SOLEARES DE AGOSTO
por el
DOCTOR PÉREZ
Magnánimo lector:
La soleá es estrofa gitana y epigramática, apta para la sentencia sesuda y el lamento amoroso y también —como mostró el ilustre Jorge Llopis— para la sátira de costumbres y la chanza disparatada. Siguiendo el ejemplo del divino Marqués de Santillopis, durante el mes de agosto del año 2024 fui escribiendo algunas soleares, de las cuales he escogido las que hoy de por junto someto a tu benévolo juicio. Si alguna te complaciere, seré contento; y si ninguna, permanece a la espera de nuevas entregas, que de menos nos hizo Dios.
Arena y sol
Casi me quemo los pies
pero corriendo, corriendo,
a la orillita llegué.
¡Cómo me acuerdo, serrana,
de aquel elefante jembra
cuando te veo en la playa!
Mira lo rico que soy,
que un arroz en el chiringo
a lo mejor como hoy.
Serrana, te digo yo
que dormirás malamente
si tomas más tiempo el sol.
Mujer, resulta muy feo
sentarse en el chiringuito
sin ponerse ni un pareo.
Andando toa la playa
al final encontré sitio
para poner la toalla.
Ve p'al quïosco, serrana,
y pilla un polo de fresa,
que yo estoy ya en el nirvana.
Calles, figones y familias
Te juro por Ondivé
que me jarto de reír
cuando pides chardoné.
Cuando refresque esta noche,
hablaremos del gobierno
sentaítos en el porche.
Tu traje ya no es un traje,
que tiene tan poca tela
que no te tapa las partes.
¡Ay, qué fatiguitas, mare,
pa pillarnos una mesa
en un cutre restaurante!
Toíto te lo consiento,
morena, menos meterme
en agosto en un museo.
!Mardita sea mi suerte!
Me pusieron los civiles
a soplar cuando iba a verte.
Dame vino, tabernero,
de Jerez o de Montilla,
que más negronis no quiero.
Vestía de faralaes
en la feria te pareces
a una morsa con lunares.
Morena, por tu querer
haría yo cualquier cosa
menos ir a un japonés.
Aunque haga tanta calor,
no está bien que por la calle
vayas enseñando to.
Mujer, ya no puedo más:
sigue tú mirando tiendas
que yo me quedo en el bar.
¡Con lo que yo te quería
y me has echao a perder
con canela la sangría!
Serrana, de mí pa ti:
me gusta más la sangría
que eso que dicen espriz.
No tienes lacha, gitana,
que te comes mi panceta
y dices que eres vegana.
Dicen en tu barrio, Pepe,
que ya no tienes edad
pa montar en patinete.
Dile a tu hermano, mujer,
que su viaje a las Seychelles
no nos lo cuente otra vez.
Niña, el calor del verano
sienta mal, pero peor
la paella de tu hermano.
Las cosas del amor
No me atormentes, mujer,
y los guasas que te pongo
contéstame alguna vez.
Eres una esaboría
con menos conversación
que un móvil sin batería.
Eres una aguacuajá,
que si te acercas te pica
aunque tú no le hagas na.
De ti yo no quiero ná;
sólo te pido, gitana,
agregarme a tu instagram.
Ya me lo dijo tu mare,
que te gusta mucho el sushi
y un payo que te lo pague.
Cuando así tú me diquelas
me entran temblores, gitana,
como si fueras de Hacienda.
¡Achares me quiere dar
mi morena con un payo
cliente del mes del Adán!
Te juro que mi querer
es para siempre, morena,
o hasta que se acabe el mes.
Serrana, déjalo ya,
que por mucho que te empeñes
no te hace caso el chaval.
El Interné
Ya sí que lo he visto to:
el otro día, morena,
vi tu baile en el tiktok.
Si viene la pestañí,
diles, morena, que nunca
tuiteé yo ningún tui.
Serrana, no llores más:
no es pa tanto que te quiten
de ese grupo de guasap.
Serrana, no subas más
las fotos de lo que como
a tus rollos de instagram.
En la cárcel de Alhaurín
me metieron los civiles
por lo que decía un tui.
No los busques más, pesao,
que me importan mu poquito
los memes que te han mandao.
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