Saturday, February 25, 2017

Eusebio Blasco

Cosmopolita y maño

Eusebio Blasco Soler murió en Madrid el 25 de febrero de 1903. Había nacido en Zaragoza el 28 de abril de 1844. Fue periodista y como tal publicó, anónimamente o con su firma, innumerables artículos, cuentos y poesías. También fue comediógrafo y escribió, entre otras otras, la que se considera la primera obra española del "género chico": El joven Telémaco, con su célebre coro de suripantas y la popularísima habanera

Me gustan todas, me gustan todas

me gustan todas en general,

pero esa rubia, pero esa rubia

pero esa rubia me gusta más.

Vivió largo tiempo en París (donde llegó a ser redactor de Le Figaro); recorrió América y Europa; y dejó recogidas sus impresiones en varios libros de viajes. También participó en los asuntos públicos; militó primeramente como demócrata en la facción de Rivero, aunque se fue templando con los años. Y tras tan intensa vida, murio —dicen— abrazado a una imagen de la Pilarica.

Sus obras completas fueron publicadas a su muerte y pueden encontrarse digitalizadas en la Biblioteca Nacional (aquí). Pero en ellas no se recogen la mayor parte de sus poesías epigramáticas. La selección que presento aquí está tomada en su mayor parte de fuentes secundarias; quizás algún futuro doctor, tras bucear en la colección del Gil Blas y en innumerables almanaques, nos ofrezca una auténtica antología.



Epigramas

A un militar muy cobarde

quiso Juan darle un disgusto;

le vio y le dijo: —¡Adiós, César!

Y el otro dijo: —¡Adiós, Bruto!

———



Un cacique de tribus maleantes

se almorzó a su señora con guisantes;

y uno de sus guerreros

se cenó cinco padres misioneros.

¡Ay, cuando el hambre aprieta

ni familia ni estado se respeta!!

———



Cierto tenor español

que cantaba horriblemente

dijo delante de gente:

—Yo, si quiero, llego al sol.

Y dijo un amigo: —¿Sí?

Pues, hombre, quiera usted ya

y llegando por allá...

no vuelva usted por aquí.

———



Es tan estrecho el ajuar

del pobre de don Donato,

que le dio un gato Gaspar,

¡y le cortó el rabo al gato

para que pudiera entrar!

———



¡Tenorio!, tu dicha envidio,

y por imitarte lidio;

mas soy un pobre estudiante

que aún no he estudiado bastante

el arte de amar de Ovidio!

———

Tenorio puede ser don Juan... o mejor Miguel Tenorio, brillante universitario y favorito de la reina Isabel II durante siete años.



A Ramos Carrión

Mi querido Miguel Ramos:

Muy olvidados nos tienes;

pero hombre, ¿por qué no vienes

si sabes que te esperamos?

¿Estás enfermo quizá?

Me alegraré del alivio.

Expresiones á Toribio

y memorias á mamá.

———



A Ricardo de la Vega

Mi querido Ricardito:

Ven hoy a las diez en punto.

Mira que te necesito

Para hablarte de mi asunto.

———



En el álbum de María Dorda

Pido a Dios, María Dorda,

pues te conocí tan chica,

verte feliz, vieja, gorda,

madre, abuela, noble y rica.

———



A ver á Rosaura fuí,

pero no me recibió;

por enferma se excusó

y sin verla me salí.

Me alegro de que esté mala,

que ella es fuego y soy yo estopa,

y el que no cae, resbala.

Mas, ¡oh Dios!, en la antesala...

¡Hallé un sombrero de copa!

Volví a visitarla al año;

tampoco entonces la ví,

y no volver resolví

celebrando el desengaño.

Líbreme Dios de la impía

grosera chismografía

que hace las honras añicos...

¡Pero en la antesala había

un sombrero de tres picos!

Ya de la edad los horrores

mi deseo han de aplacar,

y ya no he de ir a buscar

en Rosaura amantes flores.

Pasar tampoco me deja

su criado. ¡Pobre vieja!

Hoy sí que debe estar mala:

¡Pues colgado en la antesala

tiene un sombrero de teja!

———

v. último: el sombrero de teja era el propio de los sacerdotes.



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