Saturday, November 25, 2017

Lope de Vega

El Monstruo de la Naturaleza

Frey Félix Lope de Vega y Carpio, el Fénix de los Ingenios, el Monstruo de la Naturaleza, nació en Madrid el 25 de noviembre de 1562. Infatigable trabajador y mujeriego compulsivo, soldado y sacerdote, padre de incontables hijos y autor de innumerables comedias, finalmente descansó en paz en Madrid el 27 de agosto de 1635.

Fundador del teatro clásico español, también tuvo tiempo para escribir unos 3.000 sonetos y para ser un gran poeta humorístico. En sus Rimas aparece una colección de epitafios, de los que seleccionamos un puñado:

De Antímaco, astrólogo

Yace un astrólogo aquí

que a todos pronosticaba

y que jamás acertaba

a pronosticarse a sí.

De una coz y mil molestias

le mató una mula un día,

que entiende la astrología

al cielo, más no a las bestias.

———



De Falsirena, vieja

Moza fui, gocé mi edad;

pero cuando vieja fui

otras gozaron por mí

su hermosura y libertad.

Setenta años vi el sereno

cielo, vivilos al justo,

los cuarenta con mi gusto,

los treinta con el ajeno.

———



De Erástenes, médico

Enseñé, no me escucharon;

escribí, no me leyeron;

curé mal, no me entendieron;

maté, no me castigaron.

Ya con morir satisfice;

¡oh Muerte!, quiero quejarme:

bien pudieras perdonarme

por servicios que te hice.

———



De Filonte, bravo

Hendí, rompí, derribé,

rajé, deshice, rendí,

desafïé, desmentí,

vencí, acuchillé, maté.

Fui tan bravo, que me alabo

en la misma sepultura.

Matome una calentura:

¿cuál de los dos es más bravo?

———



De Tomás Moro, inglés

Aquí yace un Moro santo

en la vida y en la muerte,

de la Iglesia muro fuerte,

mártir por honrarla tanto.

Fue Tomás y, más seguro,

fue Bautista que Tomás,

pues fue sin volver atrás

mártir, muerto, moro y muro.

———



Y aquí unos cuantos sonetos entresacados de las Rimas humanas y divinas del Licenciado Tomé de Burguillos.

Cuenta el poeta la estimación que se hace en este tiempo de los laureles poéticos

Llevome Febo a su Parnaso un día

y vi por el cristal de unos canceles

a Homero y a Virgilio con doseles,

leyendo filosófica poesía.

Vi luego la importuna infantería

de poetas fantásticos noveles,

pidiendo por principios más laureles

que anima Dafnes y que Apolo cría.

Pedile yo también por estudiante,

y díjome un bedel: —Burguillos, quedo,

que no sois digno de laurel triunfante.

—¿Por qué?— le dije. Y respondió sin miedo:

—Porque los lleva todos un tratante

para hacer escabeches en Laredo.

———



Describe un monte sin qué ni para qué

Caen de un monte a un valle, entre pizarras

guarnecidas de frágiles helechos,

a su margen carámbanos desechos,

que cercan olmos y silvestres parras.

Nadan en su cristal ninfas bizarras,

compitiendo con él cándidos pechos,

dulces naves de Amor, en más estrechos

que las que salen de españolas barras.

Tiene este monte por vasallo a un prado

que para tantas flores le importuna:

sangre las venas de su pecho helado.

Y en este monte y líquida laguna,

para decir verdad, como hombre honrado,

jamás me sucedió cosa ninguna.

———



A un zapato muy grande y desaseado de una dama

¿Quién eres, celemín? ¿Quién eres, fiera?

¿Qué pino te bastó de Guadarrama?

¿Qué buey que a Medellín pació la grama

te dio la suela en toda su ribera?

¿Eres, ramplón, de Polifemo cuera,

bolsa de arzón, alcoba o media cama?

Aquí, de los zapatos de mi dama,

que me suelen servir de bigotera.

¡Oh, zapato cruel!, ¿cuál será el anca

de mula que tiró tal zapateta?

¡Y aun me aseguran que el talón le manca!

Pues no te iguala bota de vaqueta,

este verano voy a Salamanca

y te pienso llevar para maleta.

———



Desea afratelarse, y no le admiten

Muérome por llamar Juanilla a Juana,

y son de tierno amor afectos vivos,

y la cruel, con ojos fugitivos,

hace papel de yegua galiciana.

Pues, Juana, agora que eres flor temprana

admite los requiebros primitivos;

porque no vienen bien diminutivos

después que una persona se avellana.

Para advertir tu condición extraña,

más de alguna Juanaza de la villa

del engaño en que estás te desengaña.

Créeme, Juana, y llámate Juanilla;

mira que la mejor parte de España,

pudiendo Casta, se llamó Castilla.

———



Conjura un culto, y hablan los dos de medio soneto abajo

—Conjúrote, demonio culterano,

que salgas deste mozo miserable,

que apenas sabe hablar, caso notable,

y ya presume de Anfïón tebano.

Por la lira de Apolo soberano

te conjuro, cultero inexorable,

que le des libertad para que hable

en su nativo idioma castellano.

—¿Por qué me torques bárbara tan mente?

¿Qué cultiborra y brindalín tabaco

caractiquizan toda intonsa frente?

—Habla cristiano, perro. —Soy polaco.

—Tenedle, que se va. —No me ates, tente,

suéltame. —Aquí de Apolo. —Aquí de Baco.

———



Laméntase Manzanares de tener tan gran puente. Habla el río

¡Quítenme aquesta puente que me mata,

señores regidores de la villa!

¡Miren que me ha quebrado una costilla,

que aunque me viene grande me maltrata!

De bola en bola tanto se dilata,

que no la alcanza a ver mi verde orilla;

mejor es que la lleven a Sevilla,

si cabe en el camino de la Plata.

Pereciendo de sed en el estío,

es falsa la causal y el argumento

de que en las tempestades tengo brío.

Pues yo con la mitad estoy contento,

tráiganle sus mercedes otro río

que le sirva de huésped de aposento.

———



Tuesday, November 14, 2017

Miguel de los Santos Álvarez

Lo bueno, si breve...

Don Miguel de los Santos Álvarez y Unzueta murió en Madrid el 15 de noviembre de 1892. Había nacido en Valladolid el 5 de julio de 1818 de padre abogado y liberal. Estudió leyes en su ciudad natal y fue amigo de Zorrilla y aún más de Espronceda. Tras las revueltas de 1848 hubo de emigrar a París. A su vuelta sirvió a la Administración y llegó a ser ministro plenipotenciario en Méjico y consejero de Estado.

Según dice don Narciso Alonso Cortés, y no es cosa de contradecirle, en su obra literaria

se mezclan, en brusquedades y rasgos geniales,los más delicados chispazos de sentimiento con las más sutiles reflexiones y los alardes del mayor escepticismo.

En aquellos días fue famosísimo su poema María. Escribió algunas poesías y prosas en las más selectas revistas literarias y publicó un libro de cuentos y la novelita La protección de un sastre. Autor muy original y de corta obra, a nosotros nos interesa especialmente; pues, como dice el mismo Alonso Cortés, acaso ningún escritor español le haya igualado en la senda del humorismo. Prueba de ello son sus Fábulas de 1845 (de las que no he encontrado edición digital) y las dos adicionales que aparecen en el sicalíptico Cancionero moderno de obras alegres.

Fábulas

Un gato y un ratón se convinieron,

y recíprocamente se comieron.

¡Efectos de la gula, mal pecado,

que debes evitar, Teotimo amado!

———



El diablo, por jugar, una mañana

se puso una sotana,

y se fué á decir misa

sin casulla y en mangas de camisa;

pero al llegar al atrio de la iglesia,

se convirtió en estatua de magnesia.

¡No te burles jamás del ritual,

porque esto sale casi siempre mal!

———



Un Rey encontró un día

a un clérigo manchego, que leía;

saludó el Rey, y el cura saludó,

y el Rey pasó, y el clérigo pasó.

¡Sé urbano y comedido con las gentes,

y probarás mil gozos inocentes!

———



Un gato enamorado con exceso

de una ratona, quiso darle un beso,

mas apenas besóla, que tragóla,

sin saber lo que hacia, hasta la cola;

y tragada una vez, por compasión

hizo de ella una buena digestión.

¡Amado Teotimo, no te aflijas

y haz leer esta fábula á tus hijas!

———



Un perro catalán y un gato griego,

los dos apasionados por el juego,

y los dos arruinados

por las fatales suertes de los dados,

se hallaron ambos por acaso juntos

en casa de uno de los mil difuntos

que por razón de su carácter serio

habitaban un triste cementerio,

y era el difunto (aunque advertencia vana,

pues de difunto el nombre

indica vaina de alma siempre de hombre),

era el difunto de la especie humana.

Como eran tres, el caso era sencillo,

armaron una mesa de tresillo;

y en el difunto hallaron perro y gato

la horma de su zapato;

si ellos jugaban toda su fortuna,

que, afortunadamente, era ninguna,

él, más ciego, jugaba en la partida.

¡tal era su pasión! su propia vida.

No hay que decir que al fin de la velada,

aquel que más ganó, no ganó nada.

¡Teotimo, por Dios, nunca en tus cuentas

cuentes con las pasiones vïolentas!

———



Del Cancionero de obras alegres

En el calor de su amoroso trato

una gata gozaba sobre un gato;

y sé de buena tinta

que al mes cabal el gato estaba encinta.

Esto, amado Teótimo, te enseña

que el que cae debajo es quien se empreña.

———



Cierto prelado metropolitano

daba a sus familiares por el ano.

Trae mil inconvenientes

la familiaridad con ciertas gentes.

———



Tuesday, November 7, 2017

Manuel Bretón de los Herreros

Un hombre importante

Don Manuel Bretón de los Herreros murió de pulmonía en Madrid el 8 de noviembre de 1873. Había nacido en Quel (Logroño) el 19 de diciembre de 1796. Luchó como voluntario en los meses finales de la Guerra de la Independencia y continuó en el ejército durante unos años; pero era más fuerte su vocación a la vida literaria, y a ella se consagró. Triunfó en el teatro como autor de comedias e influyó como quien más en la vida intelectual madrileña. Fue director de la Biblioteca Nacional, miembro de la Academia desde 1837 y su secretario perpetuo.

Bretón es célebre como comediógrafo, pero también escribió poesías sueltas; la mayoría están recogidas en un volumen que puede encontrarse aquí (Biblioteca Nacional) o aquí (Biblioteca Cervantes Virtual). Entre ellas hay un puñado de epigramas justamente célebres. Son estos:



I. A un recién poeta de pocas esperanzas

Voy a hablarte ingenuamente:

tu soneto, don Gonzalo,

si es el primero, es muy malo;

si es el último, excelente.

———



II. A otro mal poeta

Juan sus versos publicó,

no tan lindos como piensa;

y al entregarlos clamó:

"Sude con ellos la prensa,

que más he sudado yo."

———



III. A un disforme y minucioso cartel en que se anunciaba un libro muy pequeño

—¡Qué anuncio para un dozavo!

—Tres reales piden por él.

—No daré yo ni un ochavo.

—¿Por qué razón? —Porque acabo

de leerle en el cartel.

———



IV. A un mal actor, al acabarse la tragedia que representaba

Llegó el ansiado momento

de las puñaladas fieras.

Ya se acabó mi tormento.

¡Pésimo actor, sólo siento

que no hayas muerto de veras!

———



V. Margaritas a puercos

Pardo a un corro de camellos

su Clitemnestra leyó.

"¿Quién ha muerto?" preguntó

al concluir uno de ellos,

y Pardo le dijo: "¡Yo!"

———



VI. A un plagiario

No hay que decir a Facundo

que estudie buenos modelos.

¡Si los sabe de memoria!

Testigos, todos sus versos.

———



VII. A un mal autor que dejó escrita su vida

Su vida escribió Benito

a los siglos por venir.

Bien hizo el autor maldito;

que si él no la hubiera escrito,

¿quién la habría de escribir?

———



VIII. A un mal actor, sordo por añadidura

Eres oprobio del arte,

y sordo, que es lo peor.

Ni aun tiene el espectador

el consuelo de silbarte.

———



IX. A un necio, titiritero de afición

Ese hombre, cuyo renombre

puebla Corte y arrabales,

a todos los animales

remeda..., menos al hombre.

———



X.

Para un viejo, almacén de desengaños,

si en la esfera no está de los pudientes,

son los amigos lo que son los dientes:

se mellan y se pudren con los años.

———



XI.

Dejome el Sumo Poder,

por gracia particular,

lo que había menester:

dos ojos para llorar...

y uno solo para ver.

———

Bretón era tuerto.

El epigrama de Bretón tal vez más agudo y famoso no está recogido en el volumen de sus Poesías. Es este, dedicado a su vecino el doctor Pedro Mata:

Vive en esta vecindad

cierto médico poeta

que al pie de cada receta

pone "Mata". Y es verdad.

———



Y, para acabar, un bonito soneto A la pereza.

¡Qué dulce es una cama regalada!

¡Qué necio el que madruga con la aurora,

aunque las musas digan que enamora

oír cantar a un ave la alborada!

¡Oh qué lindo en poltrona dilatada

reposar una hora, y otra hora!

Comer, holgar..., ¡qué vida encantadora

sin ser de nadie, y sin pensar en nada!

¡Salve, oh Pereza! En tu macizo templo

ya, tendido a la larga, me acomodo.

De tus graves alumnos el ejemplo

me arrastra bostezando; y de tal modo

tu estúpida modorra a entrarme empieza,

que no acabo el soneto... de per...

———



Tuesday, October 31, 2017

José Iglesias de la Casa

El párroco poeta

Don José Iglesias de la Casa, alias Arcadio, nació en Salamanca el 31 de octubre de 1748, de padres de noble linaje y humilde fortuna. Estudió Humanidades y Teología en esa universidad y se dice que trabajó como platero. Recibió las sagradas órdenes en 1783 y fue cura párroco de Larodrigo y Carabias, y de Carbajosa de la Sagrada y Santa Marta. Murió en Salamanca el 26 de agosto de 1791.

Iglesias escribió diversas poesías serias y bucólicas; pero donde más brilla es en sus epigramas y letrillas satíricas, probablemente obra de su juventud. Sus poemas fueron publicados por Cueto en el tomo LXI de la BAE.

Aquí presentamos una amplia selección de epigramas, siguiendo la edición de Cueto. Nótese que de algunos hay dos variantes: una más picante y otra censurada por el mismo Iglesias. Como esta última suele tener menos gracia —y además en este tiempo estamos ya curados de espantos— damos las versiones más subidas de tono.



Primeramente, algunos epigramas en los que Iglesias reflexiona sobre su labor epigramática:

Díjome uno: "En nuestra lengua

tanta comedia escribir

cosa es digna de aplaudir,

mas un epigrama es mengua."

Respondile: "¿A qué madamas

se lo oyó usté haciendo medias?

Por eso hay diez mil comedias,

y apenas diez epigramas."

———



De toda la vida mía

los agüeros más siniestros

fueron el tener maestros

de quien el buen gusto huía.

Y si bien de ellos me río,

si yo llego a tener fama,

veréis cómo alguno exclama:

"¿Ese? Es discípulo mío..."

———



Cuando yo canto mis sales

muchacho ágil me resuelvo

y en una palabra envuelvo

la envidia de mil mortales.

Si hacen de mi humor desdén,

no tienen más que gustallo,

mientras por tonto echo el fallo

a quien no le sepa bien.

———



Varios epigramas de Iglesias se reducen a plantear una broma inocente, como este:

Yo canto a aquella heroína

que tanto mi patria alaba:

doña María la Brava,

valerosa salmantina.

Cosas diré de ella nuevas,

que acaso nadie habrá oído...

mas, lector, si lo has creído,

¡qué bravo chasco te llevas!

———



Los que más abundan, sin embargo, son los de tema erótico, como las tradicionales alusiones a esposas infieles:

Preguntó a su esposo Irene:

"Blas mio, cuando te ausentas,

sin que tú me dejes rentas,

¿qu6 dirás que me mantiene?"

"No lo sé", respondió Blas.

Y ella le dijo: "Inocente,

mira un espejo de frente;

quizá en él lo advertirás".

———



Díjome Inés: "Esta tarde

se va a Toro mi marido."

Yo la dije, comedido:

"¡Dios de ladrones le guarde!"

Ella se empezó a reír,

como que no lo entendía...

Ahora bien, ¿qué me querría

la taimada Inés decir?

———



No faltan burlas de las enfermedades venéreas:

Con palabras de grajea

y otros mil confites más

me dijo Gregoria: "¡Ay, Blas,

cuánto el amor te desea!"

Mas al punto hice memoria

de cierta (aun no sana) herida

en tal dulzura cogida

y la dije: "Agur, Gregoria."

———



Mostrome Inesilla el lecho

con sus sábanas de holanda

y yo, viéndola tan blanda,

dije para mí: "Esto es hecho."

Pero acordeme después

de cierta aún no sana herida

en tal blandura cogida

y díjela: "¡Agur, Inés!"

———



Supo Inés que un oficial,

de gálico muy lisiado,

en su casa había mandado

que en nada le echasen sal.

Y dijo en risa: "No entiendo

como la sal causa enfado

a este, que por más de un lado

aprisa se va pudriendo."

———



Casi la mitad de la colección está constituida por muestras de picardía rococó.

Luisa adrede me mojó,

y yo comencé a enojarme;

mas ella, por aplacarme,

cuanto yo quise me dio.

No le debió de pesar

del despique, a lo que entiendo,

pues siempre me anda diciendo:

"Pepe, ¿te vuelvo a mojar?"

———



Inés, hecha una jalea,

me dijo: "Antón, de aquí a un mes

me casan". Díjela: "Inés,

en hora feliz te sea."

Ella me empezó a zumbar

de que el dicho no entendía:

y es que cuanto antes quería

el nuevo oficio ensayar.

———



"¡Qué frío tengo!", decía

Luisa, y a mí se arrimaba,

no estando en casa su tía;

pero yo la replicaba:

"¡Pues no está esta sala fría!"

De que yo no la entendiera

ella se empezó a aburrir,

y es que la Luisa quisiera

que yo mismo la dijera

lo que ella pensó decir.

———



Juana me dió una pisada,

y yo juzgué que era acaso;

diome otra no tan paso,

tampoco la dije nada.

Íbame a dar la tercera,

yo la dije: "¡Tente, Juana!

Que si yo tuviera gana,

bastaba con la primera."

———



Míramos desde un balcón,

de frente Inés y yo puestos,

a una vieja hacer mil gestos

comiendo un agrio limón.

¡Oh, y qué risa! Yo y Inés

del balcón nos retiramos;

más en la pieza que entramos,

mayor risa hubo después.

———



Por enero Inés se halló

de su faldón en lo interno

una pulga, y exclamó:

"¿Qué? ¿Aún hay pulgas en invierno?"

Blas, asiéndola la mano,

"No extrañes, niña, el encuentro,"

la dijo, "porque ahí adentro

yo apostaré a que es verano."

———



Fingí quitarla a Leonor

un anillito de un dedo

y gritome: "¡Estate quedo!

¡Qué hombre tan enredador!"

Saqué yo otro singular

y a su dedo se lo aplico

y entonces dijo: "Así, ¡ay, chico!,

yo te dejaré enredar."

———



Al bosque fue Inés por rosas

una mañana de mayo;

cogiola un cierto desmayo

divertida en ciertas cosas.

¿Qué desmayo este sería?

Juguete acaso de amores;

y es que cuando fue por flores

perdió la que ella tenía.

———



Tocando ayer Luisa un pito,

"¿Qué avisas, di?", la pregunto;

y dijo un su pajecito:

"Es que está un pájaro a punto

de caer en el garlito."

Ella lo fue a desplumar,

que era un pichón delicado,

crïado en buen palomar,

y apenas lo hubo pelado,

volvió su pito a tocar.

———



Yo empecé a Luisa a halagar

ayer a la hora de siesta,

y ella dijo, en jarras puesta:

"¿Tiene usté gana de holgar?"

Díjela: "El que a esto se atreve

tal vez a más de atreviera"

Y ella sa1tó: "Ropa fuera,

y holguémonos cual se debe."

———



Y aquí van un puñado de epigramas que satirizan oficios, tipos y costumbres.

Buscó, a fin de no pagarme,

un tramposo de por vida,

en un letrado salida

para la deuda negarme.

Al fin consiguió su intento

mi deudor, y de contado,

pagó más al abogado.

¡Qué justo agradecimiento!

———



Motejaron a un soldado

de que con impropio alarde

seguía a Venus cobarde

más que al fiero Marte osado.

El replicó: "¡Linda charla!

Antes obro muy prudente,

pues Venus sabe hacer gente

y Marte solo quitarla."

———



Un día en cierta pendencia

me echó un alguacil la traba,

y afianzado me llevaba

por más que alegué inocencia.

Que no me podía librar

de él ni el Papa pensé yo;

más llegó Inés, por mí habló,

desatóme y... eché a andar.

———



Dorotea se sentó

cerca de Tais, cortesana,

y viéndola tan liviana

de ella con gran priesa huyó.

Díjola Tais: "Dorotea,

no huyas con presteza tal;

que no se pega mi mal

sino es a quien lo desea."

———



Por ver lo que respondía,

a una dama de teatro

que el papel de reina hacía,

dije: "Deme, reina mía,

esos brazos que idolatro."

Y ella. que ama su provecho,

dijo: "A1 instante, majito;

pero pagadme el derecho,

que sin tributo, a mi pecho

a ningún vasallo admito."

———



Sin crédito en su ejercicio

se llegó un médico a ver,

y él, por ganar de comer,

ya se ocupa en nuevo oficio;

mas tan poco se desvía

de la aficion del primero,

que hoy hace sepulturero

el que antes médico hacía.

———



Un médico en una calle

el santo suelo besó,

es decir, que se cayó

de su mula, alta de talle.

Empezábale a zumbar

la gente que anda[ba] allí;

y él dijo: "Así como así,

yo me iba luego a apear."

———



A una dama visitaba

un caballero muy bruto

que siempre, sin sacar fruto,

mil libros leyendo andaba.

Ella, habiéndole sondeado,

dijo: "¡Ay! Yo bien lo temía;

que este a su gran tontería

añade el ser porfïado."

———



Yo vi en París un peinado

de tanta sublimidad,

que llegó á hacer vecindad

con el ala de un tejado.

Los gatos que allá reñían

luego que el peinado vieron,

a reñir sobre él se fueron,

y abajo no los sentían.

———



Entrando en los Cayetanos,

una dama a un charro vio

y le dijo: "¿Se acabó

la misa de los villanos?"

Viendo él trazas tan livianas,

respondió: "Se acabó ya;

pero entrad, que ahora saldrá

otra de las cortesanas."

———



Sunday, October 22, 2017

Miguel Moreno

El diplomático epigramista

Miguel Moreno nació en Villacastín (Segovia), donde fue bautizado el 20 de octubre de 1596. Estudió leyes y fue lo que hoy llamaríamos un alto funcionario. Apreciado por su talento, elocuencia y honradez, formó parte de la delegación enviada por Felipe IV a Roma para presentar un memorial contra los abusos de la curia. Allí murió en la flor de su edad, el 28 de julio de 1635.

Sus obligaciones administrativas no le impidieron escribir poesías y novelas. En lo que aquí nos interesa, el mismo año de su muerte aparecíó impreso bajo su nombre una colección de doscientos epigramas —más sentenciosos que mordaces— titulada Flores de España cultivadas en Roma. Don Adolfo de Castro la publicó en el volumen XLII de la BAE, señalando que los más [de los epigramas] carecen de la viveza necesaria a esta clase de composiciones; quizá consista esta falta en que Miguel Moreno no sabia versificar con facilidad. Aquí ofrecemos al curioso lector una amplia selección.



Los epigramas más interesantes de Moreno son quizás los que hablan de su oficio curialesco:

Mientras que subordinados

tus papeles a otro están,

no te congojes, don Juan,

si de él fueren enmendados;

que, además de lo imperioso,

de que le es lícito usar,

siempre ha sido el enmendar

(si no preciso) gustoso.

———



De aquel fantástico necio

nunca hagas caso, Fabricio,

que aunque le entona el oficio

es por sí indigno de precio.

Figurones semejantes,

a mi modo de entender,

en rigor vienen a ser

como los representantes.

———



También los que satirizan los vicios de eruditos y sabios:

Porque en tu ciencia has lucido,

intentas con gran pasión

quitar a Andrés la opinión

que primero ha merecido.

Y es error, porque jamás

pudieron otros que vi

(bien que la alcanzan por sí)

quitársela a los demás.

———



Aunque es muy modesto Antón,

en llegando a disputar

no se contiene en mostrar

una punta de ambición.

En él se echa bien de ver

que en otros actos postrarse

suele el docto; mas no andarse

por humilde en el saber.

———



En don Leandro son exceso

los textos y las doctrinas,

pero más las peregrinas

imprudencias de su seso.

Y en tan manifiesto indicio

nos dice su proceder

cuan otra debe de ser

la ciencia del buen juïcio.

———



Ufano y desvanecido

vive Antón de su saber,

hasta llegar a creer

que no es de alguno excedido;

pero aunque mucho se alabe,

más precio (por mi decoro)

lo que yo pienso que ignoro

que lo que él piensa que sabe.

———



Otros epigramas dan prudentes consejos para la vida social:

¿Quieres, Leonardo, vengarte

de Luis, porque reveló

tus secretos, y que yo

te ayude en aconsejarte?

Yo digo que pues tú a ti

secreto no te guardaste,

y a él se lo revelaste,

empieza el castigo en ti.

———



De que aquella acción erraste

estás, Laurencio, penoso,

pudiendo estar muy gozoso

de infinitas que acertaste.

La tristeza con que luchas

es vana, o soy [yo] mal juez;

que no es yerro el de una vez

en quien supo acertar muchas.

———



Conocer al lisonjero

deseas; y para mí,

conocerte bien tú a ti

es el precepto primero.

Con luz tan clara verás

Si en ti ajusta lo que dice,

y si vieres que desdice,

que es lisonjero sabrás.

———



—Miro a muchos anhelando

por grande hacienda adquirir,

y a ti, Pedro, te veo ir

cómodamente pasando.

—Juan, la causa viene a ser

que mi cuidado se gasta

solo en tener lo que basta,

no en lo que puedo tener.

———



Va tan meloso y limado

el memorial de tu queja,

que lugar apenas deja

a lo acedo lo afeitado;

y tan postrado rogar

viene en señores a hacer

que, dudando en el deber,

no crean en el pagar.

———



Dices que de mí murmuran

don Rodrigo y sus secuaces,

y grandes extremos haces

de ver que así se conjuran.

Yo (que con no respondellos

mayor escarnio les hago)

toda queja satisfago

en lo que murmuran de ellos.

———



Siendo Antonio preguntado

qué castigo era bastante

al envidioso, al instante

respondió, bien atinado,

que pues siempre atormentar

es de la envidia el oficio,

solo es castigo a este vicio

darle mucho que envidiar.

———



O satirizan vicios:

Es don Juan con el bufón

vanamente dadivoso,

y a su maestro virtuoso

no le da ni aun la ración.

Pobre virtud, di, ¿qué has hecho

a la suerte y al poder,

pues tal sabandija hacer

puede inferior tu derecho?

———



A ministros de justicia

aborreces, y he pensado

que, pues no te han agraviado,

es o temor o malicia.

Declara, Andrés, si ese vicio

causa (veré si le abonas)

lo injusto de las personas

o lo justo del oficio.

———



Algunos inocentes juegos de palabras:

Que quebró aquel mercader

dice el pueblo comúnmente,

y en sentido más corriente

la quiebra se ha de entender.

Si lucido y placentero

vive, y queda en el lugar,

no es él quien llegó a quebrar,

sino el que le dió el dinero.

———



Tal vez cansado te veo

(sobre viejo), y tu trabajo

dices que es de ir cuesta abajo,

de la edad triste trofeo.

Pero ¡así tu alíento viva,

Antón! que engañado estás;

por el cansarte es que vas

propiamente cuesta arriba.

———



Viendo a la muy gorda Juana

Blas, que no la conocía,

"¿Quien es?" preguntó, y Lucía

dijo que su media hermana.

Él, que el bulto considera

de la cabeza á los pies,

dijo: "Si esta media es,

¿cuál fuera a ser toda entera?"

———



El anterior poema nos recuerda que no podía faltar un poco de misoginia. Unas son feas:

De cincuenta años de edad

parió Claudia un infanzón,

y aunque estuvo en opinión,

no es del todo novedad.

Si bien el pueblo juzgó

(pues de ella se debía huir)

que hizo mucho en el parir,

pero mas quien la empreñó.

———



Muy de día y con sol claro

casó Juan con Dorotea,

y por ser mujer muy fea

obligó el hecho a reparo.

Ella, a quien causa pedia,

dijo que era prevenir

que no pudiese decir

Juan que no vio lo que hacía.

———



Otras, tontas:

Es Juana inocente y pía,

y mirando un Jueves Santo

el prendimiento, con llanto

así al Salvador decía:

"¡Que esto hayamos de tener

cada año, es muy de llorar,

pudiéndoos, Señor, guardar

de que os vuelvan a prender!"

———



Otras, solteras o casadas, buscan solo el dinero:

Bella moza es doña Inés;

mas pónese en tan gran precio,

que ocasiona a su desprecio

lo duro del interés.

Puesto que a algunos desvela,

ve en otros de mejor tasa.

que si con la cara abrasa,

también con lo caro hiela.

———

Puesto que: aunque.



De la codicia insaciable

de Filis te veo quejoso,

y con ser mas dadivoso,

piensas que será curable.

Tu desorden, Pedro, impida

esta regla que en mí vive,

y es, que quien así recibe,

al mismo paso lo olvida.

———



Celia de Antonio quedó

viuda, y dicen que bien puesta;

porque él, aunque deshonesta,

como honrado la heredó.

Pero quien más atinado

discurre en la institución,

dice fué restitución.

porque ella lo había ganado.

———

La heredó: la instituyó heredera.



Y, para acabar, la burla de un judaizante:

Aquel amigo indicado

de que espera lo que vino

da en regalar con tocino,

por simular su pecado.

Él obliga a que se tome;

pero mi atención conviene

en que, aunque es cierto lo tiene,

es dudoso que lo come.

———



Sunday, October 8, 2017

José Cadalso

El coronel y la sepultura

El coronel don José Cadalso y Vázquez de Andrade, alias Dalmiro, nació en Cádiz el 8 de octubre de 1741. Tras educarse en Francia y viajar por toda Europa, convertido en un perfecto ilustrado, sentó plaza en el regimiento de caballería de Borbón, lo que no le impidió figurar y aún brillar en la vida social y literaria. Romántico en sus amores, es célebre la historia —parece que verdadera— de la nocturna exhumación del cadaver de su amada, la actriz María Ignacia. Murió en el asedio de Gibraltar, el 27 de febrero de 1782, destrozada su cabeza por la artillería inglesa.

Cadalso, que según don Marcelino era hombre de instrucción varia y superficial, aunque de culto y despejado ingenio, escribió literatura típica de su época (Cartas marruecas) y aún de la siguiente (Noches lúgubres). Las poesías de este mediano y desmayado versificador clásico —como lo llama el mismo don Marcelino— pueden encontrarse en el primer volumen de la colección de Cueto (BAE, tomo LXI). Aquí reproducimos un puñado de ellas de tomo satírico o humorístico.



Probando ser fábula la producción de los cuernos en ciertas cabezas

Moisés con cuernos pareció adornado,

y no fueron sus cuernos verdaderos;

dos cuernos a la luna han levantado

los astrólogos, vanos embusteros;

al demonio con cuernos han pintado,

porque son los pintores majaderos;

pues si todos los cuernos son fingidos,

¿por qué han de creer en cuernos los maridos?

———



Dánae y la lluvia de oro

Una vez Jove intentó

una conquista imposible:

el oro la hizo factible.

¡Mil Joves conozco yo!

———



Boda de Venus con Vulcano

Venus alegre y mocita,

Vulcano viejo y celoso,

Marte amigo del esposo...

¡Ay, qué boda tan bonita!

———



Epigrama

—En la cabeza le dio

un palo Juan a Ginés.

—¿Y rompiósela? —Al revés:

el palo se le rompió.

(Gines era aragonés.)

———



Epitafio

Solo murió de constante

la que está bajo esta losa.

Acércate, caminante,

pues no murió tal amante

de enfermedad contagiosa.

———



Epitafio

Este difunto era esposo

y los celos le mataron;

de ejemplar tan horroroso

los demás escarmentaron

pues ya ninguno es celoso.

———



Epigrama

El que está aquí sepultado

porque no logró casarse

murió de pena acabado;

otros mueren de acordarse

de que ya los han casado.

———



Epigrama

Una vieja ha fallecido

de amor, y aquí se enterró;

considere el advertido

si enamorada murió

qué tal habría vivido.

———



Thursday, September 28, 2017

Miguel de Cervantes

Qué vamos a decir...

Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares (Madrid) antes del 9 de octubre de 1547, supuestamente el​ 29 de septiembre, y murió en Madrid el 22 de abril​ de 1616. De su novelesca vida puede el lector hallar noticia en cualquier libro de Historia de la Literatura.

De su ingenio irónico y burlón quedan abundantes muestras en sus novelas y en el Viaje del Parnaso. En cuanto a poemas sueltos, tenemos —además de los sonetos insertados en el Quijote— otro atribuido con seguridad (pues lo reivindica orgullosamente en el Viaje) y tres dudosos.



Al túmulo del rey D. Felipe II en Sevilla

"¡Voto a Dios, que me espanta esta grandeza

y que diera un doblón por describilla!;

porque ¿a quién no suspende y maravilla

esta máquina insigne, esta braveza?

¡Por Jesucristo vivo! Cada pieza

vale más que un millón, y que es mancilla

que esto no dure un siglo, ¡oh, gran Sevilla!,

Roma triunfante en ánimo y riqueza!

Apostaré que el ánima del muerto,

por gozar este sitio, hoy ha dejado

el cielo, de que goza eternamente."

Esto oyó un valentón y dijo: "Es cierto

lo que dice voacé, seor soldado,

y quien dijere lo contrario, miente."

Y luego, encontinente,

caló el chapeo, requirió la espada,

miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

———

Para las honras fúnebres de Felipe II, la ciudad de Sevilla construyó un suntuosísimo catafalco cuyo destino natural era ser destruido en pocos días, tras celebrarse las exequias; pero al comenzar estas se produjo una violentísima disputa entre las diversas autoridades por un puntillo de protocolo y se interrumpió la ceremonia, que no se reanudó hasta que —pasados un par de meses— el Rey resolvió el pleito.

Encontinente: prontamente, al instante.

Chapeo: sombrero.



Diálogo entre Babieca y Rocinante (de la Primera Parte del Quijote)

—¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?

—Porque nunca se come y se trabaja.

—Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?

—No me deja mi amo ni un bocado.

—Andá, señor, que estáis muy mal criado,

pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.

—Asno se es de la cuna a la mortaja.

¿Queréislo ver? Miradlo enamorado.

—¿Es necedad amar? —No es gran prudencia.

—Metafísico estáis. —Es que no como.

—Quejaos del escudero. —No es bastante.

¿Cómo me he de quejar, en mi dolencia,

si el amo o escudero o mayordomo

son tan rocines como Rocinante?

———

Andá: andad.

Rocín: mal caballo; insulto.



Soneto (atribuido)

Maestro era de esgrima Campuzano,

de espada y daga diestro a maravilla,

rebanaba narices en Castilla,

y siempre le quedaba el brazo sano.

Quiso pasarse a Indias un verano,

y vino con Montalvo el de Sevilla;

cojo quedó de un pie de la rencilla,

tuerto de un ojo, manco de una mano.

Vínose a recoger a aquesta ermita

con su palo en la mano, y su rosario,

y su ballesta de matar pardales.

Y con su Madalena, que le quita

mil canas, está hecho un San Hilario.

¡Ved cómo nacen bienes de los males!

———

También atribuido a D. Diego Hurtado de Mendoza.

Venir con: enfrentarse (no lo trae el DRAE).



Soneto (atribuido)

Un valentón de espátula y gregüesco,

que a la muerte mil vidas sacrifica,

cansado del oficio de la pica,

mas no del ejercicio picaresco,

retorciendo el mostacho soldadesco,

por ver que ya su bolsa le repica

a un corrillo llegó de gente rica

y en el nombre de Dios pidió refresco:

—Den voacedes, por Dios, a mi pobreza;

—les dice— donde no, ¡por ocho santos!,

que haré lo que hacer suelo sin tardanza.

Mas uno que a sacar la espada empieza,

—¿Con quién habla —le dijo— el tiracantos?

Si limosna no alcanza,

¿qué es lo que suele hacer en tal querella?

Respondió el bravonel:—Irme sin ella.

———

Gregüesco: Calzón muy ancho que se usaba en los siglos XVI y XVII.

Tiracantos: Hombre despreciable.

Bravonel: Fanfarrón.



A la entrada del Duque de Medina en Cádiz (atribuido)

Vimos en julio otra semana santa,

atestada de ciertas cofradías

que los soldados llaman compañías,

de quien el vulgo, y no el inglés, se espanta.

Hubo de plumas muchedumbre tanta,

que, en menos de catorce o quince días,

volaron sus pigmeos y Golías,

y cayó su edificio por la planta.

Bramó el becerro y púsolos en sarta,

tronó la tierra, escureciose el cielo,

amenazando una total ruïna,

y al cabo, en Cádiz, con mesura harta,

ido ya el conde, sin ningún recelo,

triunfando entró el gran Duque de Medina.

———

Durante varios días del mes de julio de 1596 una expedición inglesa al mando de Lord Essex (elconde) saqueó a placer la ciudad de Cádiz. Cuando los ingleses ya habían levado anclas llegó a ella el duque de Medina Sidonia con un vistoso ejército, que aquí se compara con una cofradía de Semana Santa. El segundo jefe de este ejército era el capitán Becerra (el becerro).

Plumas: sutil forma de llamarlos gallinas.

Golías: el gigante bíblico Goliat.

Tuesday, August 29, 2017

Títeres y titititeros

Títeres y Titiriteros

(Versión PDF)

Sagaz lector:
Mediado el siglo XIX el ingeniosísimo Manuel del Palacio publicó Cabezas y Calabazas y poco después Calabazas y Cabezas el no menos dicaz Salvador Granés; precedentes que alego en descargo de este puñado de coplas dedicadas a personajes de nuestro teatrillo, que hoy en tus manos pongo confiado en que sabrás disfrutar de lo poco de ingenioso que acaso haya en ellas y disculpar los muchos ripios e impropiedades que ciertamente contienen.
Si alguno hallare ofensa en aquí aparecer, perdóneme como buen cristiano; y si en no aparecer, confíe en Dios y aguarde la segunda parte.
Vale.
Málaga, en la solemnidad de la Asunción del año de 2017.



AGUIRRE (Dª ESPERANZA)
La esperanza del PP
ya no se llama Esperanza,
esa que —parece chanza—
para más de uno lo fue.



AÍDO (Dª BIBIANA)
—Ministra dicen que fue.
—¿De qué cartera? —Igual da.
—¿Lo hizo bien? —Ni fu ni fa.
—¿Qué hace ahora? —No lo sé.



ALCÁNTARA (D. MANUEL)
Busqué amigo o compañero
que hablara mal del chavea
y no lo encontré; pues, ¡ea!,
no voy a ser yo el primero.



ALMODÓVAR (D. PEDRO)
—¿Qué español —pregunta Engracia—
en el cine es el primero?
Y le respondo sincero:
—¡Almodóvar, por desgracia!



ANSON (D. LUIS Mª)
A don Juan mucho admiró
como es público y notorio
—al tercero y al tenorio—
y eso le perjudicó.



AZNAR (D. JOSÉ Mª)
¿Tu gran error? Es sencillo:
te creíste un genio, Jose,
pero en aquel marzo viose
que no eras más que un pardillo.



(Música del vito)
BANDERA(S) (D. ANTONIO D.)
Este malagueño fue
a Jolibú a hacer el zorro,
ganó fama y buen parné
y a muchos prestó socorro.



BARCELÓ (D. MIGUEL)
Dibujas tus monigotes
por doquier, y bien los cobras;
y de alguna de tus obras
se desprenden los cascotes.



BÁRCENAS (D. LUIS)
Peperos, ¿por qué decís
que es un caso aislado Luis?
¿Se puede sobre-coger
sin conexión mantener?



BARDEM (D. JAVIER ENCINAS)
Dicen que es un avestruz,
pero un óscar una vez
ganó, es de la ceja prez
y lleva feliz su Cruz.



BERLUSCONI (D. SILVIO)
Quizás alcances perdón
por tus robos y tus putas
pero jamás —¡no discutas!—
por tu vil televisión.



BESCANSA (Dª CAROLINA)
Joven y docta Bescansa,
mi impertinencia dispensa,
pero te veo algo tensa;
deja ya de hacer la gansa.



BEZOS (D. GOFREDO)
Eleva, chusma, tus rezos
al WaPo y al millonario
que con su tienda y su diario
te ha de salvar: a Jeff Bezos.



BOADELLA (D. ALBERTO)
Por La Torna y por su sorna
Franco lo metió en la trena
e incurrirá en mayor pena
si correcto no se torna.



BONO (D. JOSÉ)
Dicen que es rico (me alegro);
en el trato no es un ogro;
y ha sido su mayor logro
ser de Raphael consuegro.



BOSÉ (D. MIGUEL GLEZ.)
Con mucha desvergüenza
y poca voz
de mi inmensa paciencia
Bosé abusó.



BOTELLA (Dª ANA)
La lengua de Chéspir ella
domina, y en plena plaza
en inglés pide una taza
a juego con la Botella.



BOTÍN (Dª ANA)
Doña Ana heredó un sinfín
de valores y de acciones,
de bienes y posesiones;
en fin, heredó el Botín.



BOTÍN (D. JAIME)
De Séneca —que en verdad
fue rico, y sabio latino—
quiso seguir el camino;
y se quedó a la mitad.



CALATRAVA (D. SANTIAGO)
Construyó sin río un puente,
se le derrumbó un tejado
y en todo tiempo ha logrado
alzar su cuenta corriente.



CAMPS (D. FRANCISCO)
Él creía que era gaje
de su cargo; mas le trajo
más sonado que badajo
aquel mal pagado traje.



CATALÁ (D. RAFAEL)
Tan formal como lo ves,
engaña hasta en su apellido,
porque en Madrid ha nacido
y es alguacil genovés.



CEBRIÁN (D. JUAN LUIS)
Lo llaman exfalangista,
explotador y excritor;
pero él es algo peor:
es un mero experiodista.



CIFUENTES (Dª CRISTINA)
Con los elegebetés
la Cifuentes simpatiza;
¡Lógico! Esta arrimadiza
nunca ha sabido lo que es.



COLAU (Dª ADA)
¡Pobrecita! ¡Qué putada!
Se transformó de promesa
de la escena en alcaldesa
y de Inmaculada en Ada.



CARMENA (Dª MANUELA)
¿Una abuelita? ¡So bobo!
Medita y recapacita:
es, sí, una dulce abuelita...
capaz de comerse al lobo.



CONDE (D. MARIO)
Primero alto funcionario,
luego ilustre financiero.
Y a más aspiraba, pero...
acabó de presidiario.



COSPEDAL (Dª Mª DOLORES DE)
Reinó, siendo una beldad,
en la feria de Albacete;
más ajada, le compete
despachar con el JEMAD.



DÍAZ (Dª SUSANA)
Alabad a la sultana
que a su gente la fortuna
reparte mientras acuna:
la beréfica Susana.



DÍEZ (Dª ROSA)
La llamaban Rosa diez
por su ardor e intrepidez.
Regeneraban sus cinco
diputados con ahínco.
Y Albert la ha dejado a cero
porque tiene más dinero.



(Música de “Dominique, nique nique”)
ECHENIQUE (D. PABLO)
Echenique, nique, nique,
ese pato patagón,
¿va a liberar Aragón?
¡Por favor, que me lo explique!



ERICE (D. VÍCTOR)
No resultaba sencillo
dar con alguien tan premioso
como él. Lo halló en Tomelloso,
y pintaron un membrillo.



ERREJÓN (D. ÍÑIGO)
Por formalismo burgués,
Íñigo, y revisionismo
te castigarán ya mismo
a estar sin la play un mes.



ESCOHOTADO (D. ANTONIO)
Como el marqués malhadado,
filósofo en tocador
ha de ser este señor
perpetuamente escotado.



ESPADA (D. ARCADIO)
Tiene ideas más bien light
este alfiler más que espada;
pero, ya ves, Liberada,
él se considera bright.



ESPERT (Dª NURIA)
Mejor que pase a la Historia
el nombre de doña Nuria,
pues se pone hecha una furia
si alguien duda de su gloria.



ESPINAR (D. RAMÓN)
Por tantos motivos dar
para burlar y reír,
te lo tengo que decir:
¡Gracias, Ramón Espinar!



ÉVOLE (D. JORGE)
Tengo una gran culpa y débola
confesar, amigos: llévole
siguiendo años al tal Évole
pese a ser peor que el ébola.



GARCI (D. JOSÉ LUIS)
Su asignatura pendiente
sacó con sobresaliente.
Hollywood fue buen lugar
para volver a empezar.
Y al final, casi ya un yayo,
se le montó un dos de mayo.



Gª MARGALLO (D. JOSÉ MANUEL)
Es yayo sin dientes, gallo
sin espolones; no es bello;
y a pesar de todo ello
quiso presidir Margallo.



GARCÍA MONTERO (D. LUIS)
Dice el saber popular
que la experiencia es la madre
de la ciencia; mas, compadre,
de la poesía... ¡ni hablar!



GARCÍA TEJERINA (Dª ISABEL)
—El asunto de Acumed,
¿la cartera, Tejerina,
te costó? —¡Vaya pamplina!
A mí y a mi novio ved.



GARICANO (D. LUIS)
Antes de ser ciudadano
nuestro default anunció;
gracias a Dios, quien falló
fue el profesor Garicano.



GARZÓN (D. ALBERTO)
¿Que qué es Alberto Garzón?
En su pueblo, que es el mío,
llamarían a este tío
más que rojo, maarón.



GARZÓN (D. BALTASAR)
Carroña busca la hiena;
él unos huesos buscó
y sus puñetas perdió.
De verdad, no me da pena.



GIBSON (D. IAN)
Cartas iban y venían
entre Madrid y Dublín
sobre una cuestión ruïn:
¿quién soportaría a Ian?



GONZÁLEZ (D. IGNACIO)
La piedra filosofal
encontró en la Autonomía
pues hacer oro sabía
de las piedras del Canal.



GRANADOS (D. FRANCISCO)
Tronaba en televisión
contra corruptos; sería
porque, avariento, temía
que mermaran su porción.



GRANDES (Dª ALMUDENA)
Más grandes se hacen los glandes
con la Lulú de Almudena
pero se encogen con pena
con lo demás de la Grandes.



HERNANDO (D. RAFAEL)
No sé cuál es el poder
o saber de Rafael,
así que yo soy cual él
en esto de no saber.



IGLESIAS (D. PABLO)
Somos la Gente, dices mientras lanzas
algún eslogan de proleta ful.
¿Que sois la gente? ¡Vaya morro tienes!
La gente... ¡Tururú!



JOSEPHO (FRAY)
—¿Hay un vate en la web? —Hayle.
—¿Me engañas? —¡Ca! No te befo.
—¿Y se llama...? —Fray Josepho,
y aunque va al claustro no es fraile.



JUNQUERAS (D. ORIOL)
Diría que en general
mira mal a lo español
el republicano Oriol;
y a lo catalán... igual.



LEVY (Dª ANDREA)
—¿Por qué en el PP milita
la señorita Andreíta?
—Algún sitio hay que pillar,
y no es malo el popular.



LINDO (Dª ELVIRA)
Elvira, lindo es tu nombre
y tu Gafotas muy lindo;
mis parabienes te brindo,
pese a no ser lindo tu hombre.



LLACH (D. LUIS)
Ni en Reus ni en La Bisbal
están pidiéndole un bis,
sino que gritan: “¡Gran Lluis,
vuelve pronto a Senegal!”



LÓPEZ (D. PACHI)
“Ser el primero yo quiero
y es bien fácil de explicar,
pues elegí siempre estar
en mi Escuela en el primero.”



MAESTRE (Dª RITA)
Advén y muestra tu glándula;
me postraré, Rita, extático
y tu paso mayestático
alfombraré con lavándula.



MARHUENDA (D. FRANCISCO)
Hay quien se pone cachondo
—¡qué cosas!— con Gabilondo.
No falta quien su fe brinda
—hay de todo— al gritón Inda.
Mas que atiendan a Marhuenda...
eso no hay dios que lo entienda.



MARÍAS (D. JAVIER)
Javier, explícame, a ver:
el público te enriquece,
la crítica te enaltece...
¿Por qué ese amargor, Javier?



MONEDERO (D. JUAN CARLOS)
Di, Juan Carlos, sé sincero:
¿Qué pena es justo imponer
a aquel que resulta ser
falso como monedero?



MONTERO (Dª IRENE)
El laclauismo deviene
nepotismo sexual,
como muestra al personal
el caso de doña Irene.



MONTORO (D. CRISTÓBAL)
Ni las lágrimas que lloro
por su culpa, están exentas
de tributar en las cuentas
del insaciable Montoro.



MORENO BONILLA (D. JUAN M.)
—¿Qué te inquieta? ¿Qué te pasa?
—No me suena este Bonilla.
—No te preocupes, chiquilla;
no les suena ni en su casa.



MUÑOZ MOLINA (D. ANTONIO)
—¿Su inventiva? —No termina
de cuajar. —¿Y sus ideas?
—Son, como de ahora, feas;
mas no es malo este Molina.



NARBONA (Dª CRISTINA)
Malgastó nuestro dinero
en desaladoras guay
que no desalaron, ¡ay!,
ni su poquito salero.



ORTEGA (D. AMANCIO)
Don Amancio, junto a su ex,
inventó un marketing mix
que de Texas a Guadix
hizo célebre a Inditex.



PANTOJA (Dª ISABEL)
Medallas te pone un BOJA;
después sin ellas te deja
otro BOJA. Moraleja:
no hagas lo que hizo Pantoja.



PASTOR Gª (Dª ANA)
Confieso mi casto amor
—que me perdone Ferreras—
y gozar con las certeras
preguntas de Ana Pastor.



PÉREZ REVERTE (D. ARTURO)
A Reverte Clío premia
por temas y lemas dar
que vocear en el bar
con un sofá en la Academia.



PINO (D. LUIS DEL)
Si uno quiere, aunque no toque,
desvelar algo tremendo,
es posible que esté haciendo
más que el pino, el alcornoque.



PISARELLO (D. GERARDO)
Loo al pintor Pisanello
y a Masaniello, el caudillo;
mas a este edil o granillo,
simplemente Pisarello...



PRADA (D. JUAN MANUEL DE)
Su título más famoso
es Coños, no Valdegamas,
pero lanza unas soflamas
que ni que fuera Donoso.



PUIGDEMONT (D. CARLOS)
De la Selva un puchimón
salió por comprar champú
y le hicieron, hosti tú,
líder de una sedición.



PUJOL FERRUSOLA (HERMANOS)
La honrada razón social
“Sucesores de Pujol”
—Oleguer, Josep, Oriol,...—
supo ampliar su capital.



PUTIN (D. VLADIMIRO)
Nada es hoy como antes fue,
y el ídolo del buen carca
no es un barbudo monarca:
es uno del KGB.



RAJOY (D. MARIANO)
Sueña Rajoy Brey, y vive
muy contento sesteando,
dilatando y demorando
y redactando inclusive
alguna ley que nos gibe.



RAJOY (D. MARIANO)
Dulce Mariano del registro ausente,
huésped eterno de la azul bancada,
muelle sustento de la madre España,
¿qué hay de lo mío?



RAMÍREZ (D. PEDRO JOSÉ)
Fijaos si yo era idiota
entonces, que subrayaba
sus sábanas y confiaba
en el pobre Pedro Jota.



RATO (D. RODRIGO)
Roto está Rodrigo Rato
que a todo un puebo irritó
largo rato y resultó
ser, resumiendo, un niñato.



REVILLA (D. MIGUEL ÁNGEL)
Su propaganda acaudilla,
las virtudes de ella loa;
mas es merluzo y no anchoa
el camarada Revilla.



RIVERA (D. ALBERTO)
Hasta en pelota te vi,
Albert, mas aún no sé
si eres mero paripé
o si hay algo más en ti.



RODRÍGUEZ RGUEZ. (D. ALBERTO)
“Costurera era mi abuela,
pero peluquera no.
Me enseñó a cortar la tela,
a cortarme el pelo no.”



RODRÍGUEZ ZAPATERO (D. J. LUIS)
“Es bobo de tan bueno”,
decían todos.
Lo de bueno cambió,
no lo de bobo.



ROURES (D. JAIME)
Yo también veo fatal,
¡por Marx y por Belcebú!,
que sujetos como tú
acumulen capital.



RUFIÁN (D. GABRIEL)
Al charnego de la Esquerra
con su terno y su pachorra
premiarán con la mazmorra
en cuanto ganen su guerra.



SABINA (D. JOAQUÍN)
Mil botellas de Savin ha
trasegado con decoro
este poeta canoro
llamado Joaquín Sabina.



SÁENZ DE STAMARÍA (Dª SORAYA)
Para ascender está lista
de la lista al primer puesto,
que es muy lista, sabe de esto
y mata al antagonista.



SALVADOR (D. LUIS)
Lo conocí tertuliano
socialista entre los fachas;
sobrevivió a malas rachas
y hoy es feliz ciudadano.



SÁNCHEZ (D. PEDRO)
—Pedro, andas falto de seso
y aptitud. ¿Por qué, insolente,
quieres ser el Presidente?
—Precisamente por eso.



SÁNCHEZ (D. PEDRO)
“Os lo juro, no es por ego;
es que si no lo consigo
no sé lo que hará conmigo
esa bruja de la Bego.”



SÁNCHEZ (Dª TANIA)
Coletas Tania tenía,
turrón para todo el año
e iglesias; pero el apaño
se agostó cual flor de un día.



SÁNCHEZ DRAGÓ (D. FDO.)
Al Polígrafo explotó
y fue turista en Oriente,
y ha convencido a la gente
de que Él es Sánchez Dragó.



SANS-FOY (MONSIEUR DE)
¿Quizá un vate buscas? ¡Buah!
Mira en la web más allá, o
en restaurants de Bilbao,
y encontrarás a Sans Foy.



SERRA (D. NARCISO)
Unos están en prisión,
otro se mató de intento
y tú sigues tan contento;
¿cómo lo haces, campeón?



SERRAT (D. JUAN MANUEL)
Canta el bracero del SAT
y el burgués en su chalet,
y cantan en la jet-set
las salmodias de Serrat.



SORIA (D. JOSÉ MANUEL)
A muchos ataques ya
había sobrevivido
y lo mató el sarpullido
de un jersey y un panamá.



SOROS (D. JORGE)
Diez estados arruinar
no es bastante para Soros;
quiere ahora con sus moros
otra Europa refundar.



TARDÀ (D. JUAN)
Parda veste y lengua tarda
viste y mueve este Tardà
que desbarra aquí y allá
y la está lïando parda.



TRILLO (D. FEDERICO)
Por barajar como un pillo
los restos de aquel avión,
eterna reprobación
merece el trilero Trillo.



TRUEBA (D. FERNANDO)
—¡Toma un óscar! —Dios no existe.
—¡Cinco kilos! —Ni hay tampoco
Patria. —Trueba, como poco
hay Reyes, según ya viste.



TRUMP (D. DONALDO)
Si alguno su corazón
y confïanza en Trump pone,
ya sabe a lo que se expone:
a dar un buen trompicón.



VARGAS LLOSA (D. MARIO)
El primo de Patty Llosa
siendo un pequeñoburgués
ha llegado a ser marqués
y varón Porcelanosa.



VASILE (D. PABLO)
Para que se refocile
la plebe con la basura,
abundante la procura
el Consigliere Vasile.



VICENT (D. MANUEL)
En opinión de Vicent
el lugar del fiel cristiano
está en el circo romano
o a lo sumo en Picassent.



VIDAL-QUADRAS(D.ALEJO)
De Rajoy, de su cortejo
y de su matalotaje
con disgusto y con coraje
se alejó enojado Alejo.



VILLALOBOS (Dª CELIA)
Intrépida precursora,
ni trabajó ni estudió,
salió en la tele y medró,
y ahí sigue esta señora.



VIÑAS (D. ÁNGEL)
—¿Moscú? ¿El oro? ¿El yate Vita?
—Acciones justas y puras.
—Pues Viñas, ¿a quién censuras?
—Solo a Franco y su masita.



WERT (D. JOSÉ IGNACIO)
Envían a la OCDE
a su señora y a Wert, a
que de diplomacia experta
también allí pruebas dé.



ZIMMERMAN (D. ROBERTO)
Ya que a mí no me lo dan,
pues me parece muy bien
que ese premio se lo den
a mi amigo Bob Dylán.



ACRÓSTICO
Fran colocoos, Señor,
Vecino al lugar supremo;
Inicuo será, me temo,
Renegar de aquel favor.



ACRÓSTICO
Las ideas, progrepijas;
El hueso bajo el pellejo;
Toxina en el entrecejo;
Y —¡gracias a Dios!— dos hijas.



ACRÓSTICO
Jamás cazador bechuano
Cobró una pieza mayor:
Increíble fue, Señor,
Resbalón tan soberano.



ACRÓSTICO
Sufrió paciente algún drama
Oculto entre el blanco armiño.
Falta estuvo de cariño...
Y callo cómo se llama.


Thursday, August 10, 2017

Félix de Samaniego

El moralista pornógrafo

Don Félix María Sánchez de Samaniego y Zabala murió cristianamente en Laguardia (Álava) el 11 de agosto de 1801. De noble familia, en la misma villa había nacido el 12 de octubre de 1745. Estudió en Francia, donde "le inocularon la irreligión". Fue miembro activo de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, fundada por su tío el conde de Peñaflorida. La Inquisición se fijó en él, aunque finalmente salió libre del proceso. Mantuvo agrias polémicas con compañeros de oficio como García de la Huerta y, sobre todo, con el otro célebre fabulista de su tiempo, Tomás de Iriarte. Una completa biografía puede encontrarse aquí.

Samaniego es (o era) bien conocido por todos los escolares hispanos por sus moralizantes Fabulas en verso castellano para el uso del Real Seminario Bascongado (aquí), única obra que publicó en vida. En el s. XX se publicó bajo el nombre de El jardín de Venus (aquí) la colección de sus poemas eróticos (o directamente pornográficos), que durante mucho tiempo habían corrido manuscritos.



Fábulas



La Zorra y el Busto

Dijo la Zorra al Busto

después de olerlo:

"Tu cabeza es hermosa,

pero sin seso."

Como este hay muchos.

que aunque parecen hombres

solo son bustos.

———



Las Moscas

A un panal de rica miel

dos mil Moscas acudieron,

que por golosas murieron

presas de patas en él.

Otras dentro de un pastel

enterró su golosina;

Así, si bien se examina,

los humanos corazones

perecen en las prisiones

del vicio, que los domina.

———



La Serpiente y la Lima

En casa de un cerrajero

entró la Serpiente un dia,

y la insensata mordia

en una Lima de acero.

Díjole la Lima: —El mal,

necia, será para ti.

¿Cómo has de hacer mella en mí

que hago polvos el metal?

Quien pretende sin razón

al mas fuerte derribar,

no consigue sino dar

coces contra el aguijón.

———



El Hombre y la Culebra

A una Culebra que de frío yerta

en el suelo yacía medio muerta

un Labrador cogió; mas fue tan bueno

que incautamente la abrigó en su seno.

Apenas revivió, cuando la ingrata

a su gran bienhechor traidora mata.

———



El Cuervo y la Serpiente

Pilló el Cuervo dormida a la Serpiente,

y al quererse cebar en ella hambriento,

le mordió venenosa. Sepa el cuento

quien sigue a su apetito incautamente.

———



El Grajo vano

Con las plumas de un pavo

un Grajo se vistió pomposo y bravo.

En medio de los pavos se pasea:

la manada lo advierte; lo rodea:

todos le pican, burlan, y lo envian...

¿Dónde, si ni los Grajos lo querían?

¿Cuánto ha que repetimos este cuento

sin que haya en los plagiarios escarmiento?

———



La Alforja

En una Alforja al hombro

llevo los vicios;

los ajenos delante,

detrás los mios.

Esto hacen todos;

así ven los ajenos,

mas no los propios.

———



El Perro y el Cocodrilo

Bebiendo un Perro en el Nilo,

al mismo tiempo corria.

—Bebe quieto —le decía

un taimado Cocodrilo.

Díjole el Perro prudente:

—Dañoso es beber y andar;

pero ¿es sano el aguardar

a que me claves el diente?

¡Oh qué docto Perro viejo!

Yo venero su sentir

en esto de no seguir

del enemigo el consejo.

———



El jardín de Venus



Las hijas del pobre

Tenía cierto pobre vergonzante

una alforja detrás, otra delante,

y colocaba con cuidado en ellas

a dos hijas muy bellas,

que muchos para mover los corazones

suelen valerse de tales aprensiones,

o por mejor guardallas o escondellas.

Le preguntó un curioso: —¿Son doncellas?

A lo que respondió como hombre ya maduro:

—Por la que va delante lo aseguro,

porque siempre a la vista yo la llevo;

por la que va detrás, yo no me atrevo.

———



La confesión

Confesándose un soldado

dijo muy arrepentido:

—Acúsome que he jodido

un barril de bacalao.

El fraile, muy admirado,

le preguntó: —¿Cómo ha sido?

—Porque el barril he robado,

en la plaza le he vendido,

del dinero que me han dado

varias veces he jodido,

aunque no con gran exceso.

—Toma, toma, —dijo el padre,—

según eso,

si se ajustan cuentas mías,

también habré yo jodido

más de cuatrocientas misas.

———



La melindrosa

Señor don Juan, quedito, que me enfado.

¿Besar la cara?, es mucho atrevimiento.

¿Abrazos?, ¡ay, Jesús!, no lo consiento.

¿Cosquillas?, no las hay por ese lado.

¿Remangarme?, ¡ay, Juanito!, ¿y el pecado?

¡Qué malos sois los hombres!... pasos siento.

¿No es nadie? Pues, bien, vaya en un momento;

mas ¡cuidado! no venga algún criado.

¡Jesús, qué loca soy! ¡Quién lo diría

que con un hombre yo...! ¿Cómo cristiana...?

Que ya de puro gusto... ¡Ay, alma mía!

¡Traidor, déjame, vete...!, ¿Aún tienes gana?

Pues cuando tú lo logres otro día...

Pero, Juanito, ¿volverás mañana?

———



Tuesday, August 1, 2017

Juan Eugenio Hartzenbusch

Ebanista y erudito

Juan Eugenio Hartzenbusch Martínez murió el 2 de agosto de 1880 en Madrid, donde había nacido el 6 de septiembre de 1806. Era hijo de española y alemán. Su padre era ebanista y él mismo ejerció este oficio algún tiempo, de lo cual se sentía orgulloso: cuentan que un día, siendo ya famoso y estando en casa de un noble, se inclinó ante un mueble para buscar la marca que solía dejar en los que fabricó, pues creía haberlo reconocido. También fue taquígrafo en la Gaceta de Madrid y en el Congreso. Ingresó en la Real Academia en 1847 y fue director de la Biblioteca Nacional. Fue muy apreciado por gran erudición y su carácter serio y sencillo.

Como estudioso de nuestra historia literaria, estuvo al cuidado de las ediciones de Lope, Calderón y Tirso para la BAE y dejó preparadas más de 5000 notas para una edición del Quijote. Pero Hartzenbusch es sobre todo recordado por el drama Los amantes de Teruel (1837), una de las cumbres del teatro romántico español. Escibió muchas otras obras para la escena y, en lo que a nosotros importa, dos libros de Fábulas (aquí y aquí) y tres epigramas recogidos en sus Poesías (aquí). Tanto estos como aquellas son suaves en la crítica y ligeros en la burla; pues, como dijo el buen don Juan Eugenio,

Si al prójimo ha de ofender
tilde poniendo en su fama
sólo es bueno el epigrama
que se queda por hacer.



Epigramas

—Para dos perdices dos—

dijo allá el del Castañar;

y así lo dejó pasar

gente a la buena de Dios.

No lo escuchará ninguno

de estómago fuerte hoy día.

sin replicar: —No, García:

Para dos perdices... uno.

———



Llamó tocaya un chulo

a una manola:

Barbarita me llaman,

dijo la moza;
Y usted, buen hombre,

será, como es rollizo,

un barbarote.

———



Cuando veo una boda,

verla me carga;

cuando miro un entierro,

doy a Dios gracias.
Rabio y me alegro,

porque no soy el novio

ni soy el muerto.

———



Fábulas

La rosa amarilla

Amarilla volvióse

la Rosa blanca,

por envidia que tuvo

de la encarnada.

Teman las niñas

convertirse de blancas

en amarillas.

———



Las espigas

La espiga rica en fruto

se inclina a tierra;

la que no tiene grano,

se empina tiesa.

Es en su porte

modesto el hombre sabio,

y altivo el zote.

———



La toalla

—¡Ay! —exclamó Isabel— ¡Ay! ¡Qué toalla!

Cuando me enjugo el rostro, me le ralla.

Su aya le dice: —Si la broza quita,

perdona el refregón, Isabelita.

———



Receta contra importunos

—Ha dado toda la gente

rica y pobre del lugar

en venirme a visitar,

y no sé como la ahuyente.

Así a Blas dijo Vicente;

y él repuso: —Fácil es,

y apuesto a que pronto ves

que huye de tí el mundo entero.

Pídele al rico dinero,

y al pobre no se lo des.

———



El dromedario y el camello

El Camello le dijo

al Dromedario:

—Comparado contigo,

cuánto mas valgo.

No cabe duda:

yo tengo dos jorobas;

tú tienes una.

———



El peral

A un Peral una piedra

tiró un Muchacho,

y una pera exquisita

soltóle el árbol.

Las almas nobles,

por el mal que les hacen,

vuelven favores.

———



El linajudo y el ciego

A un Ciego le decia un Linajudo:

—Todos mis ascendientes héroes fueron.

Y respondióle el Ciego: —No lo dudo:

yo sin vista nací; mis padres vieron.

No se envanezca de su ilustre raza

quien debió ser melón y es calabaza.

———



El niño en alto

Trepó sobre una silla, y arrogante

un chiquillo gritó: —Yo soy gigante.

—Monuelo saltarín,— dijo un anciano—

baja, serás enano.

———



A la vejez viruelas

En la boda de un viejo

cantaba un tonto:

—Yo sé que leña enjuta

se enciende pronto.

—Si; pero advierte

que a la vejez viruelas

es mal de muerte.

———



El moral y la moral

Moras un gallo comió

llenándose bien la panza,

y despues en alabanza

del moral cacareó.

Gallo implume le imitó,

que al salir de vil corral,

dogmatizando a jornal,

comiendo de su tarea,

la moral nos cacarea

como el gallo del moral.

———



El águila y el caracol

Vio en la eminente roca donde anida

el águila real, que se le llega

un torpe caracol de la honda vega,

y exclama sorprendida:

—¿Cómo, con ese andar tan perezoso,

tan arriba subiste a visitarme!

—Subí, Señora, —contestó el baboso—

a fuerza de arrastrarme.

———



El caballo de Calígula

A su caballo nombró

cónsul Caligula fiero,

y el cuadrúpedo altanero

ya la paja rechazó.

Dorada se le llevó,

y la comió sin desdén.

Echan al pueblo tambien

paja escritores distintos;

pero adulan sus instintos:

la doran, y pasa bien.

———



El reloj de sol

Un reloj de sol hicieron

los indios allá de Quito;

parecióles tan bonito,

que un tejado le pusieron.

De lluvia lo guarecieron,

pero el sol ya no le dio,

sin él de nada servía.

No sirve una ley madura

por alguna añadidura

que un celo tonto inspiró.

———



Thursday, July 27, 2017

Gloria Fuertes

Poeta de guardia

Gloria Fuertes García nació en Madrid el 28 de julio de 1917. Su madre era costurera y su padre portero. No recibió educación formal más allá de algunos cursos profesionales para mujeres: mecanografía, puericultura...; pero desde niña sintió la vocación literaria, que hasta 1955 hubo de hacer compatible con su trabajo como secretaria. Sus apariciones en diversos programas infantiles de TVE la hicieron muy popular. Murió en Madrid el 27 de Noviembre de 1998.

Su poesía hasta 1975 se encuentra recogida en Obras incompletas y la posterior en Historia de Gloria. Escribió además muchos libros de literatura infantil, que se siguen editando con gran éxito.

Como poeta de verso libre y estilo familiar quizás sea ni mejor ni peor que tantas decenas de compañeros; en cualquier caso, de ellos se distingue por su sentido del humor. Ella misma lo dijo:

Libérate de la angustia
huyendo de la quema
sobre los lomos del humor.

Por ello bien merece un lugar en esta riente bitácora.

A veces sus rimas, buscadamente ingenuas, producen una incontenible sonrisa:

San Isidro Labrador

era un santo medieval

mucho más vago que yo.

———



No matemos al vecino,

invitémosle a tocino.

No levantad barricadas,

besad a vuestras amadas.

No pensad en los difuntos,

dormid juntos.

———



En ocasiones muestra un humor surrealista:

Este muerto está malo,

algo le pasa,

no come,

las manzanas de anoche están intactas.

———



En otras, cae en lo sentencioso:

Epitafio de un famoso

¿Qué importa su nombre

si aquí yace muerto el hombre?

———



Con un árbol,

una gubia y un cincel,

un artista te hace un santo.

¡Hay que ver!

———



No me inspira compasión

el pesimista agorero

que ve pasar un entierro

y musita lastimero:

—Peor que ese he estado yo.

———



Acabemos esta brevísima antología -que no es cosa de defraudar derechos de autor- con una copla de pie quebrado:

Que me llamen lo que quieran,

que a mí no me importa nada

mientras que a mí no me llamen

la finada.

———



Monday, July 17, 2017

Don Antonio de Solis

Otro historiador juguetón

Don Antonio de Solís y Rivadeneira nació en Alcalá de Henares (Madrid) el 18 de julio de 1610. Estudió en las universidades de Alcalá y Salamanca. Fue secretario del Conde de Oropesa, oficial de la Secretaría de Estado, Secretario de su Majestad, y su Coronista mayor de las Indias. A los cincuenta y siete años de su edad recibió las órdenes sacerdotales. Murió en Madrid el 19 de abril de 1686.

En su tiempo fue popular por las comedias que escribió en el estilo de Calderón. La posteridad académica lo reverenció por su clasicista Historia de la conquista de México, población y progresos de la América septentrional, conocida con el nombre de Nueva España, publicada en 1684 y reimpresa muchas veces. Aquí nos interesan sus Varias poesias sagradas y profanas, póstumamente dadas a la imprenta por Juan de Goyeneche (aquí).

En 1968 Manuela Sánchez Regueira publicó de ellas una edición crítica. Presentamos una selección de sonetos y obras menores de carácter jocoso o satírico; en esta vena escribió también romances, jácaras y otras composiciones.



Comencemos con un par de sonetos paródicos:

A la rosa, moralidad burlesca

Viene abril y ¿qué hace? En dos razones
viste a un rosal de hojas que ha tejido

y luego toma y dice: "Este vestido

tiene ojales; pues démosle botones."

Dáselos, y los rompen a empujones
las hormillas, que el tiempo ha colorido,

ascuas hoy, que la púrpura ha encendido

de los que eran ayer verdes carbones.

Nace la rosa pues y, apenas deja
el botón, cuando un lodo la salpica,

un viento la sacude, otro la acosa,

ájala un lindo, huélela una vieja
y al fin viene a parar a la botica;

si esto es ser rosa, el diablo sea rosa.

———



Habiéndose hecho a la peste de Milán más de doscientos sonetos en Madrid

Cielos, ¿después de tantos daños, éste?

¡Pobre de mí, Milán amilanada,

más que a polvos, a versos apestada,

que habrá soneto que a la peste apeste!

Aquí de Dios, poetas, turba agreste:

¿no me bastaba estar polvorizada?

Amainad, amainad la sonetada,

que, mal por mal, me quiero más mi peste.

Piedad, oh peste de segunda mesa;

menos rigor, que ya de peste pasas

y no hay acá san roques de concetos.

La otra cesó ya, y ésta no cesa;

¡Ay de mí, que del fuego di en las brasas!

¡Ay de mí, que de peste di en sonetos!

———

En la gran peste de Milán (1629-1630) murieron 60.000 de sus 130.000 habitantes. Fue tema de innumerables sonetos morales (entre ellos, uno de Solís). Nótese que Solís tenía entonces unos veinte años.

polvorizada: se creía que esparcir ciertos polvos prevenía contra la peste. san roque:San Roque es el santo protector contra la peste. conceto: "concepto", o sea, sentencia, agudeza, dicho ingenioso.



Ahora, algunos juegos de ingenio cortesano:

Siendo Secretario de una Academia, hizo estas Cédulas para el principio

Una dama examinada de poeta lírica, y que sabe como ha de poner los pies en el suelo un soneto, y una Redondilla, no se atreve a meterse a Cómica, porque teme andar en malos pasos. Pide consejo a la Academia.

Siendo mujer la tal, pierda estos miedos;

que hacer comedias es hacer enredos.

———



Un poeta cómico, que es tan desdichado, que todos le silban, y tan modesto, que no sabe tapar la boca a nadie; pide remedio para que los mosqueteros no escuchen siempre sus comedias con la boca abierta.

Si ellas son buenas y pocas,

cesarán sus alaridos,

que el mal está en los oídos,

aunque les sale a las bocas.

———



Motes de galanes y de damas

...
Este, aunque le veis tan grave,

tan pálido y tan entero,

es un poco majadero.

Este mozo es impotente

y lo fue desde rapaz:

redondilla, vete en paz,

y cuentáselo a tu gente.

...
Aunque veis que en componerme

gasto mi tiempo y mi resto,

más simple soy que compuesto.

...
Este mozo es muy valiente;

pero corre lindamente.

Y es tan bobo, y tan compuesto,

que se habrá corrido desto.

...

———



Por último, algunos epigramas convencionales:

A un hombre que sufría las faltas de su mujer

Fabio, pues no miras esa

carga, que en tu frente ya

fija y arraigada está,

sin duda, que no te pesa;

¡Válgate Dios por prudente

y reportado varón!

Si no has de ver tu armazón,

¿para qué la traes en frente?

———



A un hombre que tenía mal francés

Tú, por tus pasos contados,

te vas a Martín Antón

a tener entre llagados

un dolor de tus pecados

sin acto de contrición.

———

mal francés: sífilis. Antón Martín: Hospital fundado por Antón Martín en lo que hoy es la plaza que lleva su nombre. Sifilíticos y demás enfermos eran allí atendidos.



A una dama, habiendo sabido que eran cuatro sus amantes

Tres supe ayer que tenías

y hoy he sabido otro más;

niña, a esta cuenta tendrás

más longanizas que días.

Las mañas de treinta tías

amor en tu pecho ha puesto;

pero ya que estoy dispuesto

a entrar en tu laberinto,

pasaré por ser el quinto

por irme acercando al sesto.

———

longanizas: el refrán es "hay más días que longanizas". Solís le da la vuelta y juega con la forma fálica del embutido. tía: "prostituta", dice el DRAE. Yo juraría que es "mujer que regenta un prostíbulo", pero no voy a discutir con Pérez Reverte. sexto: el sexto mandamiento, o sea, tener acceso carnal.



Thursday, July 6, 2017

Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo

El sagaz Estacio

Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo murió el 10 de julio de 1635 en Madrid, donde había nacido el 29 de julio de 1581 en el seno de una familia rica por el comercio: su padre era "solicitador de los negocios de Nueva España". Estudió Leyes y, muerto su padre, le sucedió en sus negocios; pero más se inclinaba a las letras, a las fiestas y a las pendencias, por lo que fue condenado varias veces a destierro y acabó muriendo pobre; destino propio de los poetas, como él mismo reconoce en un epigrama:

A los poetas, Inés,

les pides sortijas de oro;

¿no ves que nuestro tesoro

como el de los duendes es?

¡Qué lenguaje tan perverso!

Desde hoy te notificamos

que nosotros no alcanzamos

más oro que para el verso.

Su obra más famosa es la novela picaresca La hija de la Celestina. Publicó también novelas cortas, cuentos, epístolas, obras dramáticas y libros de poesías. Destacó como epigramático. En 1981, Emile Arnaud recopiló, anotó y publicó sus epigramas, epitafios y letrillas en la revista Criticon. Se pueden encontrar aquí, aquí, y aquí. Presentamos en esta página una selección de epigramas, siguiendo la edición de Arnaud.

Métricamente, todos los epigramas de Salas Barbadillo son coplas castellanas octosílabas con rima abba-cddc.

La temática es variada. Algunos vienen de Marcial (señálelos el lector erudito, que yo ando escaso de tiempo). No faltan chistes de borrachos (de quienes hoy, creo, sigue siendo lícito hacer burla), como estos.

A prender un tabernero

fuiste, Arnaldo, y él te dio

tanto licor, que libró

su cuerpo del carcelero.

Viste luego mil candiles,

hablaste poco y mohino:

no hay alguacil como el vino,

pues prende a los alguaciles.

———



Pedro Rodríguez, aquel

que siempre a vino sabía,

ya no le hace cortesía,

y es del agua amigo fiel.

Y porque viva premiado

de esta virtud el buen hombre,

le mudamos, Celia, el nombre,

y se llama Pedro Aguado.

———



Aquel tu deudo curioso

en las vasijas del vino,

que ya por este camino

se ha venido a hacer famoso,

llora con cualquier espanto,

Celia, y paréceme a mí

que es por arrojar de sí

el agua, aunque sea de llanto.

———



A este flamenco vinoso

un poco del agua di

de Ángeles y él, vuelto a mí

con rostro airado y furioso,

(razón es que se me crea)

dijo con tono profundo:

"¿Posible es que hay en el mundo

agua que de ángeles sea?".

———



Los sodomitas entonces estaban muy mal vistos (tan mal vistos, que eran condenados a la hoguera). Salas también les lanza algún dardo, que hoy no sería permitido:

Celio, que a niños quería,

de mujeres olvidado,

porque a tan sucio pecado

le llamaba niñería,

tanto, Albanio, dio en quererlos,

que, aunque se le murmuró,

aun el día que murió

murió abrasado por ellos.

———



Los rizos de la cabeza,

la blancura y el afeite,

en un hombre vil deleite

son y bárbara torpeza.

Por esto, Juan, reputado

por hombre grosero estás;

pero en la muerte serás

otro segundo Tostado.

———

Tostado: el obispo Alonso de Madrigal, paradigma de sabiduría y erudición. Y también tostado en la hoguera.



No pueden faltar epigramas contra los cornudos, el matrimonio y las mujeres en general.

La mujer del volador,

Montano, en tu gusto hermosa,

ya es de sí tan generosa

que a todos hace favor.

Hoy, aunque tengo que hacer,

a verle me he de llegar,

que por ver a un buey volar

todo se puede perder.

———

volador: según Arnaud, "volatinero".



El paciente, nuestro amigo,

que está en callar su comer,

al galán de su mujer

hoy al sol llevó consigo.

Celio, pues es caracol,

goce de éste y de mis soles,

que es muy de los caracoles

sacar sus cuernos al sol.

———



Celia, el viejo desdichado

que los dientes ha perdido,

después que fue tu marido

es un hombre muy honrado.

A lástima me provoca,

pues del marfil transparente

tanto le sobra en la frente

cuanto le falta en la boca.

———



Lipsio, porque a Diana vio

bañar Acteón, ¡oh acerbo

hado!, le convierte en ciervo

y la frente le enramó.

¡Oh cuánto son peligrosas

las mujeres, cuánto infaustas!

Si aun ponen cuernos las castas,

¿qué pondrán las lujuriosas?

———



Tanto gustas de pleitear

que, aunque sea en tu favor,

recibes mucho dolor

de ver un pleito acabar.

Si ese gusto te convida,

cásate a disgusto, Bras,

porque así aseguraras

pleito por toda tu vida.

———



Celio, esta noche soñaba

que una espada te había muerto;

desperté, y supe por cierto

que tu padre te casaba.

Si durmiendo te lloré,

despierto es más mi dolor,

pues fue el peligro mayor

de lo que yo le soñé.

———



Hace, don Luis, tu vecina

mucha fuerza en que es doncella,

y yo no acierto a creella

ni a tal mi estrella me inclina.

Alumbra más que la esfera,

de diamantes adornada:

calle tan bien empedrada

sin duda que es pasajera.

———



Compras, Celia, del tendero

la belleza de tu cara:

esa culpa te bastara

sin venderla por dinero.

Aunque si tú de la tienda

la compraste y fue pagada,

belleza que fue comprada

no me admiro que se venda.

———



¿Para qué finges niñez,

anciana y sabia Lucinda,

pintándote hermosa y linda,

si está en casa la vejez?

No pediré en tu provecho

a Dios con ruegos extraños

que te guarde muchos años,

porque sé que ya lo ha hecho.

———



Como en sus novelas y prosas, también en sus epigramas Salas considera la vida de ladrones y gentes del hampa:

Celio, a un mozo principiante

en oficio de ladrón

le metieron en prisión:

¡por Dios que era un ignorante!

Tuvo la prisión por vicio,

mudó el pesar en placer,

que allí acabó de aprender

a poca costa el oficio.

———



El hijo de aquel en quien

hace la potra armonía

cantó en el potro, y podía,

callando, sonar más bien.

El uno, Silvio, y el otro

hace música que espanta;

la potra al padre le canta,

y el hijo canta en el potro.

———

Cantar la potra: doler la hernia. Cantar en el potro: confesar en el tormento.



Hiciste un hurto y trataste

Clodio, con tu habilidad,

probar ser tierna tu edad

y como niño lloraste.

Los jueces que te escucharon,

aunque con barbas te vieron,

la disculpa te admitieron

y así azotar te mandaron.

———



Lope, en la cárcel dormía

una noche y desperté,

porque un gran raton hallé

que mis zapatos roía.

Hice mil admiraciones,

contemplando mis zapatos,

de que, donde hay tantos gatos,

haya tan grandes ratones.

———

gato: "ladrón".



Fili, un ladrón intentó

una lámpara robar

mas, llegándole a estorbar,

turbado, el jubón manchó.

Y, viendo que no es razón

que traiga el jubón manchado,

los Alcaldes han mandado

que le den otro jubón.

———

jubón: prenda de vestir, pero también "azotes que se daban en las espaldas".



Volvamos a algo más convencional: chistes de médicos.

¿Para qué andas de valientes

todo el año acompañado,

si don Juan está guardado

de amigos y de parientes?

Si es que le quieres matar,

don Sancho, saber procura

el médico que le cura,

que éste es el buen negociar.

———



A tu médico, oh Roldán,

tan suave y amoroso,

no le juzgues lujurioso

aunque va en traje galán.

Es con las damas compuesto

y en sus pláticas sucinto;

pero se venga en el quinto

lo que perdona en el sexto.

———



Y acabemos con algunos juegos de palabras:

Las criadas, las señoras

(notable tu gracia es),

al fin cuantas damas ves,

las requiebras y enamoras.

Como te ven tan chiquillo,

burlan de ti las mujeres

y, así, don Domingo, eres

propiamente un dominguillo.

———

dominguillo: Muñeco de materia ligera, o hueco, que lleva un contrapeso en la base, y que, movido en cualquier dirección, vuelve siempre a quedar derecho.



Cuando le suelo llevar

la cuenta al Marqués y pido

me pague, muy comedido

dice le he de perdonar.

Mundo, notables varones

en tu distrito sustentas:

yo le hablo siempre por cuentas

y él las hace de perdones.

———

cuenta de perdón: cuenta más gruesa que las demás del rosario, a la que se atribuían algunas indulgencias en sufragio de las almas del purgatorio.



Tu tienda de lencería

unos ladrones dejaron

sin camisas, que allá entraron

mientras tu hijo nacía.

No andas, Jacinta, acertada.

Di: ¿de qué triste te pones,

si a tu parto los ladrones

han hecho una encamisada?

———

encamisada: Especie de mojiganga, que, para diversión o muestra de regocijo, se ejecutaba de noche.



Aunque tan desnudo ves

en invierno a mi lacayo,

San Martín le da su sayo

que de mucho abrigo es.

Lastimarme no he podido,

Claudio, porque considero

que un hombre que está hecho un cuero,

en cueros anda vestido.

———

estar hecho un cuero: Estar borracho.



¿De un hombre tan hablador,

del pueblo risa y espanto,

la palabra estimas tanto?

Notable es, Celia, tu error.

¿Tu engaño, ciega, no ves?

Tiempo es que los ojos abras,

que hombre de tantas palabras

de su palabra no es.

———



Dijiste que me enviarías

un muy valiente soneto,

abono de tu sujeto

y de lo bien que escribías.

Vino al fin y siento yo

lo que de él tu ingenio siente:

¡y cómo que era valiente!,

por poco no me mató.

———

valiente: "excelente" pero también "valentón".