Un hombre importante
Don Manuel Bretón de los Herreros murió de pulmonía en Madrid el 8 de noviembre de 1873. Había nacido en Quel (Logroño) el 19 de diciembre de 1796. Luchó como voluntario en los meses finales de la Guerra de la Independencia y continuó en el ejército durante unos años; pero era más fuerte su vocación a la vida literaria, y a ella se consagró. Triunfó en el teatro como autor de comedias e influyó como quien más en la vida intelectual madrileña. Fue director de la Biblioteca Nacional, miembro de la Academia desde 1837 y su secretario perpetuo.
Bretón es célebre como comediógrafo, pero también escribió poesías sueltas; la mayoría están recogidas en un volumen que puede encontrarse aquí (Biblioteca Nacional) o aquí (Biblioteca Cervantes Virtual). Entre ellas hay un puñado de epigramas justamente célebres. Son estos:
I. A un recién poeta de pocas esperanzas
Voy a hablarte ingenuamente:
tu soneto, don Gonzalo,
si es el primero, es muy malo;
si es el último, excelente.
———
II. A otro mal poeta
Juan sus versos publicó,
no tan lindos como piensa;
y al entregarlos clamó:
"Sude con ellos la prensa,
que más he sudado yo."
———
III. A un disforme y minucioso cartel en que se anunciaba un libro muy pequeño
—¡Qué anuncio para un dozavo!
—Tres reales piden por él.
—No daré yo ni un ochavo.
—¿Por qué razón? —Porque acabo
de leerle en el cartel.
———
IV. A un mal actor, al acabarse la tragedia que representaba
Llegó el ansiado momento
de las puñaladas fieras.
Ya se acabó mi tormento.
¡Pésimo actor, sólo siento
que no hayas muerto de veras!
———
V. Margaritas a puercos
Pardo a un corro de camellos
su Clitemnestra leyó.
"¿Quién ha muerto?" preguntó
al concluir uno de ellos,
y Pardo le dijo: "¡Yo!"
———
VI. A un plagiario
No hay que decir a Facundo
que estudie buenos modelos.
¡Si los sabe de memoria!
Testigos, todos sus versos.
———
VII. A un mal autor que dejó escrita su vida
Su vida escribió Benito
a los siglos por venir.
Bien hizo el autor maldito;
que si él no la hubiera escrito,
¿quién la habría de escribir?
———
VIII. A un mal actor, sordo por añadidura
Eres oprobio del arte,
y sordo, que es lo peor.
Ni aun tiene el espectador
el consuelo de silbarte.
———
IX. A un necio, titiritero de afición
Ese hombre, cuyo renombre
puebla Corte y arrabales,
a todos los animales
remeda..., menos al hombre.
———
X.
Para un viejo, almacén de desengaños,
si en la esfera no está de los pudientes,
son los amigos lo que son los dientes:
se mellan y se pudren con los años.
———
XI.
Dejome el Sumo Poder,
por gracia particular,
lo que había menester:
dos ojos para llorar...
y uno solo para ver.
———
Bretón era tuerto.El epigrama de Bretón tal vez más agudo y famoso no está recogido en el volumen de sus Poesías. Es este, dedicado a su vecino el doctor Pedro Mata:
Vive en esta vecindad
cierto médico poeta
que al pie de cada receta
pone "Mata". Y es verdad.
———
Y, para acabar, un bonito soneto A la pereza.
¡Qué dulce es una cama regalada!
¡Qué necio el que madruga con la aurora,
aunque las musas digan que enamora
oír cantar a un ave la alborada!
¡Oh qué lindo en poltrona dilatada
reposar una hora, y otra hora!
Comer, holgar..., ¡qué vida encantadora
sin ser de nadie, y sin pensar en nada!
¡Salve, oh Pereza! En tu macizo templo
ya, tendido a la larga, me acomodo.
De tus graves alumnos el ejemplo
me arrastra bostezando; y de tal modo
tu estúpida modorra a entrarme empieza,
que no acabo el soneto... de per...
———
No comments:
Post a Comment