Poeta de guardia
Gloria Fuertes García nació en Madrid el 28 de julio de 1917. Su madre era costurera y su padre portero. No recibió educación formal más allá de algunos cursos profesionales para mujeres: mecanografía, puericultura...; pero desde niña sintió la vocación literaria, que hasta 1955 hubo de hacer compatible con su trabajo como secretaria. Sus apariciones en diversos programas infantiles de TVE la hicieron muy popular. Murió en Madrid el 27 de Noviembre de 1998.
Su poesía hasta 1975 se encuentra recogida en Obras incompletas y la posterior en Historia de Gloria. Escribió además muchos libros de literatura infantil, que se siguen editando con gran éxito.
Como poeta de verso libre y estilo familiar quizás sea ni mejor ni peor que tantas decenas de compañeros; en cualquier caso, de ellos se distingue por su sentido del humor. Ella misma lo dijo:
Libérate de la angustia
huyendo de la quema
sobre los lomos del humor.
Por ello bien merece un lugar en esta riente bitácora.
A veces sus rimas, buscadamente ingenuas, producen una incontenible sonrisa:
San Isidro Labrador
era un santo medieval
mucho más vago que yo.
———
No matemos al vecino,
invitémosle a tocino.
No levantad barricadas,
besad a vuestras amadas.
No pensad en los difuntos,
dormid juntos.
———
En ocasiones muestra un humor surrealista:
Este muerto está malo,
algo le pasa,
no come,
las manzanas de anoche están intactas.
———
En otras, cae en lo sentencioso:
Epitafio de un famoso
¿Qué importa su nombre
si aquí yace muerto el hombre?
———
Con un árbol,
una gubia y un cincel,
un artista te hace un santo.
¡Hay que ver!
———
No me inspira compasión
el pesimista agorero
que ve pasar un entierro
y musita lastimero:
—Peor que ese he estado yo.
———
Acabemos esta brevísima antología -que no es cosa de defraudar derechos de autor- con una copla de pie quebrado:
Que me llamen lo que quieran,
que a mí no me importa nada
mientras que a mí no me llamen
la finada.
———
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