,
buenas mujeres para ser caballos.

Casas sin talla, hombres como tallos;
aposentos colgados de alfileres;
Baco descolorido, flaca Ceres,
muchos Judas y Pedros, pocos gallos;

Agujas y alfileres infinitos;
una puente que no hay quien la repare;
un vulgo necio, un Góngora discreto;

un San Pablo entre muchos sambenitos:
esto en Córdoba hallé; quien más hallare,
póngaselo a la cola a este soneto.
———

A veces Villamediana se olvida de su ingenio y se limita a proferir descarnadas injurias:

Al Presidente del Consejo de Castilla y tres oidores que fallaron en su contra en un pleito
Para mi condenación
votaron un pleito mío
un borracho y un judío,
un cornudo y un ladrón.
———

La ejecución del poderoso y corrupto Rodrigo Calderón, que mostró gran dignidad en el cadalso, le inspiró varias composiciones. Esta es la más fácil de leer:

Al sepulcro de don Rodrigo Calderón
Aquí yace Calderón
que tuvo tan buena suerte
que en la vida y en la muerte
pareció al buen ladrón.
———

Ciertas personas fueron los blancos favoritos de sus injurias. Antiguas amantes, rivales amorosos,... han pasado a la pequeña historia de nuestra literatura gracias al odio de Villamediana. Uno de ellos fue don Jorge Tovar (que era una persona grave y respetable; lo que hoy llamaríamos un alto funcionario), a quien suele motejar de judío, lo cual era un insulto fortísimo:

A Jorge Tovar habiéndose roto un brazo
¡Jorge, que de sólo alzar
el brazo te lo quebraste!
¿Qué cristiano amenazaste,
o a qué Cristo ibas a dar?
———

A Jorge Tovar habiendo recibido el hábito de Santiago
¡Cruces al que niega infiel
a Cristo! ¡Don Faraón!
Estuviera en un rincón
menos mal puesta que en él.
Esponja, vinagre y hiel
testifican su querella,
y corona, pues con ella
osó a la divina luz.
¡Y quiere hoy ponerse cruz
el que puso a Dios en ella!
———
(lo de osó no lo acabo de entender.)

El alguacil Pedro Vergel le inspiró uno de los mejores epigramas de nuestra lengua:

A Pedro Vergel
¡Qué galan que entró Verjer
con cintillo de diamantes,
diamantes que fueron antes
de amantes de su mujer!
———

Al mismo Pedro Vergel le dedicó este venenoso soneto donde le llama cornudo de todas las formas posibles y alguna más:

A Pedro Vergel
La llave del toril, por ser más diestro,
dieron al buen Vergel y por cercano
deudo de los que tiene so su mano,
pues le tiene esta Villa por cabestro.

Aunque en esto de cuernos es maestro
y de la facultad es el decano,
un torillo, enemigo de su hermano,
al suelo le arrojó con fin siniestro.

Pero como jamás hombres han visto
un cuerno de otro cuerno horadado
y Vergel con los toros es bienquisto,

aunque esta vez le vieron apretado
sano y salvo salió, gracias a Cristo;
que Vergel contra cuernos es hadado.
———
Se narra un incidente ocurrido en una fiesta de toros. El alguacil Vergel le da comienzo y es derribado del caballo, pero sale ileso. Hadado: encantado
———

Y acabamos con un soneto dedicado a la actriz Josefa Vaca, bella y famosa en aquellos días, cortejada por nobles y ricos.

Reprende su marido a la actriz Josefa Vaca
«Oiga, Josefa, y mire que ya pisa
esta corte del rey, cordura tenga;
mire que el vulgo en murmurar se venga
y el tiempo siempre sin hablar avisa.

«Por nuestra santa y celestial divisa,
que de hablar con los príncipes se abstenga
y aunque uno y otro duque a verla venga
su marido no más, su honor, su misa.»

Dijo Morales, y rezó su poco,
mas la Josefa le responde airada:
«¡Oh, lleve el diablo tanto guarda el coco!

¡Malhaya yo si fuese más honrada!»
Pero como ella es simple y él es loco,
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.
———
El último verso es del célebre soneto de Cervantes ¡Voto a Dios...
———

Thursday, January 16, 2020

Francisco Vighi

Un murciélago

Todas las constelaciones
iluminaron sus balcones.
A la ventana se asomó la Luna
para oírme monologar:

Voy a empezar.


Francisco Vighi Fernández murió el 17 de enero de 1962 en Madrid, donde había nacido el 21 de febrero de 1890. Su padre, ingeniero italiano que había acudido a España contratado por la Compañía de Ferrocarriles del Norte, murió al poco en un accidente ferroviario; la viuda se instaló con sus hijos en Palencia, su ciudad natal.

A Madrid volvió Vighi para estudiar en la Escuela de Ingenieros Industriales, aunque más que por allí se le podía ver por las tertulias del Henar o de Pombo, en casa de los Baroja o como comparsa del Teatro Real. Obtuvo el título en 1926 tras dieciséis años en la Escuela, donde enseguida fue nombrado profesor auxiliar de Física; y, como su padre, también trabajó como ingeniero ferroviario.

En sus posesiones palentinas estaba cuando estalló la Guerra Civil. Hostigado por los falangistas locales, para evitarle males mayores lo reclama el general Mola y lo recluye en Valladolid bajo su protección; con la mala fortuna de que Mola muere enseguida y Vighi queda como en el limbo, encarcelado durante más de año, hasta que Queipo —que le debía algún favor— lo reclama, lo libera y lo instala en Málaga.

Allí permaneció un decenio como ingeniero municipal, crítico musical del diario SUR y, en general, alma de la vida intelectual local. Vuelto a la capital, a la Escuela y a la RENFE, pasó en Madrid sus últimos años.

Andrés Trapiello recogió todos sus poemas en Nuevos versos viejos (Comares, 2008) y los precedió de un prólogo donde puede encontrarse cumplida noticia de la persona y vida de Vighi. Aún más información se recoge en el discurso Francisco Vighi y su obra de su amigo Jesús Castañón, disponible aquí.

Como dice Trapiello, Vighi «fue uno de los dos o tres vanguardistas españoles que como tal tiene gracia». Por ello lo traemos aquí, y por reírse suavemente de todo, para empezar de sí mismo. Como en El poeta murciélago:

A todos extraño,
en todo lugar forastero.
Ingeniero me dicen los poetas,
poeta me dicen los ingenieros.
¡Pobre poeta
murciélago!
———

O en Si tú quisieras curarme...:

Si tú me vieras llorar,
risa te diera mi duelo.
Soy gordo y epigramático,
¡no puedes tomarme en serio!
———

O en Autorretrato:

A mí me parece un cuento
(que así son las cosas suyas:
hace vigas y aleluyas).
Es difícil que le veas,
que le encuentres por chiripa.
Explicaba chimeneas
valiéndose de la pipa.
———

Además, ¿cómo no simpatizar con su elogio de los placeres sencillos, de la vida tranquila, e incluso de la pereza? Bien claro dice cuál es su Norma de vida:

Ni negocio
ni sacerdocio.
¡Ocio!
Odio al beocio
y un gesto feo
al filisteo.
Quiero seguir feliz, hoy como ayer,
con mi pipa, mi perro y mi mujer.
———

Nueva York le inspira un soneto que acaba con esta atinada reflexión (Julia era su mujer, con la que siempre iba a las tertulias):

No cambiaré mi andante por tu allegro.
Prefiero ir con mi Julia y con mi abulia
—del brazo de las dos— a la tertulia.
———

Aunque cuando era un estudiante sin compromisos (situación en la que permaneció, ¡hombre afortunado!, hasta bien entrado en la treintena) también gustaba de hacer lo que describe en el soneto Taberna de Tupé:

Estoy en la taberna de Tupé,
entre canciones y humo de tabaco.
Oigo una voz que dice: Beba usté;
es de ribera; beba usté, don Paco.
...
Todos tenemos roja la nariz.
Que cuente algo don Paco, que lo cuente.
Yo bebo, cuento, miento y soy feliz.
———

También nos gustan las inocentes burlas a costa de los literatos de su tiempo (la mayoría amigos e incluso admiradores):

Don-din, don-din, don-din.
Lo oyen don Pedro, don Cosme, don Blas, don Joaquín
(así escribe Azorín).
———

León Felipe, ¡duelo!
No tiene
ni
Patria
ni
silla
ni abuelo.
¡Duelo! ¡Duelo! ¡Duelo!
Yo le doy un consuelo,
un pañuelo
y
otro pañuelo.
———

Porque aire, cielo y vino
hacen soñar dando esperanza al hoy.
¡Unamunesco estoy! (Es que declino).
———

Como buen vanguardista, Vighi escribió (más o menos) haikús:

Hai-Kai impuro
Cuando se murió el canario,
puse en la jaula un limón.
¡Soy un caso extraordinario
de imaginación!
———

Grillo
Rompe ya el estradivario
o quítate esa levita
¿eres músico o notario?
———

Por último —no debemos abusar del derecho de cita, no se enfaden sus herederos— digamos que pocos poetas han cantado mejor que Vighi las tierras y los hombres de España, desde el Bilbao que visitaba por negocios en su juventud hasta la Málaga de su amable destierro, pasando por su querida Palencia. Conocido es el Romance de la vida y muerte del río Carrión:

Por no ir a Valladolid
—cosas del nacionalismo—
se suicida junto a Dueñas
arrojándose en el río
Pisuerga, labrador manso,
competidor y enemigo.
———

O la feroz Semana Santa en Palencia:

...
El señor Obispo con sus hierofantes
hace que lava los pies a doce mangantes.
Por la noche, gran solemnidad:
el Prendimiento del Galileo.
Acude toda la ciudad:
poca piedad;
mucho magreo.

Y ya lo dejamos; si el lector (como suponemos) quiere más, compre el libro Nuevos versos viejos y disfrute de él.