Sunday, March 19, 2017

José Bernat y Baldoví

El padre de Vicenteta

José Bernat Baldoví, por mal nombre El sordo de Sueca, nació en esta localidad valenciana el 19 de marzo de 1809. Estudió leyes en la Universidad de Valencia. Ejerció como abogado y algún tiempo como juez. Casó con la hija del más rico de Sueca y llegó a ser diputado a Cortes y alcalde. Murió en Valencia el 31 de diciembre de 1864.

Es célebre por sus obras satíricas escritas en valenciano, como el sainete erótico El virgo de Visanteta i l'alcalde de Favara, o El parlar bé no costa un pacho. Está considerado el inventor de los Llibrets de falles. También en valenciano fundó los semanarios humorísticos La Donsaina, El Tabalet y El Sueco. Siendo diputado en Madrid se consagró más a la poesía humorística que a la oratoria parlamentaria (digamos en su disculpa que su sordera le impedía seguir los debates). Publicó poemas jocosos en castellano en revistas y almanaques, algunos recogidos en un libro también llamado El Sueco (aquí). Pero dice una "Nota del Editor" de este libro:

Sentimos no poder dar cabida en esta colección a la parte epigramática, que es precisamente donde el Sueco luce mas su ingenio; pero... en atención a que la obra va ya de remate, lo dejaremos para otro rato.

Así que el mayor número de los epigramas de Bernat permanecen dispersos por periódicos y almanaques.



De El Sueco

Los que buscais verdades

de cola larga,

venid trás de este Sueco

para encontrarlas.

Pues de otro modo

no es fácil, ni aun probable,

verle a una el rostro.

———



Epigramas de aquí y de allá

A encerrar un gato pardo

que mayaba en el desván,

subieron con grato afán

Concha y su primo Bernardo.

Sin duda al primer encuentro

la niña cogió al tal gato,

porque exclamó de allí a un rato:

—¡Madre ... ya lo tengo dentro!

———

Don José (o Chusep o Josep) fue devoto católico y un pilar de la comunidad. Pero ¡cómo le gustaban los equívocos picantes!



—Un doctor ronda tu puerta,

y un escribano te adora.—

le dijo a una labradora

otro también de la huerta.

—No es extraño, majadero

—contestó con gracia suma—

que toda gente de pluma

vaya en busca de tintero.

———



Rita, por cierta pendencia,

fue citada ante el alcalde

y este la sirvió de balde,

dando en su pro la sentencia.

Con refinada malicia

dijo entonces la alcaldesa:

"Nunca he visto, Antón, tan tiesa

la vara de la justicia".

———



La vieja doña Dolores

en sus discursos prolijos

cuenta que tiene tres hijos

y los tres a cual mejores.

Uno despunta en belleza;

otro, en valor extremado;

y el otro, que ya es casado,

despunta por la cabeza.

———



De El Sueco

Noticias extranjeras (1854, Guerra de Crimea)

Turquía

Aunque esto a nadie le importe,

dicen de Constantinopla

por muy seguro resorte

que hace dias que alli sopla

un viento fresco del Norte.

Y aun añaden que se sabe,

sin duda de contrabando,

que, si sigue así soplando,

durará hasta... que se acabe.

———


Londres

La cámara de los Lores

trató en el pasado lunes

de infinitos pormenores....

que hoy pasan a los Comunes.

———

Común: retrete.



Epigramas

Con dulce y tierno susurro

y acento el más amoroso,

diole una dama a su esposo

el epíteto de burro.

Y este vate, que se alarga,

oyolo, y dijo al momento:

—Él podrá ser el jumento,

pero tú.... llevas la carga.

———



Preguntole a un sordo Aurora

con cierto interés y ahinco:

—¿Está buena tu señora?

Y él, no oyendo mas que el... ora,

dijo muy serio: —Las cinco.

———



Epitafios

Aquí un letrado reposa.

Murió abrumado de pleitos...

Con su suegra y con su esposa.


Ved aquí a un médico a palos

que a los enfermos mataba

y a los buenos puso malos.


Aquí juntas enterraron

tres celibatas hermanas,

¡que tenian unas ganas!...

Mas con ellas se quedaron.


Llamábase este hombrecillo,

que cinco palmos no tira,

Don Cristóbal del Castillo

Torres-Torres y Altamira.


Tras de esta chapa de cobre

yace un tal don José Rico,

que murió de puro pobre.


En esta lóbrega estancia

duerme un sastre de París...

Que en su vida estuvo en Francia.


Al pie yace de aquel banco

un mezquino y ruin avaro,

que con el mayor descaro

se llamaba... Antonio Franco.


Murió esta rosa de angustia

así que se volvió mustia.


De lo que diga la gente

no te fies nunca, hermano,

que aquí yace un cirujano

a quien llamaban Clemente.


Sombrerero era este tal,

y aunque todo el mundo corras,

no hallarás otro mortal

más amante de las gorras.


De carácter algo insulso

fue el módico don Crispín.

Pero solo mató, en fin...

A cuantos tomaba el pulso.


Otro médico aquí yace,

de ciencia dudosa y varia,

cuya receta ordinaria

era el... requiescat in pace.


Aquí, cruzados los brazos,

yace una capacidad

que hizo... muy buenos capazos.


Aquí yace un buen casado,

que llegó a ser coronel

sin haber sido soldado:

Rogad al Señor por él.


Al pie de este crucifijo

yace una honesta doncella,

que no tuvo más que un hijo:

Rogad al Señor por ella.


Dos valientes andaluces

aquí puso un desafío:

Ambos murieron.... de frío.


Un ilustre mayorazgo

aquí duerme panza arriba:

No hizo otra cosa en su vida.


Un soldado aquí reposa:

dejó los campos de Marte

por las casas de otra diosa.


Fue este miserable viejo

de condicion tan avara,

que por no ver cosa cara,

nunca se miró al espejo.


Yace aquí un tonto que fue

muy querido de las damas...

Ellas sabrían por qué.


Y aquí el filosofo Niso,

a quien ninguna lo quiso,

porque dicen que tenia

muy poca filosofía.


El túmulo que reparas

es del pintor don Bartolo:

para pintar cosas raras

dicen que se pintó solo.


Yace aquí una tal Victoria,

de tan adversa fortuna,

que jamás ganó ninguna.


Este padre recoleto

fué un excelente sujeto;

no tuvo mas que tres tachas,

el vino, el juego y muchachas.


Mientras que este fue intendente

nadie entendió lo que hacia;

Mas él si que lo entendía.


En olor de santidad

dicen murió sor Beatriz,

mas tápate la nariz.


Aquí yace un pobre ciego

que se llamaba Miranda...

Séale la tierra blanda.


El goloso Pelegrín

en un principio halló el fin.


Oculta este pedestal

a una mujer singular

aficionada al plural.


Aqui reposa un sereno

de costumbres tan soeces,

que lo estaba pocas veces.


Ved aqui una tal Guillerma.

Dicen que era cortesana.

y en menos de una semana

puso media Corte enferma.


En aquesta sepultura

juntos yacen dos hermanos

que, aunque cortos de estatura,

fueron muy largos de manos.


Mirad aquí un capuchino,

tan austero y penitente

que en su vida probó el vino:

no bebió mas que aguardiente.


El pueblo á este tabernero

le apellidaba el vicario.

Murió entrando el sol en piscis,

la luna estaba en acuario.


Murió esperando una toga,

Este famoso a-bo-ga-do,

Y aunque estuvo un tiempo en bo-ga,

No le fue propicio el... a-do.


Diz que tuvo muchas letras

el sábio que yace aquí.

Y se llamaba Gil Pi.


Yo no sé si este usurero

se llamaba Juan ó Antonio;

mas tened por verdadero

que se lo llevó el demonio.


El que está en este retiro

era tan corto de vista,

que se llamó Casi-miro.


Si a la música se inclina

tu gusto, mujer, sé cauta;

mira que murió Agustina

de tanto tocar la flauta.


Yace aquí una solterona

con su palma y su corona;

como prueba y en señal

de que.... murió en Carnaval.


Enciérrase en esta huesa

una Clara muy espesa.


Esta era coja y beata:

mas nos dejó en la memoria

el que con solo una pata

no es fácil irse a la gloria.


He aquí los restos mortales

de una mujer de talento

en cosas municipales,

Es decir.... de ayuntamiento.


Este tuerto, ¡cosa rara!

no tenia más que un ojo.

A lo menos... en la cara.


De La Risa

No sé por qué a punto fijo

una pendencia ruidosa

tuvo Ambrosio con su esposa,

y el juez los llamó, y les dijo:

—Entre esposos esto es mengua,

córtese al punto el negocio.

—¡Eso no! —replicó Ambrosio—

Antes me corten la lengua.

———



Pájaros de mil colores

en una jaula cerrada

presenté y dije a mi amada:

—¿Cuál te gusta más, Dolores?

—¿Quieres que mi gusto indique?

Pues mira, —dijo— Gonzalo,

dame para mi regalo

un pájaro que no pique.

———



De sesenta un solterón

a una joven vivaracha

preguntó en cierta ocasión:

—¿Cómo te llamas, muchacha?

Y ella dijo: —Encarnación.

—Tal misterio te explicara,

—repuso el sexagenario—

y ella: —Mucho lo apreciara:

pero ya lo hace el vicario

que tiene la voz mas clara.

———



Por ciertas cosas del día

tocaban a generala,

y a un miliciano Pascuala

—Ármate pronto —decia.

—Mi calma no te dé asombro

—dijo el nacional taimado—

pues al verme yo a tu lado

siempre estoy... armas al hombro.

———



Haciéndose la ignorante

preguntó Doña Merced

de su casa a un tertuliante:

—¿De qué partido es usted?

Y el bueno de don Pascual

le respondió sin demora:

—¿No lo sabe usted, señora?

yo siempre... del actual.

———



De El Fandango

Vio embarazada a Teodora

y díjole un estudiante:

—Algo corto es por delante

ese vestido, señora.

Y ella, vuelta la cabeza,

contestó con mucha sal:

—No es por falta de percal,

porque entró toda una pieza.

———



A solas en su aposento

Gregoria me suplicaba

que la refiriese un cuento

del que yo no me acordaba.

—Piénsalo bien— me decia—

que él te vendrá a la memoria.

Y al tiempo que me venia...

tambien le vino á Gregoria.

———



Braulio y una prostituta

disputaban cierto dia,

y ella le dijo á su tía:

—Parta usted esta disputa.

—Ya que así me lo previenes,

partiré lo que decís;

Braulio, pues, que tome el dis;

lo demas tú... ya lo tienes.

———



No comments:

Post a Comment