Friday, January 27, 2017

Francisco Gregorio de Salas

Simpatía y buen humor

Don Francisco Gregorio de Salas nació en Jaraicejo (Cáceres) el 29 de enero de 1729. Estudió en Toledo y Salamanca. De carácter simpático y bondadoso, siguió la carrera eclesiástica y fue capellán mayor de la Real Casa de Recogidas de Madrid. En esta ciudad murió el 3 de diciembre de 1808.

El valido Godoy le ofreció en varias ocasiones grandes beneficios y honores; pero siempre los rechazó y prefirió vivir modestamente. Pues Moratín, tan acre con otros, dice de él que "Las máximas de honesta pobreza, ... las practicaba sin hipocresía, sin afectación ni soberbia... Los niños corrían a buscarlo cuando lo veían de lejos, le rodeaban y acariciaban como a un amigo de toda su confianza; y en efecto la merecía."

Él mismo, con mejor filosofía que elevación poética, escribió:

Las dos columnas que afirman

toda mi felicidad

para mi paz interior

son no temer ni esperar:

por no esperar no pretendo,

por no temer no hago mal;

mucha quietud te prometo

si me quieres imitar.

Amó apasionadamente a la naturaleza, a la que cantó en los prosaicos poemas de su Observatorio rústico, libro muy popular en su tiempo y que, según Cueto, es un monumento singular de vulgaridad y pesadez. Compuso muchos epigramas y poemas jocosos, que destacan más por su ingenuidad que por su ingenio.

La Coleccion de los epígramas y otras poesías críticas, satíricas y jocosas de Don Francisco Gregorio de Salas, publicada en Madrid por Repullés en 1816, puede encontrarse aquí. Una antología de sus obras aparece en el volumen III de Cueto, Poetas Líricos del Siglo XVIII, tomo LXVII de la Biblioteca de Autores Españoles.



Los epigramas más característicos de don Francisco son quizás los que se basan en un inocente juego de palabras, como estos:

A uno que traía a cuestas a un compañero que se había maltratado una pierna

En el lance acaecido,

aunque le llevas así,

¿cuánto quieres apostar

que a él le pesa más que a ti?

———



Habiendo entrado en el jardín de un amigo, antes muy hermoso y entonces lleno de malvas, le dijo:

Un jardín bien cultivado,

ameno, bello y florido

por tu culpa y tu descuido

se ha vuelto un jardín malvado.

———



Habiéndole contado al autor que un soldado español había muerto a otro suizo, respondió:

Su delito fue muy raro,

pues sin matarse a sí mismo

consiguió matando a otro

cometer un suïcidio.

———



A uno que entraba a beber en una taberna porque estaba enamorado de la tabernera

Con diferentes intentos

que a beber viene imagino;

pues él en sus pensamientos

por el vaso bebe el vino

pero por ella los vientos.

———



A una mujer que iba vendiendo nueces en una cesta muy pequeña y dando muchas voces

En la pequeña porción

de aquesta fruta que vendes

y con los gritos que das

nos haces ver claramente

cuánto, sin duda, mayor

es el ruido que las nueces.

———



A un cocinero que se había separado de su mujer

Mal a su mujer quería

un cocinero afamado,

y acaso consistiría

en que él guisados hacía

y ella algún desaguisado.

———



A un mozo de muy mala conducta que se alababa de tener muchos sombreros

Creo al ver tu ligereza

que no habrá en el mundo entero

hombre de tanto sombrero

y de tan poca cabeza.

———



Preguntado el autor a qué se parecía una mujer que iba vendiendo acerolas, dijo:

Esa que vende acerolas

en hacer olas discurro

que más se parece al mar

que a otra cosa de este mundo.

———



A una señora llamada Rufina que cantaba un dúo con un mal músico llamado Serafín

Don Serafín y Rufina

cantan, mas de esta manera:

ella como un serafín

y él como si no lo fuera.

———



A un poeta que hacía pasar por suyas las poesías de don José Iglesias

Don Beltrán vende por suyas

las poesías ajenas,

y así es pequeño castigo

el sacarle a la vergüenza

pues lo merece mayor

el que es un ladrón de iglesias.

———



A cierto religioso que tenía un gato, a quien quería mucho

Me causa grande extrañeza

el ver un hombre sensato

y religioso con gato

y con voto de pobreza.

———

"Gato" era el Bolso o talego en que se guardaba el dinero y también el dinero que se guardaba en él.



A un hijo de Madrid muy pesado, muy sordo y muy necio

Musas, a todos decid,

y decidlo con empeño,

que este en vez de madrileño

es un leño de Madrid.

———



Contándole un anciano, llamado Juan de Baca, que se había casado con una joven muy bonita, le dijo:

Siendo tu mujer bonita,

si se le antoja ser flaca,

tu apellido, Juan de Baca,

podrá ser hermafrodita.

———



Fábula. La mona y la cotorra

Un señor indiano

tenía una mona

atada a una reja

junto a una cotorra.

En la misma casa

servía una moza

muy caritativa,

llamada Victoria,

que a la cotorrita

cuidaba gustosa.

Soltáronse un día

y armaron camorra

la mona atrevida

y el ave chillona.

Descuidose esta,

la mona pillola

y llena de gozo

la gran picarona

la fue desplumando

con mucha pachorra.

La cotorra triste

con voz lastimosa

pedía socorro

a su protectora

y a gritos decía:

"¡Victoria, Victoria!"

Tú también, amigo,

la cantas ahora

después de pelado

como la cotorra.

———

Dice el encabezamiento: "Habiendo ganado un pleito un amigo del autor, en cuyo seguimiento había gastado cuanto tenía".



Alguna sátira costumbrista también escribió, aunque siempre suave y moderada:

Definición del coche

Es del coche la virtud

cuando no hay necesidad

gasto, ruido, vanidad

y poquísima salud.

———



Confesión ingenua de una mujer joven

A un viejo quiero y a un mozo

auque por distinta ley;

pues al mozo es por su cara

y al viejo por la del rey

———

La cara del rey es la que aparece en las monedas.



Epitafio para un caballero que fue sumamente pródigo

Aquí yace aquel que tuvo

gran familia y gran boato,

gran mesa y hasta las deudas

más grandes que sus estados.

———



Epitafio para un hombre de muy poco mérito que había sido amigo de vestir bien y por ello tenido por hombre de alguna importancia

Aquí yace, peregrino,

entre gusanos aquel

que, aunque fue un grande pollino,

a fuerza de trapo fino

llegó a hacer un gran papel.

———



Exageración de un andaluz

Riñeron dos andaluces

y dijo al otro el más guapo:

—Vive Dios que si te cojo

y te tiro por lo alto,

cuando vuelvas a caer

sentirás, más que el porrazo,

el hambre que has de pasar

en un camino tan largo.

———



En mala intención, a lo más que llega el buen don Francisco es a escribir algún epigrama convencional contra médicos o taberneros:

A un médico de muy pocos aciertos que acababa de morir

La prueba de que la muerte

no perdona a hombre nacido

es ver que no ha perdonado

hoy a su mejor amigo.

———



Epitafio para un tabernero que aguaba el vino

Aquí yace un tabernero

que en los minerales de agua

supo encontrar para sí

las minas de oro y de plata

———



Habiéndole contado al autor que se había ahogado un hombre por haber apostado con otro a estar más tiempo debajo del agua, dijo:

A estar debajo del agua

ganó el difunto la apuesta;

pero también la ganó

a estar debajo de tierra.

———



Respuesta que dio el autor, siendo estudiante, a un condiscípulo suyo que le impugnó disparatadamente

Con enojo literario

quise responder a un bestia,

tan pesado como necio;

y por hablarle en su lengua

probé a rebuznar; no supe,

y le dejé sin respuesta.

———



Sunday, January 22, 2017

Juan Bautista Arriaza

Un aguijón absolutista

Don Juan Bautista Arriaza y Superviela murió en Madrid el 22 de enero de 1837. Había nacido en esta ciudad el 27 de febrero de 1770. Su padre fue militar y él mismo ingresó en la Marina de Guerra, donde sirvió en diversas batallas hasta que en 1798 hubo de solicitar el retiro por la debilidad de sus ojos. Fue después diplomático en Londres durante la Guerra de la Independencia y poeta oficial de la corte de Fernando VII, de cuyo gobierno absoluto fue siempre ferviente partidario.

La Imprenta Real publicó en 1829 una edición de sus Poesías Líricas en dos volúmenes, que han sido digitalizados por la Biblioteca Nacional y se pueden encontrar aquí.

Una antología de sus obras aparece en el volumen III de Cueto, Poetas Líricos del Siglo XVIII, tomo LXVII de la Biblioteca de Autores Españoles.

Arriaza escibió poemas amorosos, patrióticos y de circunstancias; aquí nos interesa únicamente su poesía humorística, en la que brilló especialmente. Pues, como dice Cueto,

Arriaza no tiene más que una prenda especial de poeta: el ingenio. Pero ese ingenio es fácil, natural, agudísimo, chispeante, y Dios se lo concedió a manos llenas.


El marido paciente

—¡Hasta chismosa has de ser!

¡Hasta de vergüenza poca!

¡Hasta presumida y loca!

—dijo Fabio a su mujer.

—¡Jesús, qué mal humor gastas!

—respondió ella con viveza.—

Yo no sé cómo hay cabeza

que pueda aguantar tus astas.

———



A una morena que negaba su amor

Niega estar enamorada

cierta morena hermosura

y la creen porque lo jura

sin ponerse colorada.

Al contrario, yo presumo

—del juramento a despecho—

que guarda fuego en su pecho,

pues le sube al rostro el humo.

———



A una moza que se preciaba de tener muchos cortejos y se le caían los dientes

Pepa tiene por despojos

mil amantes que la quieren

y ella dice que se hieren

con las flechas de sus ojos.

Yo digo: "Pepa, es mentira;

tus ojos son inocentes;

tu boca no, que los dientes

en lugar de flechas tira."

———



Julepe entre un gitano y un jaque

Dijo un jaque de Jerez

con su faja y traje majo:

"Yo al más guapo el juego atajo,

que soy jaque de ajedrez."

Un gitano que el jaez

aflojaba a un jaco cojo,

cogiendo lleno de enojo

de esquilar la tijereta,

dijo al jaque: "Por la jeta

te la encajo si te cojo."

"Nadie me moja la oreja",

dijo el jaque, y arrempuja;

el gitano también puja

y uno aguija y otro ceja.

En jarana tan pareja

el jaco cojo se encaja

y tales coces baraja

que al empuje del zancajo

hizo entrar sin gran trabajo

al gitano y jaque en caja.

———



Fabulilla. El ruiseñor, el canario y el buey

Junto a un negro buey cantaban

un ruiseñor y un canario,

y en lo gracioso y lo vario

iguales los dos quedaban.

"Decide la cuestión tú",

dijo al buey el ruiseñor;

y metiéndose a censor

habló el buey y dijo: "Mu."

———



A un diarista

Hay cierto censor mensual,

periodista atrabiliario,

que criticando el diario

se quiere hacer inmortal.

Quien de este Catón moderno

la loca esperanza arguya,

lea una página suya

y, ¿a que le parece eterno?

———



Un par de improvisaciones:

A quien presentándole una copa le pedía un brindis y un verso

Tú, Delia, a beber me brindas

y a fe que no se ofrecía

a Júpiter la ambrosía

por unas manos mas lindas.

Pero es fuerza que prescindas

del verso que ansiando estás:

no suene en tu boca más

ese vocablo perverso.

Quítale la erre al verso,

y dame a mí lo demás.

———



A otra, que le pedía el brazo después de haberse servido del de un prebendado

¿Yo, señora? ¡Ni por pienso!

No me juzguéis tan profano:

¿Yo he de tomar una mano

que me dais oliendo a incienso?

Entre este concurso denso

dejadme que me escabulla;

que yo si otra vez, por bulla,

quiero ser favorecido,

volveré á tus pies vestido

con balandrán o casulla.

———



Pese a ser —según dicen— persona afable y bondadosa, Arriaza no tenía empacho en burlarse cruelmente de los compañeros literatos. He aquí un par de muestras:

Reflexiones de entre actos hechas en la tragedia de "Blanca o Los Venecianos" (Fragmentos)

—¿El Senado en el foro a qué se junta?

¿Qué negocio le trae? —¡Brava pregunta!

El ver unos amores de novela

mejor que desde el patio o la cazuela.

...

Y aquí entra Moncasín: a muy buen tiempo

viene con sus requiebros de entretiempo.

Pues ya casi le abraza la muchacha,

cuando hétete, que en chupa y sin garnacha

Capelo, el personaje de interés,

aunque no el menos bobo de los tres,

sale diciendo: "Yo soy el dichoso."

Blanca está lela, Moncasín celoso,

Capelo en babia, y regañando a trío

se dicen poco, malo, turbio y frío,

se comunica a la luneta el hielo

y el telón de fastidio viene al suelo.

...

Tercer acto. Yo debo estar enfermo

porque aquí está lo bueno, y yo me duermo.

Sobre el cambio de un novio, que ella odia,

sale Blanca a cantar la palinodia

jugando de entendique y de penseque.

—¡Pícara! —dice barbas de tembleque—

¡A ver el novio!— y se aparece entre ellos.

¿Quien lo trajo? El autor por los cabellos.

...

Acto cuarto. Aparato penitente,

lámpara, altar, y Blanca la doliente,

que antes de dar al duro yugo el cuello

tiene dada una cita al francés bello

en la misma capilla. Pero boba,

mejor que la capilla era la alcoba:

¿No habrá lugar para un favor siquiera?

¿No ves que Barba-cana allí te espera,

el señor cura y toda la pandilla

que te quiere casar con el golilla?

———



Cueto transcribe este soneto, que no figura en la edición de 1829 de las obras de Arriaza, y dice que, según refería Arriaza en sus últimos años, Sánchez Barbero ...estuvo enfermo algunos días a consecuencia de la ira y pesadumbre que le causo el soneto burlesco.

A la tragedia de don Francisco Sánchez Barbero titulada "Coriolano"

Marcio de Roma hacia las tapias iba

como quien va a orinar con disimulo

y cargada de tetas como un mulo

sale Volumnia a malgastar saliva.

Un cierto Tulo, nombre que me giba,

primero es general, y luego nulo;

que es achaque común de cualquier tulo

el que le echen por fin la lavativa.

En medio de esto el héroe no paría,

y entre tanta matrona es trance fiero;

mas viendo que era tarde, y que venía

con escalera en mano el farolero,

se hace junto a la tienda una sangría

y esta sí que es tragedia de Barbero.

———



La tragedia era de asunto romano. Marcio, Volumnia, Tulo eran personajes de la misma. Verso 3: era en extremo gruesa y corpulenta la actriz que representaba este papel. Verso 7: parece que entonces tulo se usaba como eufemismo por culo. Verso 12: en la tragedía salían soldados con escalas que arrimaban al muro. Verso 13: Coriolano se da una puñalada en el campamento.

Sunday, January 15, 2017

Páblo de Jérica

Un aguijón liberal

Don Pablo de Jérica y Corta nació en Vitoria el 15 de enero de 1781. Durante nuestra Guerra de la Independencia vivió en Cádiz y La Coruña y, como exaltado liberal, escribió contra los serviles y polemizó con ellos. Por esta causa en 1814 hubo de buscar refugio en Francia; tras la sublevación de Riego pudo volver a la patria y fue alcalde de su ciudad natal, hasta que en 1823 el retorno del absolutismo le ocasionó nuevas persecuciones, a las que puso fin con su definitiva emigración a Francia. Allí se naturalizó, casó con una francesa y vivió como pacífico propietario hasta su muerte el 9 de marzo de 1841.

Su sobrino Ramón publicó en Vitoria en 1869 una edición de sus poesías, precedida de una pequeña biografía. El libro digitalizado se puede encontrar aquí.

Jérica escribió insoportables endechas y cosas similares en el estilo bucólico-pastoril del siglo XVIII que tanto me aburre. Pero donde brilla es en el epigrama, y en la fábula y el cuentecillo en verso.

Sus epigramas suelen estar escritos en "coplas castellanas" (ocho versos octosílabos que forman dos redondillas), aunque también usa otras estrofas como la quintilla y la octava real.

Antología

Este epigrama encabeza la edición de sus obras:

Mi propósito

-Ya que me siento capaz,

escribiré sin reparo...

-Mira no te cueste caro

tu numen acre y mordaz.

-No, señor, ¡qué desatino!

¿Acaso hay uno que lea

sátiras que no las crea

hechas contra su vecino?

———



Empezaremos por los epigramas de tema literario. Aquí se burla de un mal traductor:

A un traductor de la Eneida

A Virgilio has traducido

en mal verso castellano.

¡Y nos dices muy ufano

que imitarle has conseguido!

Si el imitar a Marón

es tu verdadero intento,

ordena en tu testamento

quemar la tal traducción.

———

Recuérdese que P. Virgilio Marón, al sentirse morir, pidió al emperador Augusto que destruyera el manuscrito de la Eneida, pues aún no la consideraba acabada y digna de pasar a la posteridad.



Habiéndose preguntado al autor qué le había parecido un drama representado en Cadiz y compuesto por el Duque de Híjar, contestó con este epigrama

Grande el número de actores;

Grande el autor, su Excelencia;

grandes los actos, señores,

y más grande la paciencia

de tantos espectadores.

———



El poeta aeronauta

Gil, poeta conocido

por componer mucho y mal,

con arrojo sin igual

hoy en un globo ha subido.

A todos nos ha admirado

ver de Gil la intrepidez,

por ser la primera vez

que en su vida se ha elevado.

———



Un par de variaciones sobre temas clásicos:

A un mal autor que anunciaba su obra

Nos dices que tu librejo

se vende en casa de Bosch.

Que allí se encuentra, es seguro;

pero que se venda, no.

———

A Zoilo

Solo elogias a un autor,

Zoilo, después que se muera.

Hijo, guarda tal favor

para el tonto que lo quiera.

———

Otra tema clásico, la burla de los predicadores:

Del cura de San Blas

Cuando en San Blas hay función

y predica el señor cura,

aunque es mucho lo que dura

ninguno pierde el sermón.

Deleitar es su divisa;

y al ver los fieles atentos

les encaja tales cuentos

que todos lloran de risa.

———



Un par de epigramas contra periódicos adversarios:

De un periódico muy malo y muy caro, titulado "La Gaceta del Comercio"

El papelón que los martes

y los viernes nos espetan

no es "Gaceta del Comercio",

es comercio de gaceta.

———



El suscriptor arrepentido

Arrepentido voyme a confesar;

jamás a delinquir he de volver;

¡Oh buen Jesús! ¿Querrásme perdonar?

De culpa tanta, ¿quién me ha de absolver?

Pues si ningún pecado he de ocultar

decir al confesor he menester,

¡oh Dios mío!, que soy un suscriptor

al "Diario de la Tarde" y al "Censor."

———

"Periódicos serviles y detestables que se publicaban en Cádiz el año de 1812", dice la edición de las obras de Jérica.



Don Pablo era o fingía ser muy misógino. Hoy no podría escribir estas cosas (típicas, por cierto de los ilustrados en cuya lectura se educó):

El ingenio

Es mi Filis instruida,

tanto, que aun sabe callar;

su hermosura es singular

y en todo, todo es cumplida.

Siempre ha salido tener

entre todos gran concepto.

¡Ay! Pero tiene un defecto

grandísimo... que es mujer.

———



Mucho sabe el diablo

A Job el diablo tentó

con tanta solicitud

que los bienes, la salud

y los hijos le quitó.

Mas no puediendo vencer

su virtud con inquietarle,

trató de desesperarle...

y le dejó la mujer.

———

Recuérdese que la mujer de Job le increpaba por su "simplicidad" y le deseaba la muerte.



Del mal el menos

-¡Que sea yo tu marido

pretendes, pérfida Blasa!

¿No sabemos lo que pasa?

¿Ignoro yo que has parido?

-¡Qué mal informado estás!

No te detengas en eso;

pues te juro y te confieso

que fue un mal parto, no más.

———



El repartimiento

Morfeo, el Amor y yo

repartimos una bella;

el Amor prendose della

y el corazón se guardó.

"Tú, Morfeo, llevarás"

dije yo, "sus ojos bellos";

y apoderándose él dellos,

tomé al punto lo demás.

———

O yo soy muy mal pensado, o lo anterior alude a lo que técnicamente sería una violación. Repito que los ilustrados hacían gracias como esta.



Otra obscenidad ilustrada:

La ofrenda

Llevó una vela a Cupido

con ferviente devoción

Manuela en cierta ocasión

para obtener un marido.

Y díjole el dios: "Manuela,

lo tendrás a tu medida;

pero entretanto, querida,

sírvete aún de la vela."

———



Y aún otra:

La muchacha esquiva

¡Qué buscas aquí? ¿Qué quieres?

Retira una y otra mano.

¡Bribón! Como eres cristiano...

¡Jesús!... qué pesado que eres.

Tu arrojo me tiene muerta...

¿Si vienen? ¡Voy a llamar!

No puedo... Chico, al entrar,

¿has cerrado bien la puerta?

———



Volvamos a una misoginia más llevadera:

La resignación

Es Dionisia una mujer

muy apuesta, muy hermosa;

pero ingrata y desdeñosa

sin que más lo pueda ser.

Esta, pues, ingrata bella

no me quiere, ¡oh crueldad!

Pero también es verdad

que yo no la quiero a ella.

———



Aviso oportuno

¿Sabes, Juan, puesto que vas

tras de Inés, si has de alcanzarla,

que cuesta mucho lograrla

y haberla logrado, más?

———



La nueva Penelope

Por ganar fama de honesta

vive todo el día Cloe

retirada del comercio

peligroso de los hombres.

Más sucede a esta muchacha

lo mismo que a Penelope:

todo cuanto hace de día

lo deshace por la noche.

———



El uso hace maestros

Muy bien habla Sinforosa

y que la palma le den

en eso pide orgullosa.

Mas no es mucho que hable bien,

pues jamás hace otra cosa.

———



Don Pablo era escéptico en lo relativo al amor romántico:

¡Lo que puede una pasión!

En un salón hacia el mar

se hallaba desesperado

Gil, amante desdeñado,

y se quería matar.

En esto, perdido y ciego,

le dio de ahogarse tal gana

que abrió al punto una ventana...

y la volvió a cerrar luego.

———



La cita

Acudiendo muy exactos

a un bosque Blasa y Colás,

-Júrame, pues -dijo Blasa-

eterna fidelidad.

-Sí, bien mío, te la juro

-respondió tierno el zagal-

-Mas, ¿dentro de cuántos días

se acaba la eternidad?

———



Aún más escéptico se muestra en lo relativo al amor conyugal:

Receta para dormir

Viendo la Madre de Amor

que su niño no dormía

y temiendo se moría,

se lamento con dolor.

A los dioses acudió;

mas poniéndole Morfeo

en el lecho de Himeneo,

al momento se durmió.

———

Himeneo es el dios del matrimonio. El lecho conyugal mata la pasión, parece querer decir el buen don Pablo. Él, por su parte, engendró de su esposa cuatro hijos.



El amor todo lo vence

De Felicia enamorado

ha vivido don Ramón,

con tan pura inclinación

que con ella se ha casado.

Se quieren; y tan de gana,

que han podido convenir

en que solo han de reñir

tres veces cada semana.

———



Réplica oportuna

-Ha dado en decir la gente

que con la bella Leonor

casáis vuestro hijo menor.

¿Es verdad? -Es evidente.

-Pues le falta todavía

algún juicio. -¡Voto a tal!

Si lo tuviera cabal,

¿pensáis que se casaría?

———



Más propaganda matrimonial, esta vez en una octava real:

El casamiento a la moda

-¿Quieres casarte, Fabio? -No, señor.

-Hay una niña... -Más que hubiera tres.

-Vamos, quizás le cobrarás amor.

-¡Ya va! -Tiene quince años, pero es

de juicio y de talento superior.

-¡No la quiero, no! -Mira que mi Inés

es hermosa... Si quieres le daré

cien mil ducados -¿Sí? ¡Me casaré!

———



Por supuesto, los cuernos son un tema abundantemente tratado:

De un pintor, cuya mujer era muy coqueta

Marcos, pintor afamado,

habiendo imitado un chivo,

se jactó de haber sacado

los cuernos muy a lo vivo.

Y, mirándole a su frente,

dijo uno: "Tiene razón;

es un pintor excelente.

¡Qué parecidos que son!"

———



De un perro y su amo

Volviendo de un viaje Agudo,

se adelantó, cual solía,

un perrito que tenía

y se llamaba Cornudo.

-Aquí está el Cornudo, madre.

-gritó un hijo. -Ya lo veo,

-dijo ella- por lo que creo

que no está lejos tu padre.

———



Diana y Acteón

Diana, cazadora y diosa,

en ciervo a Acteón convirtió

con venganza rigurosa

porque en el baño la vio.

Los que contemplen sus astas

con razón decir podrán:

Si ponen cuernos las castas,

las que no lo son, ¿qué harán?

———

Diana era la diosa de la castidad.



El marido prudente

-Como estábamos ausentes

has de saber, caro esposo,

que nos trataban las gentes

del modo más injurioso:

que había parido inventan

dos gemelos, ¡qué maldad!

-Hija, yo de lo que cuentan

solo creo la mitad.

———



Ingenuidad de Isabel

Quejándome de Isabel

cuando con Blas se casó,

mi lengua se desató

y la llamaba infiel.

Y ella, en tono suplicante,

me dijo: -¡Jamás lo he sido!

Mas, si te agrada, querido,

lo seré de aquí adelante.

———



No pueden faltar epigramas contra los médicos:

A un médico que desafió a un tercianario

Advertid, señor Mallorca,

que si le diereis la muerte

con la espada, vuestra suerte

será morir en la horca.

Siendo doctor, ¡buena gana

tenéis de desafiarle!

Aguardad para matarle

a que le dé la terciana.

———

Los "tercianarios" son los que padecen de "fiebre terciana" (malaria) por cuya causa sufren de frecuentes episodios febriles que duran unos tres días.



De un verdugo que había sido médico

Fue mal médico Gaspar

y es buen verdugo; no es mucho

que en el oficio esté ducho,

pues al fin todo es matar.

———



A una inconsolable

Pues dices, bella Leonor,

que es sola la muerte el medio

de consolar tu dolor,

si has de usar de ese remedio,

que venga a verte el doctor.

———



O contra los jueces:

El juez ingenuo

-¡Callar!- dijo un magistrado

al oírse un gran ruïdo

en la sala del juzgado.

-¡Por Dios que estoy aturdido!

Diez causas he sentenciado

sin haberlas entendido.

———



O contra los abogados:

Justa reconvención

Dos marranos han robado

a Vicente, y forma queja;

reclamándolos se aleja

del asunto su abogado.

Cita griegos y romanos,

y le dice el buen Vicente:

"¡Dejad en paz a esa gente,

por Dios, y por mis marranos!"

———



O contra los jorobados (jorobada, en este caso):

Estando cosiendo en Burdeos dos señoritas, una de ellas jorobada...

De las dos que están cosiendo

para las bodas aprisa,

una se llama la Nena,

otra se llama la Nina.

Siendo militar el novio,

cualquiera al verlas diría

que debe de ser la novia

la que lleva la mochila.

———

"... me incitó un amigo a que dijese algo acerca de ellas en verso; y compuse el siguiente epigrama", es el encabezamiento completo. Si fue improvisación, no está mal.



Aquí se burla de un estéril:

El matemático

No teniendo hijos García,

matemático excelente,

su triste mujer decía

al elogiarle la gente:

"Yo no sé cómo ha logrado

tan grande reputación

estando tan atrasado

en la multiplicación."

———



Aquí se burla de un tal Lara, que parece se quedaba con lo que recogía con píos pretextos:

A San José

Milagroso carpintero,

pues sois padre de mi Dios

y suponer debo en vos

un carácter justiciero,

que deis un gran golpe espero

un día de estos a Lara

con un formón en la cara

si os sisa vuestro dinero.

———

Este Lara especulaba con una imagen de San José que tenía en la entrada de su casa, dice la edición de las obras de Jérica.



Quintilla. Habla el tal Lara

Cuando mayordomo fui

de la Virgen de la Estrella

del dinero que cogí

la mitad fue para ella

y la mitad para mí.

———



Aquí se burla de un general, no sé si real o imaginario:

A un jefe cojo y manco que huyó en una batalla

El suceso ha demostrado

que no es en parte verdad

lo que de tu manquedad

y cojera han propalado.

Pues vemos que al ser batida

en Uclés tu división,

si fuiste manco en la acción,

no fuiste cojo en la huida.

———



Un par de ingeniosidades varias;

La respuesta merecida

-¿Vuelves de la corte, Aznar?

Yo estuve gran temporada.

¿Qué dicen de mí allí? -Nada,

y lo debes celebrar.

———



De un ratero muy diestro

Juega de manos Tomás

con sutileza asombrosa,

cual no se verá jamás:

si él llega a ver una cosa,

su dueño no la ve más.

———



Algunos epitafios

A un gran perezoso

Aquí yace un perezoso

que al acabar la jornada

dijo: "¡Voy a ser dichoso!

Ya no tendré que hacer nada."

———



A un abate petimetre

Yace aquí al abate Lara,

a quien la muerte causó

su doncella (cosa rara)

que al descuido le tocó

con su abanico la cara.

———



A uno que solía hablar muy poco, y murió sin sacramentos

Víctima de la ambición,

yace aquí Bruno Aguilar,

que fue siempre callanchón

y tanto, que por no hablar

ha muerto sin confesión.

———



Al Marqués de Villapanés

Aquí yace un caballero

que en tiempo de paz o guerra

siempre se ciñó su espada

y a nadie mató con ella.

———



Otro epigrama, el único quizás en que Jérica se muestra liberal (esto lo suele reservar para sus fábulas y cuentos):

Ocurrencia de Maquiavelo

Al mirar que un reyezuelo

un gran palacio labraba,

un súbdito lo admiraba

y le dijo Maquiavelo:

-Sin duda su pretensión

es que sirva de cuartel,

y os quiere poner en él

a todos de guarnición.

———



Corren por las antologías estos dos epigramas, pero he de confesar que no entiendo el chiste; los antólogos deben de ser más largos que yo. Supongo que aluden a algunos enemigos de don Pablo.

A Santa Rosa de Lima

Como palma prodigiosa

tu santidad, Santa Rosa,

en todo el orbe se estima,

por ser cosa portentosa

haber una Santa en Lima.

———



La niña timorata

"¡Que venga mi confesor!",

dijo, estando enferma, Inés.

Preguntáronla: "¿Quién es?"

Y añadió: "Fray Salvador."

Así que se le llamó

dijeron en el convento

iría; pero es el cuento

que ha diez años que murió.

———



He aquí un cuentecillo:

El novio y el capuchino

Cierto joven que a casarse

gozoso se preparaba,

a los pies de un capuchino

se arrodilló una mañana

y le rogó muy humilde

que sus culpas escuchara.

Confieso, dijo, que quiero,

que idolatro a una muchacha;

pero todo está dispuesto

y hoy mismo, padre, nos casan.

Contole otros pecaduelos

el novio, muy a la larga,

y el fraile tomaba polvos

sin chistar una palabra.

Mirando ya, por su parte,

la confesión acabada,

dicho ya el ego te absolvo,

extrañando le dejaba

escapar tan bien librado.

Antes de volver a casa

dijo el penitente: Padre,

¿no me manda rezar nada,

ni hacer otra penitencia

que mis culpas satisfaga?

A que contestó mi fraile,

componiéndose las barbas:

¿Qué más penitencia quiere?

¿No me ha dicho que se casa?

———



Por último, reproduciremos aquí una de sus fábulas, quizás la más conocida. El verso pentasílabo la dota de especial vivacidad.

El ratón dentro del queso. Fábula

Mientras en guerras

se destrozaban

los animales

con justa causa;

Un ratoncillo

-¡qué bueno es eso!-

estaba siempre

dentro de un queso.

Juntaban gente,

buscaban armas,

formaban tropas,

dban batallas.

Y el ratoncillo

-¡qué bueno es eso!-

siempre metido

dentro del queso.

Pasaban hambres

en las jornadas

y malas noches

en malas camas.

Y el ratoncillo

-¡qué bueno es eso!-

siempre metido

dentro del queso.

Ya al enemigo

se ve en campaña:

¡Al arma todos,

todos al arma!

Y el ratoncillo

-¡qué bueno es eso!-

siempre metido

dentro del queso.

A uno le hieren,

a otro le atrapan,

a otro le dejan

en la estacada.

Y el ratoncillo

-¡qué bueno es eso!-

metido siempre

dentro del queso.

Por fin lograron

con su constancia

sin enemigos

ver la comarca

Y el ratoncillo

-¡qué bueno es eso!-

metido siempre

dentro del queso.

Mas, ¿quién entonces

lograr alcanza

el premio y fruto

de tanta hazaña?

El ratoncillo

-¡qué bueno es eso!-

que siempre estuvo

dentro del queso.

———

Thursday, January 5, 2017

El doctor Juan de Salinas

La maldición del ingenio

El doctor Juan de Salinas y Castro murió en Sevilla el 5 de enero de 1643. Nació de hidalga y acomodada familia en diciembre de 1562. Estudió en Salamanca y fue canónigo en el cabildo de Segovia y sacerdote diocesano en Sevilla, donde ejerció el oficio de visitador de monjas y administrador del Hospital de San Cosme y San Damián o de las Bubas. Fue sepultado en el convento de dominicas descalzas de Nuestra Señora de los Reyes.

Existe una edición contemporánea de sus poesías profanas, publicada en Clásicos Castalia al cuidado de Henry Bonneville. Aquí se puede encontrar una edición de sus obras datada en Sevilla, en 1869.

Antología

Para empezar, un soneto (relativamente) fácil de entender.

A don Martín de Guzmán, que habiendo enviudado de doña Catalina de Jáuregui se dijo se casaba con doña Fulana Gallarda

Lo que hay de nuevo por acá, Ricarda,

si lo supieses bien te espantaría;

pintarelo en tan clara alegoría

que la aciertes a tiro de bombarda.

Un gran maestro de danzar te aguarda,

viejo, pero ligero en demasía:

danzas y bailes mezcla cada día

y ahora el caballero y la Gallarda.

De la morta no hay rastro ni memoria;

hizo ya su papel. ¡Ay, suerte triste,

cuánta instabilidad hay en las danzas!

¡Aplausos breves de inconstante gloria!

Pero, ¿qué mucho si su ser consiste

en variedad de vueltas y mudanzas?

El tal Martín debía de ser bastante danzarín y enviudó de alguna parienta de don Juan. El hilo conductor del soneto es el paralelismo entre las "vueltas y mudanzas" de los bailes y la inconstancia del viudo. Nótese que "el caballero", "la gallarda" eran danzas de la época (y también la "morta", según el manuscrito).

Y ahora, algunas décimas, Las primeras son fáciles.

A un portugués que, enviándole a pedir dineros por un papel, le envió treinta reales

Por un papel te he pedido

dineros, necesitado;

treinta me trajo el criado;

notable número ha sido.

Dime, recién convertido

tesorero de Israel:

mi mal escrito papel,

¿qué cara o fisonomía

de Jesucristo tenía,

que diste treinta por él?

Llama judío al prestamista y alude a las treinta monedas por las que Judas entregó a Jesús.

A cierta beata, que hacía escrúpulos de todo lo que le parecía

La beata escrupulosa

para comulgar al mes

tres veces llega a los pies

del canónigo Ortigosa;

trina y canónica es cosa

en que nadie reparó

y que advirtiéndola yo

en mi vida tal oí,

en excomuniones sí,

pero en comuniones no.

Lo único que hay que saber para entender el chiste es que "Excomunión trina canónica monitione praemissa" era fórmula jurídica usual. Significa "excomunión, habiendo precedido triple advertencia canónica".

A una dama que en su juventud se dio tanto a la santidad que se hizo beata; pero cansada de serlo mudó la devoción a las tocas en la de un canónigo, en cuyo estado murió

Tanto en vuestra juventud

creció vuestra santidad,

que en pocos años de edad

os subió a la beatitud.

Creció más vuestra virtud

después de beatificada

y en santidad tan probada

os gozasteis de tal suerte

que antes que os viese la muerte

os visteis canonizada.

"Canonizada": "proclamada santa", pero aquí "amiga de un canónigo".

A cierto clérigo poco curioso, que no quería prestar una mula que tenía.

Cierto abad de Cantillana

tan viejo como guardoso

(dejo aparte lo asqueroso,

que eso dirá su sotana),

su mulilla rabicana

jamás la quiso prestar,

verificando a la par

con evidencias notorias

en sí dos contradictorias:

no dar mula y mula-dar.

Esta décima aparece en muchas antologías. Nótese que "curioso" significa aquí "limpio".

A un médico que le había curado sin llevarle paga, y le envió un regalo con esta décima

Gracias a Dios que lo ha hecho,

señor, y a vuestro cuidado

estoy ya suelto en fiado

de las prisiones del lecho;

y si como es grato el pecho

fuera obispo de Medauro,

nadie me ganara el lauro

en ser con vos manirroto,

porque... non bene pro toto

libertas venditur auro.

"Suelto en fiado": hoy diríamos "en libertad bajo fianza". "Medauro": nombre de una diócesis de Numidia in partibus infidelium que permite el juego de palabras con "me da oro". Non bene pro toto libertas venditur auro: la libertad no se vende bien ni por todo el oro del mundo. Es refrán latino por entonces bien conocido

Estando el doctor en buena conversación en el estrado de unas señoras, un paje, que despabilaba, tosió de manera que interrumpió la conversación, y aquél dijo:

O al paje se le prevenga

un quintal de azúcar cande,

o con rigor se le mande

que un poco más tarde venga;

que nadie habrá que no tenga

por más pesado tormento

cuando está en todo su aliento

la santa conversación,

escapar de un esquilón

y dar en un corrimiento.

"Esquilón": alude a otra décima en la que un esquilón indicaba el fin de la tertulia. "Corrimiento": hoy diríamos "resfriado".

Nótese cómo el título explicativo es tan extenso como el texto. ¡Maldición del ingenio! Cuanto más ajustado al caso concreto es el poema, tanto más difícil de entender resulta para los que no estaban presentes cuando se creó (por cierto, ¡vaya capacidad de improvisación que tenía el doctor!)

A una mujer pública, que dio en taparse y llevar rosario en la mano

Ya se nos hace devota

Inesilla y ya se tapa,

pero puede ser del Papa

por lo que tiene de rota.

Algunos la llaman sota

y es mentira tanto cuanto,

porque si no es por encanto,

¿qué fullero puede haber

que la pueda conocer

cuando se baraja tanto?

"Rota": juego de palabras con el tribunal papal de la Rota. "Sota": juega con los dos significados: carta de la baraja y mujer desvergonzada.

Finalmente, algunas estrofas de cuatro versos -en ellas sí que el título es más largo que el poema.

A una melindrosa que cerraba la puerta a las Ave Marías y después la abría a un fraile procurador de cierto convento

¿Qué importa al recato vuestro

el que cerréis cada día

la puerta al Ave María,

si la abrís al Padre Nuestro?

La hora del Ave María era al atardecer.

A un letrado que tenía una mujer hermosa y frágil

En casa de este tribuno

tanta justicia se halla

que su mujer por guardalla

da lo suyo a cada uno.

"Dar a cada uno lo suyo" es definición escolar de la jusicia, pero aquí se juega con otro significado: "[la mujer del letrado] da lo suyo a todos".

A una dama recatada a quien visitaba un ayo llamado Labio

Mi señora Dorotea,

la verdad sábela Dios,

mas todos dicen que en vos

el Dómine labia mea.

Domine labia mea aperies es el verso con que empiezan los maitines. Pero "dómine" en español significa "maestro" (ayo) y "labia" juega con el nombre de este ayo... La verdad es que el chiste es un poco irreverente...